EDP acelera el paso en renovables con una inversión de 21.000 millones en cuatro años
La eléctrica portuguesa eleva en un 30% su desembolso en eólica y solar. Su primer ejecutivo duda del “encaje” de la propuesta española de reforma del mercado eléctrico en la regulación europea y defiende sin fisuras el sistema marginalista
Nueva presentación de planes de futuro a analistas por parte de una empresa del sector eléctrico, nuevo acelerón en renovables. La energética portuguesa EDP ha anunciado este jueves una inversión récord de 25.000 millones de euros de aquí a 2026, un 30% más que en el último plan estratégico de la compañía, desvelado en febrero de 2021. Por aquel entonces, la pandemia aún copaba todos los titulares y la crisis energética, que ha provocado una revisión al alza de los desembolsos en renovables de todas las empresa...
Nueva presentación de planes de futuro a analistas por parte de una empresa del sector eléctrico, nuevo acelerón en renovables. La energética portuguesa EDP ha anunciado este jueves una inversión récord de 25.000 millones de euros de aquí a 2026, un 30% más que en el último plan estratégico de la compañía, desvelado en febrero de 2021. Por aquel entonces, la pandemia aún copaba todos los titulares y la crisis energética, que ha provocado una revisión al alza de los desembolsos en renovables de todas las empresas del sector, todavía no había hecho acto de presencia.
Dos años después, la empresa dirigida por Miguel Stilwell d’Andrade eleva su apuesta por la solar, por la eólica y —en muchísima menor medida— por el almacenamiento y el hidrógeno verde. En total, el grupo luso —un auténtico gigante: su filial verde, EDP Renovaveis (EDPR, con sede fiscal en Madrid), es la cuarta mayor generadora de electricidad renovable del planeta— desembolsará 21.000 millones, casi el 85% de la inversión comprometida en los cuatro próximos años, en proyectos renovables. El resto, irán a parar al negocio de redes, una infraestructura crítica para albergar más renovables y así poder descarbonizar el sistema. “Todo ha cambiado desde el último plan estratégico”, ha reconocido el consejero delegado de EDP.
El mayor desembolso en renovables se traducirá en una aceleración igualmente significativa en potencia instalada. La energética portuguesa pasará de instalar 2,4 nuevos gigavatios por año en los dos últimos ejercicios —2021 y 2022— a poner en marcha 4,1 GW anuales en 2023 y 2024. Y 4,8 GW en 2025 y 2026. Para poner en contexto el aumento, basta con recordar que entre 2015 y 2018 —cuando estas tecnologías ya eran plenamente competitivas pero su despliegue aún no había recibido el impulso definitivo— la energética portuguesa instalaba renovables a razón de solo 0,7 GW al año, seis veces menos que ahora y casi siete menos que en 2026, cuando concluirá el plan estratégico recién presentado a los analistas.
Más del 50% para solar; 45% para eólica
De los 21.000 millones de inversión global, un 40% irá a parar a grandes plantas de solar fotovoltaica; otro 40% será para eólica; un 12% para fotovoltaica distribuida (sobre todo, autoconsumo); un 5% para eólica marina (una tecnología que ya se ha estrenado en Portugal y que pronto echará a andar en España); y apenas un 3% para almacenamiento e hidrógeno verde, según ha desglosado el consejero delegado de EDP en la presentación del nuevo plan estratégico en Londres, a la que este diario ha acudido en calidad de invitado. En este último apartado, el del hidrógeno, Stilwell ha abierto la puerta, no obstante, a que las inversiones acaben siendo “mayores” por la inversión a través de asociaciones con otras empresas del sector.
El primer ejecutivo de la eléctrica portuguesa ha mostrado, además, su disposición a invertir en otras tecnologías de generación “como eólica flotante o la fotovoltaica flotante” si alcanzan un grado de madurez suficiente. “Estaremos atentos”, ha deslizado en la conferencia de prensa posterior a su encuentro con inversores. Las acciones de EDP han recibido el plan con una caída cercana al 2%, pero las de su filial EDPR se anotan una subida del 4%.
Por geografías, América del Norte —con Estados Unidos a la cabeza, donde la Administración de Joe Biden acaba de lanzar un potente paquete de incentivos para la inversión en renovables y donde EDP vislumbra “oportunidades sustanciales, con visibilidad a 10 años vista”— se llevará el 43%, frente al 35% de Europa, el 15% de América del Sur —prácticamente todo en Brasil, pero también con alguna incursión en Chile y Colombia— y el 7% de Asia-Pacífico.
La empresa —que hace cuatro años resistió a un intento de OPA por parte de la estatal china CTG— no aporta datos específicos para España, donde están alrededor del 40% de sus proyectos eólicos en Europa y aproximadamente el 12% a escala global. La presencia española de la eléctrica portuguesa ha crecido con fuerza en los últimos años. En su estrategia de crecimiento ha combinado el crecimiento interno con —sobre todo— golpes de chequera, como el que dio en 2020 con la compra de los activos de generación y distribución de Viesgo. Aquella operación, valorada en 2.700 millones, duplicó su potencia de tiro en el país. Ahora toca el turno de las inversiones orgánicas.
Stilwell, sobre la propuesta de España: “Hay cosas que no nos parecen razonables”
Preguntado por la reforma del mercado eléctrico propuesta por España a las autoridades europeas, el jefe de la energética portuguesa ha reconocido que algunas “cosas” le parecen “razonables, y otras que no”. En el haber, los incentivos a las subastas a largo plazo para la mayor parte de la producción renovable. En el debe, la “imposición de PPA [contratos bilaterales] sobre activos ya existentes [como la nuclear o la hidráulica]”. Esto último, ha dicho Stilwell, “sería difícil de encajar en el mercado regulatorio europeo”.
El ejecutivo luso también ha alertado del riesgo de que, en un mundo en el que los inversores toman decisiones en el muy largo plazo, algunos países —”y no me refiero solo a España, sino a toda Europa”— cambien la regulación “cada tres meses”. Y ha hecho una defensa sin fisuras del sistema marginalista —toda la producción, al precio del KWh más caro— que rige en los mercados comunitarios de la luz: “Creemos que funciona: da mucho valor y permite mantener a Europa unida. Lleva dos décadas haciéndolo bien y no entendemos que se quiera acabar con él”.
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