La inflación de la zona euro se modera al 5,3% en julio

España sigue a Bélgica y Luxemburgo en el podio de los países con menores subidas de precios

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, acompañada del vicepresidente de la institución, Luis de Guindos.RONALD WITTEK (EFE)

La inflación de la eurozona continúa su dispar moderación: en julio, el Índice de Precios al Consumo (IPC) armonizado de la unión monetaria fue del 5,3%, dos décimas menor que en el mes anterior, según ha confirmado este viernes la agencia estadística de la Comisión Europea, Eurostat. La inflación subyacente, aquella que no t...

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La inflación de la eurozona continúa su dispar moderación: en julio, el Índice de Precios al Consumo (IPC) armonizado de la unión monetaria fue del 5,3%, dos décimas menor que en el mes anterior, según ha confirmado este viernes la agencia estadística de la Comisión Europea, Eurostat. La inflación subyacente, aquella que no tiene en cuenta los elementos más volátiles —como los alimentos y la energía—, se estabilizó en el 5,5%, después de haberse incrementado inesperadamente en junio. Aunque están todavía lejos del objetivo del 2% establecido por el Banco Central Europeo (BCE), las subidas de precios de la zona euro se sitúan así en su menor nivel desde enero de 2022, antes del comienzo de la guerra de Ucrania.

El empuje del turismo y del ocio durante el verano han condicionado los precios en la zona euro: de acuerdo con Eurostat, los factores que contribuyen más a la subida interanual —aunque la tasa de inflación sea menor, eso no significa que los precios hayan bajado, sino que suben de forma más moderada— son los servicios, seguidos de la comida, el alcohol y el tabaco. En el otro lado de la balanza se encuentra la energía, cuyos precios bajaron un 6,1% en julio, y empujaron hacia abajo el IPC. Al ser una comparación interanual, los precios energéticos se benefician de una imagen más benigna, porque se comparan con julio del año pasado, en plena crisis energética.

Por países, se mantiene la disparidad reinante desde el inicio de la crisis inflacionaria: entre el país con menor inflación de la eurozona —Bélgica (1,7%)— y el que muestra la mayor tasa —Eslovaquia (10,3%)— hay un abismo de 8,6 puntos. En lo bajo de la tabla, a Bélgica le siguen Luxemburgo (2%) y España (2,1%). Por arriba, Croacia (8%) y Lituania (7,2%) acompañan a Eslovaquia en el podio. Alemania, la economía más grande de la eurozona —y a quien el BCE mira con especial atención para decidir sus políticas— logró moderar su inflación al 6,5% en julio, después de haber experimentado dos repuntes consecutivos en mayo y junio, pero su tasa subyacente sigue alta, con un 7%, y lidera a las cuatro grandes economías de la zona. La inflación media de todos los países de la Unión Europea fue del 6,1%, tres décimas menos.

Subidas de tipos

El gran rango de tasas de inflación entre los países que forman parte de la unión monetaria supone uno de los mayores retos del BCE en su lucha contra la escalada de los precios: su principal arma, la subida de tipos —que busca enfriar la actividad económica, y por tanto, reducir una pujante demanda— se aplica igual para todos los Estados bajo su cobijo, independientemente de los precios que tenga. Esta circunstancia ha sido ya señalada por los países del sur, que con los deberes mejor hechos, piden a Lagarde que modere su política restrictiva, antes de que algo se rompa. En el otro lado de la lista de argumentos de los banqueros centrales está que su mayor economía no termina de arrancar una moderación evidente de sus precios.

Por lo pronto, y a la espera de qué hará Fráncfort a la vuelta del verano, la inflación de la zona euro continúa a la baja, y, con la excepción del leve repunte de abril, se ha moderado progresivamente en los últimos nueve meses. Además, el deseado enfriamiento económico buscado por el BCE ya comienza a asomar la cabeza: aunque la economía de la eurozona creció un 0,3% en el segundo trimestre, Alemania, su mayor espada, está estancada —y llegó a entrar en recesión en el primer trimestre—, y otros grandes como Italia o Países Bajos marcaron números rojos. Este último ha entrado oficialmente en recesión.

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