El Banco Santander calcula que el impuesto al sector puede limitar en unos 50.000 millones la concesión de crédito
La entidad gana 4.894 millones hasta junio, un 33% más, por unos menores costes de reestructuración
Los resultados semestrales del Banco Santander han pasado en esta ocasión a un segundo plano: la atención estaba puesta en la reacción del mercado y la entidad ante el impuesto extraordinario al sector anunciado por el Gobierno. El grupo que preside Ana Botín ha advertido de las consecuencias que puede tener este tributo en la actividad bancaria: “Si salen 3.000 millones de capital [eso es lo que prevé recaudar el Ejecutivo en dos años], se resta ca...
Los resultados semestrales del Banco Santander han pasado en esta ocasión a un segundo plano: la atención estaba puesta en la reacción del mercado y la entidad ante el impuesto extraordinario al sector anunciado por el Gobierno. El grupo que preside Ana Botín ha advertido de las consecuencias que puede tener este tributo en la actividad bancaria: “Si salen 3.000 millones de capital [eso es lo que prevé recaudar el Ejecutivo en dos años], se resta capacidad de prestar por un importe de unos 50.000 millones”, aseguró el consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez. Aunque matizó que luego el mercado tiene su propia dinámica.
Este posible efecto nocivo que conlleva un hipotético cierre del grifo del crédito es uno de los indicadores que vigila el Banco Central Europeo, como ha dejado claro en la última semana Luis de Guindos, vicepresidente del Eurobanco. Además, otra de las amenazas de este sobrecoste es que acabe repercutiendo en el precio del servicio a los clientes. Todo ello se uniría al impacto sobre la economía y el consumo de la alta inflación, que va a ser más duradera de lo esperado. Sobre esto, Álvarez ha sido taxativo: “La inflación difícilmente se combate con impuestos”.
Esta cuestión ha acaparado los focos en el día que el Santander presentaba sus resultados del primer semestre. Hasta junio ganó 4.894 millones, un 33,2% más que en el mismo periodo de 2021, según ha comunicado este jueves a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El grupo explica que este fuerte repunte se debe en parte a los cargos de reestructuración de 530 millones que se aplicaron en el pasado ejercicio —sin ese impacto el crecimiento del beneficio fue del 16%—. De esta forma, los números de la entidad van al alza en un momento en el que las ganancias del sector están en el centro del debate por el impuesto extraordinario del Gobierno, con el que prevé recaudar 3.000 millones de euros en dos años. Precisamente los números de la filial española se han disparado en los primeros seis meses del año, con un crecimiento de su beneficio del 86% hasta los 652 millones.
El negocio bancario tiene el viento a favor gracias las subidas generalizadas de los tipos de interés. Este clima favorable ya había comenzado en otras geografías donde opera el Banco Santander (Brasil, Estados Unidos, México y Reino Unido) y desde la semana pasada se ha unido Europa. Eso sí, este oxígeno tardará en hacerse visible en el Viejo Continente porque los préstamos que se vinculan al precio del dinero —las hipotecas, por ejemplo, están referenciadas al euríbor a 12 meses— se revisan en su mayoría una vez al año. Por tanto, existe ese decalaje hasta que se actualizan y los ingresos crecen (el euríbor ha pasado de un -0,502% en diciembre a estar en positivo este último mes de junio, que cerró en el 0,852%).
A pesar de este periodo de transición necesario, las cuentas de los bancos empiezan a reflejar el incremento. Así lo muestran los resultados semestrales del Santander: el margen de intereses subió un 13,7% hasta los 18.409 millones, el margen neto creció un 11,1%, hasta los 13.685 millones, y el margen bruto alcanzó los 25.120 millones (+10,7%). Además, los ingresos por comisiones subieron un 13,2% hasta los 5.852 millones. Entre el margen de intereses y los ingresos por comisiones suman el 97% de la facturación del grupo, lo que da muestra de la fortaleza de los resultados del banco.
Por la parte de los costes de explotación, estos tuvieron un alza del 10% hasta los 11.435 millones impulsados por la espiral alcista de precios. Sobre la ratio de capital CET1 fully loaded, el banco que preside Ana Botín cierra junio en el 12,05%, dentro de los objetivos marcados por la compañía. A pesar de estas cuentas favorables, la cotización cayó un 2,39% en Bolsa.
