Barcelona se pone a prueba de nuevo con un MWC sin mascarillas

Ya lo dijo el pasado miércoles John Hoffman: “La semana que viene para muchos seremos los malos, porque no se podrá reservar en muchos restaurantes. Pero pido que nos perdonéis por estos días, ya que cuando haya acabado el congreso, seguro que habremos dejado más de lo que nos llevamos”. Así resumía el director de la GSMA, la patronal de móviles que organiza el ...

Ya lo dijo el pasado miércoles John Hoffman: “La semana que viene para muchos seremos los malos, porque no se podrá reservar en muchos restaurantes. Pero pido que nos perdonéis por estos días, ya que cuando haya acabado el congreso, seguro que habremos dejado más de lo que nos llevamos”. Así resumía el director de la GSMA, la patronal de móviles que organiza el Mobile World Congress (MWC), lo que significa para muchos barceloneses la celebración anual de este congreso, que tendrá lugar de lunes a jueves de la semana que viene en las instalaciones de Fira de Barcelona en L’Hospitalet de Llobregat: hoteles y restaurantes llenos, trenes y metro a rebosar de congresistas y las calles tomadas por las furgonetas negras que trasladan de un lugar a otro a los ejecutivos de empresas tecnológicas. La ciudad se pone a prueba otra vez tras el parón de la pandemia, que impidió la llegada de muchos asistentes: en esta 18ª edición, se espera que atiendan 80.000 visitantes.

La edición del año pasado ya fue la primera oportunidad para que el MWC se desprendiera de muchas de las limitaciones de la pandemia: atrajo a 61.000 asistentes, más que en la edición de 2021 (que se celebró en verano y bajo fuertes restricciones, y a la que acudieron 20.000 personas), pero muy lejos del récord que marcó la edición prepandémica, de 2019 (con 109.000 visitantes). Pero el año pasado todavía se notaban los coletazos de la emergencia sanitaria de la covid-19: era obligatoria la mascarilla para todos —ahora no lo será, aunque su uso está recomendado— y los hoteles y restaurantes de la ciudad no vivieron el bullicio habitual de este congreso, el más importante que se celebra en la capital catalana.

Esta vez, el vaivén de asistentes al MWC sí que se notará en la hostelería y la restauración. La agencia oficial del MWC ha reservado 18.500 habitaciones de hotel a precio cerrado, un 50% más que el año pasado, y, según las previsiones de la asociación Gremio de Hoteles, la ocupación hotelera durante los días del congreso se situará alrededor del 90% o el 95%, llegando a la plena ocupación de los hoteles de la ciudad durante los días centrales de la cita empresarial. Las cifras no serán aún como las anteriores a la pandemia, especialmente porque todavía se echará de menos parte de los viajeros asiáticos por el retraso en el levantamiento de las restricciones en algunos países como China. Los precios de las habitaciones aún estarán hasta un 10% por debajo de los que se alcanzaron durante el MWC de 2019, aunque según los datos de eBooking.com, una plataforma de reserva de alojamientos en línea, el precio medio por noche ascenderá hasta los 312 euros durante el congreso, mientras que el precio medio habitual ronda actualmente los 137 euros. Los apartamentos turísticos, según la asociación Apartur, también tendrán una ocupación del 90%.

Los restauradores, por su parte, tienen previsiones más cautas. En un comunicado, el Gremi de Restauració de Barcelona explica que la ocupación media será del 40%, y que todo dependerá de las reservas de última hora, una actividad que se concentrará entre el lunes y el martes, y casi exclusivamente para cenar. Con todo, los restauradores han notado una evolución en el pulso del MWC en los últimos años, que ha pasado de ser un congreso de grandes anuncios tecnológicos y al que asistían las estrellas del sector, a una cita dedicada al debate sobre las nuevas tecnologías en un sentido amplio: “El salón es positivo para la economía local y lo tenemos que seguir cuidando. Para los restaurantes, es un oasis en plena temporada baja. Pero, con el paso de los años, el impacto se ha reducido: ya no hay el alud de reservas de otras épocas o la euforia de los primeros años”, afirma Salva Vendrell, presidente del Gremi. Las empresas mayoristas de Mercabarna sí que han hecho previsiones similares a las de 2019: hasta un 40% más de pescado y marisco fresco que habitualmente, 15 toneladas diarias de carnes selectas, un 8% más, o 25.000 ensaladas gourmet y 18.000 brochetas de fruta y hortalizas. También los locales de ocio nocturno esperan aprovechar los días del congreso: la asociación Fecasarm prevé que entre bares, restaurantes y locales de ocio consigan una facturación de 96 millones de euros, a razón de 300 euros diarios de gasto por congresista en estos negocios.

7.400 empleos temporales

La organización del MWC cifra en 350 millones el impacto económico que deja a la ciudad, y explica que el congreso es también un revulsivo para el mercado laboral. Calcula que generará 7.400 empleos temporales entre azafatas, camareros, cocineros o montadores, entre otros, aunque este año la vertiente laboral del congreso está marcada por la muerte de un operario en un accidente laboral durante las tareas de montaje de la feria, que el congreso lamentó en un comunicado.

La movilidad y el transporte serán, una vez más, cruciales para el funcionamiento del congreso. Tras desconvocarse la huelga de taxis prevista, después de que el Govern se comprometiera a añadir en la ley de acompañamiento de los Presupuestos un blindaje de la tarifa regulada (para evitar que las aplicaciones que usan coches con VTC apliquen descuentos y suplementos), el Ejecutivo catalán aprobó una resolución para que cualquier VTC, sea cual sea la comunidad autónoma donde esté domiciliada, puede acudir a Barcelona a operar entre el 24 de febrero y el 7 de marzo. La asociación Élite Taxi —que explica que la facturación de los taxistas aumenta un 25% durante el MWC— no ha reactivado las protestas.

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