Jóvenes sin casa, al límite
Las condiciones de vida de los jóvenes se están deteriorando aceleradamente. Son varios los factores que les están llevando a una situación límite, propicia a un estallido social. Hay un problema de precariedad laboral y sobre todo de imposibilidad para acceder a la vivienda. La compra o alquiler de un piso es misión imposible por la disparidad de precios y salarios. La situación se agrava para los autónomos por las dificultades de ob...
Las condiciones de vida de los jóvenes se están deteriorando aceleradamente. Son varios los factores que les están llevando a una situación límite, propicia a un estallido social. Hay un problema de precariedad laboral y sobre todo de imposibilidad para acceder a la vivienda. La compra o alquiler de un piso es misión imposible por la disparidad de precios y salarios. La situación se agrava para los autónomos por las dificultades de obtener un crédito o un aval para alquilar.
Un análisis del economista Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas, El acceso de los jóvenes a la vivienda, profundiza en este drama social y cita experiencias fructíferas de varios países. Considera que el problema de acceso a la vivienda “es particularmente acusado en España y parece haberse agravado en los últimos años”. En su opinión este puede ser uno de los factores que explique el aumento de la edad de emancipación, que supera los 30 años, frente a los 26,4 años de media de la UE. Precisa que esta edad tiende a retrasarse en España mientras que se ha estabilizado en la UE. Para el tramo de edad entre 25 y 34 años, más del 46% vivían con sus padres en 2022, casi 10 puntos más que hace una década.
El profesor Torres estima que “la disponibilidad de un parque de vivienda en alquiler abundante y a precios asequibles —vía de emancipación preferida por los jóvenes europeos— es sin duda la principal carencia de nuestro país”. Los precios desmadrados del alquiler en Madrid superan los de Berlín, Bruselas o Roma. A su juicio, determinadas experiencias internacionales de fomento del alquiler podrían ser de gran ayuda. Así, apunta que en Alemania, Reino Unido o Irlanda han multiplicado las concesiones de terreno para la construcción privada a condición de reservar una proporción al alquiler. Es el llamado zoning.
Otras sugerencias son las experiencias de París y Vancouver que aportan créditos blandos dirigidos exclusivamente a la construcción de viviendas de alquiler social. También ha resultado exitosa la Rapid Housing Initiative de Canadá, que mediante la creación de una ventanilla única ha permitido una rápida financiación de los gobiernos locales que ha conseguido levantar 10.000 viviendas en seis meses.
España arrastra un serio déficit de inversión pública en vivienda que fue especialmente crítico en la etapa de Rajoy, en la que en algún año no se llegó a los 500 millones. Para 2023 se presupuestaron 3.472 millones, una cifra todavía muy insuficiente para las necesidades reales que expertos como Alejandro Inurrieta, autor de Vivienda: la revolución más urgente (Alternativas Económicas) y Javier Burón, gerente de vivienda en Barcelona durante el mandato de Ada Colau, estiman entre 10.000 y 11.000 millones anuales. La falta de vivienda, que genera tanto malestar a los jóvenes, no figura entre los grandes temas del debate político. Lo pagaremos.
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