Iberdrola pide renegociar su contrato estrella de 4.000 millones en Massachusetts
Su filial Avangrid advierte de que el parque eólico marino de Commonwealth Wind no es viable en las condiciones actuales
Commonwealth Wind es uno de los grandes proyectos que Iberdrola desarrolla en Estados Unidos a través de Avangrid, su filial en el país norteamericano. La empresa se adjudicó a finales del año pasado acuerdos a largo plazo (PPA) para comercializar la energía futura que produzca el mayor parque eólico marino de Nueva Inglaterra hasta la fecha, con 1.232 megavatios y una inversión de 4.000 millones de dólares (una cifra ligeramente superior e...
Commonwealth Wind es uno de los grandes proyectos que Iberdrola desarrolla en Estados Unidos a través de Avangrid, su filial en el país norteamericano. La empresa se adjudicó a finales del año pasado acuerdos a largo plazo (PPA) para comercializar la energía futura que produzca el mayor parque eólico marino de Nueva Inglaterra hasta la fecha, con 1.232 megavatios y una inversión de 4.000 millones de dólares (una cifra ligeramente superior en euros, al cambio actual). Ahora, sin embargo, pide renegociar los contratos porque advierte de que el proyecto no es viable económicamente en las condiciones acordadas.
Avangrid, a través de la propia sociedad Commonwealth Wind LLC, ha registrado de momento una moción ante el Departamento de Servicios Públicos (DPU) de Massachusetts en la que pide una suspensión de un mes en los procedimientos de revisión de esos contratos de adquisición de energía con las compañías de distribución eléctrica para poder replantear un proyecto con el que asegura seguir “comprometida”.
“Una suspensión de un mes de estos procedimientos permitiría a las partes considerar los desarrollos altamente relevantes que han ocurrido” desde la firma de los contratos, que finalmente se produjo en abril. “En particular, esta suspensión permitiría a las partes examinar el efecto de los aumentos sin precedentes de los precios de las materias primas, las subidas de los tipos de interés y la escasez de suministro en la viabilidad general del proyecto de generación eólica marina de Commonwealth Wind”, añade, “incluyendo si sigue siendo económico y si puede financiarse con las condiciones actuales”.
La suspensión permitiría a las partes, alega Avangrid, tomar en consideración la forma de “restablecer la viabilidad del proyecto”, incluidas medidas de ahorro, potenciales incentivos fiscales bajo la recientemente aprobada ley de Reducción de la Inflación, un aumento de los precios de los contratos y mejoras de la eficiencia del proyecto. “Una suspensión inmediata es crucial porque, bajo los actuales PPA, el proyecto ya no es viable y no podría seguir adelante”, afirma tajante. La compañía ha estado ya hablando con las otras partes implicadas antes de registrar la moción.
El aumento de los precios de las materias primas a nivel mundial, en parte debido a la guerra en Ucrania, las subidas bruscas y repentinas de los tipos de interés, las limitaciones prolongadas de la cadena de suministro y la inflación persistente han aumentado significativamente el coste previsto de la construcción del proyecto, explica la empresa. “En consecuencia, el proyecto ha dejado de ser viable y no podrá seguir adelante si no se modifican los PPA”.
Iberdrola tiene la intención de incorporar socios a este proyecto, como ha hecho con el parque eólico marino de Vineyard Wind 1, de 800 megavatios, en el que Copenhagen Infrastructure Partners (CIP) tiene un 50%, pero eso no es posible con un proyecto inviable.
Commonwealth Wind asegura en su moción que “sigue plenamente comprometida con el proyecto y con el suministro de energía renovable competitiva a los habitantes y empresas de Massachusetts”. De hecho, afirma que es “más importante que nunca”, ante la necesidad diversificar las fuentes de generación eléctrica y el papel clave del proyecto para cumplir los ambiciosos objetivos climáticos y de energía limpia del Estado. La empresa cree que el proyecto está en condiciones de entrar en servicio comercial en 2028 y funcionar a pleno rendimiento unos años más tarde.
Avangrid espera demostrar durante ese mes de suspensión, si se concede, que un “modesto incremento” en las tarifas puede permitir que el proyecto sea rentable y eficaz. En paralelo, la compañía ha estado explorando todas las opciones para mejorar la eficiencia del proyecto y mitigar el cambio de las condiciones económicas, asegura.
El escrito también hace referencia explícita varias veces al proyecto estrella de Joe Biden, la ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), que “incluye disposiciones que pueden afectar y cambiar la disponibilidad de créditos fiscales para Commonwealth Wind en relación con el proyecto” y cuyo efecto apenas se ha estudiado hasta ahora en el expediente. “Aunque los beneficios de la IRA para el proyecto no se conocen por completo en este momento y no se prevé que hagan que el proyecto sea económico si no hay otros cambios en los PPA, Commonwealth Wind cree que puede haber oportunidades potenciales para compartir los beneficios asociados con la IRA y con los contribuyentes, y estaría dispuesta a explorar esas oportunidades con las partes interesadas”, explica.
Según argumentó Iberdrola al adjudicarse los contratos, el proyecto de 1.232 megavatios creará el equivalente a 11.000 puestos de trabajo a tiempo completo durante la vida del proyecto y generará energía suficiente para abastecer a 750.000 hogares. Commonwealth Wind incluye dos iniciativas innovadoras que transforman antiguas centrales termoeléctricas de carbón en centros de energía limpia. En Brayton Point (Somerset) se instalará la primera fábrica de cables submarinos de Massachusetts, operada por Prysmian, y en Salem Harbor se levantará una nueva terminal para proyectos eólico-marinos, que dará servicio a los proyectos de Park City Wind (un parque eólico de 800 megavatios en Connecticut) y el propio Commonwealth Wind.
Los contratos afectaban a la compra de energía del parque eólico marino de Iberdrola, Commonwealth Wind, y también a Mayflower Wind, impulsado por la petrolera angloholandesa Shell y por Ocean Winds, una alianza entre la eléctrica portuguesa EDP Renovables y la francesa Engie. Mayflower Wind no se opone a la moción, asegura Avangrid.
Las compañías distribuidoras de electricidad que firmaron los contratos a largo plazo son filiales en la zona de los grupos Eversource, National Grid y Unitil.