El FMI advierte del riesgo de aumento del déficit en el gran año electoral mundial
El organismo asegura que el gasto público suele desviarse en los ejercicios en que los ciudadanos están llamados a las urnas
Los gobiernos tienden a abrir el grifo del gasto público en tiempos de elecciones. Este 2024 es el año electoral por excelencia, en que están llamados a las urnas un número récord de países, que albergan a más de la mitad de la población mundial. El Fondo Monetario Internacional (FMI) teme que los déficits se desvíen en un momento en que las cuentas públicas aún no están saneadas y pide a los gobiernos moderación fiscal. Junto a ello, el FMI pide gravar en el impuesto de sociedades lo...
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Los gobiernos tienden a abrir el grifo del gasto público en tiempos de elecciones. Este 2024 es el año electoral por excelencia, en que están llamados a las urnas un número récord de países, que albergan a más de la mitad de la población mundial. El Fondo Monetario Internacional (FMI) teme que los déficits se desvíen en un momento en que las cuentas públicas aún no están saneadas y pide a los gobiernos moderación fiscal. Junto a ello, el FMI pide gravar en el impuesto de sociedades los beneficios excesivos de las empresas y abordar reformas para contener el gasto en sanidad y pensiones.
El Fondo se muestra preocupado por el impacto que la pandemia y el proceso inflacionario reciente han tenido sobre las finanzas públicas. Cuatro años después del brote de la covid, los déficits fiscales y las deudas son superiores a las previsiones anteriores a la pandemia. La subida de los tipos de interés ha elevado los gastos por intereses, mientras que el gasto en prestaciones sociales, subsidios y transferencias se ha visto impulsado por la ampliación de las medidas de apoyo promulgadas en respuesta a la pandemia y a las crisis de los precios de la energía. Y en eso, llegan las elecciones.
“Los riesgos de desviaciones fiscales son especialmente graves dado que 2024 es lo que se ha dado en llamar el Gran Año Electoral: 88 economías o áreas económicas que representan más de la mitad de la población y el PIB mundiales ya han celebrado o celebrarán elecciones durante el año. El apoyo al aumento del gasto público ha crecido en todo el espectro político en las últimas décadas, lo que hace que este año sea especialmente difícil, ya que la evidencia empírica muestra que la política fiscal tiende a ser más laxa, y las desviaciones mayores, durante los años electorales”, asegura el Fondo. El organismo calcula que los déficits en años electorales tienden a superar las previsiones en 0,4 puntos porcentuales del PIB, en comparación con los años no electorales.
Ese llamamiento a la contención en época electoral es la principal novedad del Monitor Fiscal publicado este miércoles por el FMI. Junto a ello, el organismo insiste en algunos de sus mensajes recientes. Pide que los gobiernos “eliminen inmediatamente” los legados de la política fiscal de la era de la crisis, incluidas las subvenciones a la energía, y emprender reformas para frenar el aumento del gasto, protegiendo al mismo tiempo a los más vulnerables.
Además, afirma que las economías avanzadas con poblaciones envejecidas deben contener las presiones del gasto en sanidad y pensiones mediante reformas de los derechos y otras medidas.
Los ingresos deberían mantenerse a la par con el gasto a lo largo del tiempo. En las economías avanzadas, la inclusión de los beneficios excesivos en el impuesto de sociedades podría reforzar aún más los ingresos, dice el Fondo, sin desarrollar el mensaje. Las economías emergentes y en desarrollo podrían aumentar su potencial de ingresos fiscales ampliando las bases impositivas, mejorando el diseño de sus sistemas tributarios y reforzando la administración de los ingresos. En circunstancias ideales, estas medidas podrían generar hasta un 9% adicional del PIB en ingresos para estas economías, según sus cálculos.
El FMI asegura que, sin nuevas medidas de calado, la normalización pospandémica de la política fiscal puede quedar incompleta en los próximos años. Prevé que la deuda pública mundial se acerque al 99% del PIB en 2029, impulsada por China y Estados Unidos. Además, subraya que las presiones de gasto para abordar los retos estructurales, incluidas las transiciones demográfica y ecológica, son cada vez más acuciantes. Para complicar más la situación, es probable que la ralentización de las perspectivas de crecimiento y unos tipos de interés aún elevados restrinjan aún más el espacio fiscal en la mayoría de las economías.
Deuda al alza
El FMI prevé que la deuda mundial aumente hasta acercarse al 100% del producto interior bruto (PIB) en 2029. Este aumento estará liderado por algunas grandes economías (entre ellas cita a China, Italia, Reino Unido y Estados Unidos), que “necesitan imperiosamente adoptar medidas políticas para corregir los desequilibrios fundamentales entre gastos e ingresos”.
En cuanto a las previsiones, el FMI prevé fuertes desequilibrios de las cuentas públicas en Estados Unidos y China, las dos mayores economías del mundo. Para Estados Unidos estima un déficit público del 6,5% del PIB para este año y del 7,1% para el próximo. En su informe de previsiones económicas, el FMI ya alertaba de lo insostenible de su senda fiscal. En el caso de China, el desequilibrio sería aún mayor: del 7,4% y el 7,6% en esos dos años.
En Europa, las trayectorias fiscales más preocupantes entre las grandes economías son las de Francia e Italia, con altos déficits, bajo crecimiento y elevada deuda. Para Francia prevé un déficit del 4,9% este año y el próximo y por encima del 4% hasta 2028. En el caso de Italia, el déficit sería del 4,6% este año y del 3,2% el próximo, para estabilizarse en el entorno del 3% en ejercicios sucesivos. En ambos casos, la trayectoria de la deuda iría al alza. En el caso de Francia aumentaría a un ritmo de casi un punto porcentual al año desde el 110,6% de 2023, hasta alcanzar el 115,2% en 2029. En el de Italia, la deuda pública bruta subiría desde el 137,3% estimado de 2023 hasta el 139,2% este año, el 140,4% el próximo y el 144,9% en 2029, donde acaban las proyecciones.
Alemania, mientras, tendrá las cuentas casi equilibradas y reducirá su endeudamiento desde el 64,3% de 2023 al 57,7% de 2029. En el caso de España, el déficit se situará en el entorno del 3% tanto este año como los cinco próximos, según el Fondo, que calcula que el endeudamiento caerá desde el 107,5% al 104,2 entre 2023 y 2029, según sus cálculos.
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