Goirigolzarri cree que Francisco González conocía la primera contratación del BBVA a Villarejo
El actual presidente de CaixaBank declara al juez que, mientras fue consejero delegado del banco, nunca supo de los trabajos del comisario e implica a uno de sus subordinados, Ángel Cano
El actual presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, ha negado este lunes al juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón que él conociera, mientras fue consejero delegado del BBVA entre finales de 2001 y septiembre de 2009, que el comisario José Manuel Villarejo trabajaba para la entidad. Goirigolzarri, que declaraba como testigo, ha rechazado que, en contra de lo que recoge una nota intervenida al policía, él estuviera al tanto de los trabajos de es...
El actual presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, ha negado este lunes al juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón que él conociera, mientras fue consejero delegado del BBVA entre finales de 2001 y septiembre de 2009, que el comisario José Manuel Villarejo trabajaba para la entidad. Goirigolzarri, que declaraba como testigo, ha rechazado que, en contra de lo que recoge una nota intervenida al policía, él estuviera al tanto de los trabajos de este para frenar, en 2004, el intento del empresario Luis del Rivero por hacerse con el control del BBVA. En su desmarque de las actividades presuntamente irregulares de Villarejo, el máximo responsable de CaixaBank ha señalado al que entonces era su subordinado, el exdirectivo Ángel Cano, imputado en la causa, como uno de los cargos que estaba al tanto de la contratación del policía.
También ha añadido que creía “lógicamente” que la decisión de contratar “una empresa de inteligencia” para hacer frente a la operación de Del Rivero fue del entonces presidente, Francisco González. Aquellos trabajos los realizó finalmente Cenyt, la empresa que servía de epicentro societario de Villarejo, en lo que fue el primer encargo que recibió del banco. “¿Quién podía dar la orden de contratación saltándose a usted, que era el número dos?”, le ha preguntado el abogado de uno de los imputados ante la insistencia de Goirigolzarri en negar que conociera aquella contratación, pese a que el departamento de seguridad dependía de él. Tras intentar rehuir la respuesta, finalmente el exdirectivo del BBVA ha señalado al “número uno”, en referencia a González, según coinciden en señalar a EL PAÍS varias fuentes jurídicas presentes en el interrogatorio.
La declaración de Goirigolzarri se ha producido a petición de la Fiscalía Anticorrupción después de que, entre el material intervenido a Villarejo, tras su detención de 2017, apareciera una nota en la que se recogía el contenido de una supuesta conversación que el comisario había mantenido, en junio de 2005, con el entonces jefe de seguridad del BBVA, Julio Corrochano, uno de los principales implicados en la causa. Según esta nota, Goirigolzarri supuestamente conoció la existencia de la operación de espionaje al exministro socialista Miguel Sebastián encargada por el banco y pidió explicaciones a Corrochano, quien era su subordinado.
Siempre según esa nota, el entonces consejero delegado del BBVA se había “mosqueado” porque consideró que controlar a un miembro del Gobierno podía ser delito. En aquel documento, Villarejo aseguraba que el ahora presidente de CaixaBank tuvo acceso a los informes de los operativos Trampa I y Trampa II, destinados, el primero, a impedir que Del Rivero se hiciera con el control del banco, y el segundo sobre una posible compra del italiano Banco Nazionale del Lavoro (BNL).
Cerca de dos horas declarando
En su declaración de este lunes, que ha durado cerca de dos horas, Goirigolzarri ha negado que se produjera la escena recogida en dicho documento. “Nunca jamás había tenido la más mínima idea de la existencia [de esos informes]”, ha asegurado antes de recalcar que tampoco había hablado de ellos con Corrochano. “Mis relaciones con este señor eran muy esporádicas y solo para hablar de mi seguridad personal”, había señalado antes. El presidente de CaixaBank sí ha revelado que tuvo una reunión, ya en mayo de 2005, cuando ambas operaciones ya habían terminado, con uno de sus subordinados, el entonces responsable de Recursos Humanos, Ángel Cano, del que dependía el departamento de Seguridad. Cuando estaba a punto de terminar esa reunión, Goirigolzarri ha asegurado que Cano le comentó que se había contratado “a una empresa de inteligencia” para “analizar” la operación de Del Rivero. “Me enfadé muchísimo”, ha asegurado el directivo, que consideró “una deslealtad total” no haber tenido la información sobre ese operativo: “Se hizo a mis espaldas”.
En su declaración como imputado ante el juez del pasado diciembre, Cano, señalado por la investigación interna elaborada por el propio banco como uno de los 11 directivos que participaron en la firma de los contratos con Villarejo, no mencionó al juez esta reunión. En aquella comparecencia, el exdirectivo descargó la responsabilidad en Corrochano y en Francisco González. Cano aseguró entonces que el ex jefe de Seguridad veía estos trabajos “en directo con el presidente” y que este último no le dijo “nada” sobre dichos encargos.
A preguntas del fiscal, Goirigolzarri ha añadido que “es cierto” que Francisco González a veces encargaba trabajos a directivos que estaban bajo el mando del consejero delegado, pero que “lo normal” era que esa persona hablase luego con él y le comentara “la decisión del presidente o el trabajo que le había encargado”. El presidente del CaixaBank ha afirmado que en aquella reunión con Cano amenazó con cesarlo si volvía a producirse esta falta de lealtad. Preguntado por Anticorrupción si su subordinado le había explicado quién le había dado la orden, Goirigolzarri ha afirmado: “Yo asumí, lógicamente, que era una decisión que había tomado el presidente, la decisión de contratar a una empresa de inteligencia. Los pasos posteriores no sé quién los decidiría”.
“Una deslealtad”
En su testimonio, el presidente de CaixaBank ha asegurado que no indagó más sobre aquella operación “ni con Cano ni con nadie” ni pidió más explicaciones sobre el objetivo de la operación ni el resultado. También ha afirmado que nunca supo si Francisco González recibió documentación sobre aquel espionaje y ha aclarado que, desde luego, que este “nunca” compartió nada con él. En su declaración como imputado, en 2019, Francisco González ya había admitido su intervención en la decisión de contratar a una empresa de inteligencia, aunque negó conocer cuál era esta en concreto ni las actividades que realizó.
La investigación sobre los encargos de la entidad financiera al comisario —en la que están imputadas una veintena de personas, entre ellas el propio Villarejo, Francisco González y el BBVA como persona jurídica— se realiza dentro de una de las piezas abiertas por el juez en macrosumario abierto por las actividades presuntamente delictivas del policía. Las pesquisas han revelado, hasta ahora, un total de 18 encargos del BBVA al comisario por los que este se embolsó 10.3 millones de euros. El magistrado acordó el pasado enero prorrogar la investigación hasta el próximo 29 de julio para tomar las declaraciones que faltaban y practicar otras diligencias pendientes.