El presidente de Grifols deja el cargo en plena crisis de la compañía en Bolsa
Víctor Grifols cede su puesto al experto en inversiones Steven F. Mayer después de estar 30 años al mando del grupo
Revolución al frente de Grifols. Víctor Grifols, presidente del grupo de hemoderivados controlado por su familia, cesa en el cargo. Lo releva Steven F. Mayer, experto en inversión procedente del gestor de fondos Cerberus y que estaba en el consejo de la empresa catalana desde 2011, quien tendrá una posición ejecutiva. El cambio se produce en plena caída de la cotización de Grifols, que ha perdido más de un 46% en lo que va de año, lastrada por su...
Revolución al frente de Grifols. Víctor Grifols, presidente del grupo de hemoderivados controlado por su familia, cesa en el cargo. Lo releva Steven F. Mayer, experto en inversión procedente del gestor de fondos Cerberus y que estaba en el consejo de la empresa catalana desde 2011, quien tendrá una posición ejecutiva. El cambio se produce en plena caída de la cotización de Grifols, que ha perdido más de un 46% en lo que va de año, lastrada por su pesada mochila de deuda, próxima a los 9.000 millones de euros.
Con su paso a un lado, Víctor Grifols cierra 30 años como primer ejecutivo de la compañía y más de 50 años dedicados a la compañía, convertida en uno de los gigantes globales del negocio de la sangre. Hace unos días, en plena tormenta por el hundimiento de la cotización, la compañía anunció que estaba trabajando en la reducción de su endeudamiento, origen de sus problemas, y en el posible fichaje de ejecutivos externos de contrastada solvencia. Mayer se sitúa por delante de los consejeros delegados de la compañía, Víctor Grifols Deu y Raimon Grifols Roura, hijo y hermano del presidente saliente, que se mantendrá en el consejo de administración y como presidente de honor.
Mayer dirigió el equipo que adquirió y gestionó Talecris Biotherapeutics tras escindirse de Bayer Healthcare. Talecris es justamente una de las grandes operaciones emprendidas por Grifols, que la adquirió en 2010 por más de 3.000 millones de euros. Tras la compra, Mayer se incorporó al laboratorio catalán como consejero.
En un comunicado, Grifols resume los cambios como una muestra de compromiso para reforzar el liderazgo de la compañía, acelerar su plan estratégico y aumentar el valor para todos sus accionistas. Este martes se tendrá que ver cómo reacciona el mercado con el cambio, ya que la compañía ha decidido anunciar el nombramiento al cierre del mercado. Este lunes las acciones han cerrado a 8,98 euros, lo que supone un alza del 1,08%.
“He pasado la mayor parte de mi vida liderando Grifols. Hoy es una compañía sólida y en buenas manos, por lo que es el momento de retirarme”, afirma Víctor Grifols en el texto remitido por la compañía. Su sucesor ha respondido señalando la dificultad de la tarea encomendada: “Aunque calzar los zapatos de Víctor es imposible, trabajaré junto al consejo de administración, los consejeros delegados y todo el equipo directivo, poniendo toda mi experiencia al servicio de los objetivos estratégicos de la compañía y de sus prioridades”.
Elevado endeudamiento
Tras años de escalada de valor, con una agresiva política de adquisiciones levantadas sobre el apalancamiento, los dos últimos ejercicios se han convertido en una tortura para los accionistas del grupo. De los máximos de 34,19 euros de febrero de 2020 se ha pasado a 8,98 euros de este lunes. La agencia de calificación S&P ha rebajado su rating porque los tempos de reducción de la deuda no se están cumpliendo y suponen nueve veces el ebitda de la compañía, un múltiple que duplica lo que sería idóneo y que es más peligroso porque en tres años tendrá que afrontar vencimientos relevantes. En todo ese enjambre financiero golpeó la covid, que rebajó la captación de plasma para desarrollar sus productos, problema que, según la empresa, se encuentra en vías de solución.
Uno de los puntos que más ha agudizado las presiones sobre la dirección de la compañía se encuentra en la adquisición anunciada en septiembre de 2021 de la alemana Biotest, especializada en hematología e inmunología clínica y propietaria de una cartera de productos derivados del plasma. Fue de las operaciones más ambiciosas del laboratorio catalán, con un coste de 1.100 millones de euros, con el objetivo de convertirse en líder en capacidad industrial para conseguir plasma.
La cuestión es que una buena parte de esa inversión, como otras anteriores, se realizó a través de endeudamiento, con la confianza de que los altos niveles de caja generados por el negocio de Grifols permitieran reducirla a ritmos récord. La Bolsa aplaudió la operación inicialmente, pero ahora le pasa factura.