¿Qué países crecerán más que España de aquí a 2030?
Guyana será el Estado con el mayor repunte gracias a los yacimientos de petróleo, mientras que Europa se quedará a la cola
La primavera de este año trae noticias contrapuestas. Por un lado, se espera que en el corto plazo el crecimiento económico se mantenga estable a medida que los precios se moderen. Sin embargo, salvo que haya grandes avances tecnológicos o reformas estructurales de calado, en el largo plazo el Producto Interior Bruto (PIB) global terminará la década por debajo del promedio histórico. Esta es una de las conclusiones que se saca del úl...
La primavera de este año trae noticias contrapuestas. Por un lado, se espera que en el corto plazo el crecimiento económico se mantenga estable a medida que los precios se moderen. Sin embargo, salvo que haya grandes avances tecnológicos o reformas estructurales de calado, en el largo plazo el Producto Interior Bruto (PIB) global terminará la década por debajo del promedio histórico. Esta es una de las conclusiones que se saca del último informe publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre las perspectivas económicas globales.
En concreto, se prevé que en los próximos dos años el PIB gire en torno al 3,2% y la inflación general media disminuya hasta el 2,8% a finales de este año para alcanzar el 2,4% a finales de 2025. Se desmiente así cualquier idea de que el mundo vaya a caer en una recesión por los conflictos geopolíticos. Por el contrario, parece que ha sorteado, contra todo pronóstico, los sucesivos conflictos que han venido ocurriendo desde las interrupciones en la cadena de suministro como consecuencia de la pandemia. Las grandes economías han demostrado ser resilientes a la crisis energética y alimentaria ocasionada por la guerra de Rusia y Ucrania, así como al aumento de la inflación. Los mercados emergentes también han evitado la catástrofe, aunque la brecha entre ricos y pobres se hace más grande.
La mala noticia es que, ante todos estos obstáculos, las perspectivas a largo plazo se han deteriorado. El crecimiento mundial se desacelerará y caerá muy por debajo del promedio histórico del 3,8%. Según las previsiones del organismo con sede en Washington, apenas se alcanzará el 2,8% a finales de 2029. Esta caída amenaza con revertir las mejoras de la anterior década en los niveles de vida, en particular en las regiones más pobres, y podría condicionar la sostenibilidad de la deuda. El comercio también se mantendrá por debajo de su tasa promedio anual —del 4,9% que marcó entre 2000 y 2019, hasta el 3,2% en 2029—, con el riesgo de empeorar por los fuertes vientos en contra de la fragmentación geoeconómica y las políticas comerciales e industriales unilaterales.
Los países que más crecerán en los siguientes siete años serán los que están en vías de desarrollo, con Guyana a la cabeza, que duplicará su nivel de PIB en 2029 respecto al de hace un año, según las proyecciones del Fondo. Durante décadas, esta antigua colonia británica ha pasado desapercibida por todos; hasta 2015 era el segundo país más pobre de América del Sur, pero ahora su economía va a velocidad de crucero gracias a todos los yacimientos petroleros que se han descubierto. Le siguen dos naciones africanas y una asiática: Mozambique, Ruanda y Bangladesh. En las tres, el PIB repuntará alrededor de 50 puntos porcentuales respecto a 2023. Pese a que los nombres que encabezan la lista pueden parecer contradictorios con el panorama económico que se dibuja a largo plazo, en realidad no lo son. De hecho, las economías en vías de desarrollo suelen crecer a mayor ritmo que las grandes potencias.
En parte, esta dinámica es la que explica que algunas de las economías avanzadas apenas tengan una variación en lo que queda de década. Italia apenas crecerá tres puntos porcentuales si se toma como base el año pasado, mientras que el repunte de Japón será de cuatro puntos. Alemania, el gran motor de Europa, tampoco destacará por sus grandes progresos, pero será suficiente para evitar con holgura cualquier vaticinio de recesión. España se desempeñará bastante mejor que sus vecinos, de acuerdo a estas proyecciones del FMI. En lo que queda de década, el país crecerá once puntos porcentuales, lo que le permitirá seguir reduciendo su deuda con el exterior sin descuidar la inversión. Aun así, globalmente ocupa la 158ª posición de 187 países analizados. Las proyecciones toman como base 100 el PIB de cada economía en 2023 y a partir de ahí suman todo el crecimiento que prevé el FMI hasta 2029.
El comercio, en riesgo
El organismo dirigido por Kristalina Georgieva detalla que desde la guerra en Ucrania, en febrero de 2022, se están produciendo fracturas en los patrones comerciales que podrían terminar por deteriorar el crecimiento global. Los flujos entre los bloques geopolíticos han disminuido mucho respecto al intercambio que hay dentro de cada región. Estos movimientos se producen en medio de crecientes limitaciones al comercio transfronterizo. Los últimos datos de la organización Global Trade Alert dan cuenta de ello: entre 2022 y 2023 ha habido unas 6.200 nuevas restricciones, afectando las cadenas de suministro.
Aunque esta tendencia amenaza con evitar el crecimiento a medio plazo, hay otra serie de políticas que podrían contrarrestar el problema. Entre los impulsores de la economía que el Fondo baraja se incluye la mano de obra y la mejora de la productividad, aunque para ello es necesario invertir en tecnología. Su análisis sugiere que las medidas enfocadas en mejorar la competencia, la apertura comercial, el acceso financiero y la flexibilidad del mercado laboral podrían impulsar el crecimiento global en aproximadamente 1,2 puntos porcentuales para 2030.
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