Si se fija la mirada en las geografías que experimentaron antes una subida de los tipos de interés, el margen de intereses creció por encima de lo que lo hizo el grupo: en el Reino Unido el alza fue del 13%, en México del 9%, en Chile del 7% y en Argentina y Polonia se disparó un 93% y un 92%, respectivamente. “La subida de tipos ayudará a que los ingresos tengan una mejor dinámica, aunque no en todos los sitios el comportamiento es el mismo”, ha incidido Álvarez en rueda de prensa. De esta forma, se prevé que este indicador clave de las cuentas suba en el negocio en España en los próximos trimestres tras el incremento en 50 puntos básicos de los tipos del BCE la semana pasada y un nuevo alza previsto para septiembre.
“Hemos logrado unos buenos resultados en el primer semestre, con un retorno sobre el capital tangible muy por encima del 13% y una ratio de capital CET1 del 12%, lo que muestra la fortaleza y eficiencia de nuestro modelo y la solidez de nuestro balance”, destaca Botín en un comunicado. Es cierto que la comparación con 2021 se esperaba que fuese favorable, entre otras cosas, porque la situación económica de este primer semestre ha sido mejor en términos generales. Aunque los nubarrones se ciernen de nuevo para la segunda parte del año. Esta vez no será por la pandemia, sino por la incertidumbre generada por la guerra de Ucrania y las represalias de Rusia respecto al envío de gas a Occidente, así como por la inflación.
Crecimiento en España
Por áreas geográficas, Norteamérica y Sudamérica siguen siendo la joya de la corona: generaron seis de cada diez euros del beneficio del Santander (el 59%). Europa aportó el 31% y España supone el 11% de las ganancias totales de la entidad. El banco subraya que esta diversificación por mercados es una de sus palancas principales de crecimiento. “El beneficio ordinario del periodo creció un 38% en Europa, hasta los 1.839 millones de euros, y un 7% en Sudamérica, hasta los 1.946 millones, mientras que se redujo un 10% en Norteamérica, hasta los 1.578 millones, debido a la esperada normalización de las provisiones de crédito”, recoge el grupo en el comunicado.
La filial española ha registrado una mejora del resultado del 86% (obtuvo un beneficio ordinario de 652 millones) hasta junio y se coloca como el cuarto mercado que más ganancias aporta al grupo, solo por detrás de Brasil (1.365 millones), Estados Unidos (1.090 millones) y Reino Unido (736 millones). Los buenos números en España se explican por una reducción de costes gracias a la salida de empleados y al cierre de oficinas que se produjo el pasado ejercicio, así como por menores dotaciones por insolvencias. “El beneficio ha subido básicamente por la bajada del 25% de las provisiones”, ha explicado en rueda de prensa José García Cantera, director financiero del Banco Santander.
De vuelta a los datos globales, los beneficios antes de impuestos del grupo fueron 7.915 millones en el primer semestre, un 4% más que en el mismo periodo de 2021. Y los impuestos por ganancias fueron 2.374 millones: “Lo que da como resultado una tasa fiscal efectiva del 30%”, destaca el grupo en plena tormenta por el esfuerzo tributario que le pide el Gobierno al sector financiero.
Fuerte actividad comercial
El negocio bancario ha atravesado unos meses de bonanza, dejando atrás los vaivenes de la pandemia. Los créditos aumentaron en todas las ramas: un 7% más las hipotecas, un 6% los préstamos al consumo y un 4% el crédito a empresas. “La cartera de crédito del banco se mantiene muy diversificada tanto por líneas de negocio como por geografías, con un 65% del crédito con garantía real”, explica el Santander.
Una de las amenazas que se ciernen sobre la actividad es un hipotético incremento de la mora por el parón que se teme de la economía. Por el momento, la ratio de morosidad del Santander se sitúa en el 3,05, 17 puntos básicos menos en términos interanuales. Una cifra que se mantiene baja gracias a la buena actividad en Europa y Norteamérica. Pese a ello, el banco ha aumentado provisiones hasta los 2.600 millones de euros en el segundo trimestre: “Las dotaciones suben principalmente por Polonia (hipotecas en francos suizos), EE UU (entorno macro) y Brasil (minorista)”, explica el grupo en la presentación de resultados para inversores.
En número de clientes, el grupo que preside Botín ganó siete millones de nuevos usuarios hasta casi los 157 millones en todo el mundo. Además, más de la mitad de las ventas (un 56%) de los primeros seis meses del año se hicieron a través de canales digitales (web o móvil).
Con estos resultados al alza, el grupo sostiene en su nota que mantendrá su política de dividendos para 2022: tiene la intención de repartir aproximadamente el 40% del beneficio ordinario entre dividendos en efectivo y recompras de acciones.