La actividad de la eurozona retrocede por segundo mes consecutivo
La persistente inflación, los tipos de interés al alza y una débil confianza empresarial abocan las principales economías de la UE a un otoño difícil
La desaceleración de la actividad de la zona euro se agudiza. El indicador adelantado del índice PMI compuesto de agosto se ha situado en los 49.2 puntos desde los 49.9 de julio, su nivel más bajo en el último año y medio. Este dato macroeconómico, medido cada mes por S&P Global, refleja el comportamiento de la industria manufacturera y del sector servicios: una lectura por encima de los 50 puntos indica expansión, mientras que por debajo de este umbral, contracción. En este caso, la encuesta no deja lugar a dudas. La persistente inflación, los ...
La desaceleración de la actividad de la zona euro se agudiza. El indicador adelantado del índice PMI compuesto de agosto se ha situado en los 49.2 puntos desde los 49.9 de julio, su nivel más bajo en el último año y medio. Este dato macroeconómico, medido cada mes por S&P Global, refleja el comportamiento de la industria manufacturera y del sector servicios: una lectura por encima de los 50 puntos indica expansión, mientras que por debajo de este umbral, contracción. En este caso, la encuesta no deja lugar a dudas. La persistente inflación, los tipos de interés al alza y una débil confianza empresarial pintan un panorama sombrío en las principales economías de la Unión Europea.
El índice señaló la segunda reducción mensual consecutiva de la actividad total de la zona euro tras un periodo de dieciséis meses de crecimiento. La caída fue impulsada por una fuerte contracción de los servicios, cuyo indicador adelantado del índice PMI de la zona euro marcó los 50.2 puntos frente a los 51.2 de julio. El sector permanece en el terreno de la expansión, pero crece a su ritmo más bajo desde abril de 2021, cuando la actividad volvió a recuperarse tras el shock de la pandemia.
Las noticias que llegan desde la industria tampoco son alentadoras, con el dato preliminar del PMI del sector manufacturero que se ha colocado en los 49.7 puntos (49.8 en julio). La actividad empresarial se vio afectada por una demanda decreciente: ante los elevados costes, el volumen de los nuevos pedidos disminuyó por segundo mes consecutivo. La intensa reducción de la demanda ha conllevado a una acumulación de productos no vendidos, lo que ha ocasionado algunas dificultades a las firmas para gestionar sus existencias. “Este exceso de productos sugiere que existen escasas probabilidades de mejoras para la producción manufacturera a corto plazo”, señala Andrew Harker, director económico de S&P Global.
La reducción de la actividad total en la zona euro afectó en mayor medida sus principales economías. Alemania registró la caída más intensa de la actividad total desde junio de 2020: el PMI compuesto se ha situado en los 47.6 puntos desde los 48.1 de julio, lo que supone su peor lectura en más de dos años. El declive del sector servicios fue el gran lastre para la economía alemana, que también descuenta el peso de una manufactura en contracción. Las exportaciones no despegan y las empresas manifiestan su preocupación por la evolución de los costes energéticos por su fuerte dependencia del gas ruso.
Las mayores economías europeas se enfrentarán a un otoño económico duro y Francia no es una excepción. Su PMI compuesto ha bajado en agosto hasta los 49,8 puntos frente a los 51,7 del mes anterior, el nivel mínimo en un año y medio. “La alta inflación y la disminución del impulso de la demanda posterior a la covid-19 han llevado a las empresas y los consumidores a reducir los gastos discrecionales, lo que provocó que la demanda de servicios cayera por primera vez desde marzo de 2021″, indica Joe Hayes, economista senior de S&P Global. Pero fue la manufactura la que anotó un mayor deterioro de la demanda, puesto que las débiles condiciones del mercado elevaron la indecisión de los clientes a la hora de hacer sus pedidos, advierten los encuestados.
Mejora en la cadena de suministro
Aunque las presiones inflacionistas se mantuvieron elevadas, los panelistas indicaron que las máximas parecen haber quedado atrás, puesto que las tasas de aumento de los precios se han atenuado de manera generalizada. “Las empresas siguen observando un aumento menos intenso de sus costes, lo que a su vez les permite aumentar sus precios de venta a un ritmo menor. Aunque, parece que cualquier alivio para la situación inflacionaria llegará demasiado tarde como para proporcionar un apoyo sustancial a la demanda”, agrega Harker. Además de la atenuación de la inflación, las firmas pusieron de manifiesto que los problemas de las cadenas de suministro del sector manufacturero siguieron disminuyendo en agosto. Los plazos de entrega de los proveedores no terminan de alargarse, pero al ritmo menos marcado desde octubre de 2020.
Sin embargo, la preocupación por el panorama económico a corto plazo hace que la confianza empresarial se mantenga moderada. Este sentimiento relativamente pesimista, junto a una disminución sostenida de la demanda de los consumidores, llevó a las empresas a mostrarse cada vez menos propensas a aumentar sus plantillas. El empleo aumentó por decimonoveno mes consecutivo, a medida que algunas compañías siguieron esforzándose por reconstruir su fuerza laboral después de la pandemia, pero el ritmo de creación de nuevos puestos de trabajo fue el más lento desde marzo de 2021. Todos los indicadores apuntan a que los últimos meses del año serán un período difícil para la zona euro.