Almussafes se mantiene en la carrera para enchufarse al coche eléctrico
La factoría española compite con la alemana de Saarlouis por la adjudicación de dos de los modelos electrificados que Ford fabricará en Europa
El cierre de plantas y los miles de despidos de Ford en Europa, en reestructuración desde 2018, tiene en vilo a la factoría española de Almussafes, en Valencia, de la que dependen 6.200 empleos directos y otros 25.000 de la industria auxiliar. La multinacional del óvalo anunció que abandonará la producción de coches de combustión a partir de 2030 y que fabricará en el continente menos m...
El cierre de plantas y los miles de despidos de Ford en Europa, en reestructuración desde 2018, tiene en vilo a la factoría española de Almussafes, en Valencia, de la que dependen 6.200 empleos directos y otros 25.000 de la industria auxiliar. La multinacional del óvalo anunció que abandonará la producción de coches de combustión a partir de 2030 y que fabricará en el continente menos modelos que ahora pero eléctricos. La factoría de Almussafes necesita de esos dos futuros modelos para seguir en pie otros 15 años. Detroit, sede mundial de la compañía, decidirá en junio qué planta europea fabricará sus nuevos eléctricos, por los que puja no solo Almussafes sino también la alemana de Saarlouis.
La factoría valenciana, en pie desde 1976, se mantiene en la carrera por la electrificación después de que el comité de empresa, donde UGT es el sindicato mayoritario, alcanzase este jueves un acuerdo con la dirección europea laboral que se enviará sellado a Detroit. En octubre, Almussafes abrió una mesa de diálogo que se ha reunido periódicamente con el propósito de alcanzar un pacto que convirtiese la planta valenciana en una candidata tan competitiva como para llevarse los modelos en liza.
El consenso no se produjo hasta la reunión de este jueves en Colonia. La compañía pedía una rebaja salarial del 10%, reducir las vacaciones en una semana y ampliar 30 minutos cada turno de trabajo. UGT respondió con una propuesta a cuatro o cinco años vista abierta a la contención salarial “siempre y cuando se recupere más tarde la senda del IPC”. Ofrece además medidas de flexibilidad condicionadas a la adjudicación de los futuros vehículos eléctricos, que no entrarían en vigor hasta 2025, y avanzar en la flexibilidad de la jornada laboral.
UGT, que preside el comité de empresa, ha destacado el sacrificio de la plantilla de Almussafes después de dos años encadenando regulaciones temporales de empleo por la falta de semiconductores o por el descenso de ventas de vehículos, la aprobación de un ERE para 600 trabajadores o la supresión del turno de noche en la planta de montaje.
Pero ¿qué pasa en el resto de plantas de Ford en Europa? La única factoría en el continente con una producción consolidada de modelos eléctricos es Colonia. La planta valenciana fabrica el modelo híbrido del Kuga, que podría ser el enganche para conseguir otros productos similares. Por el contrario, Saarlouis solo tiene modelos de combustión. Las dos plantas guardan silencio y miran con lupa cualquier movimiento de su competidor.
La multinacional ha invertido en los últimos años en la planta valenciana, pero no lo suficiente para asegurar su futuro. En 2021, Ford adjudicó a Almussafes la fabricación de la próxima generación de motores híbridos para el mercado europeo a partir de finales de año, y se comprometió a aumentar la capacidad de la nueva planta de ensamblaje de baterías, aunque su impacto sobre el empleo, reconoce el comité, es limitado. Pero el problema sigue siendo el mismo, la mayoría de modelos que hoy fabrica Almussafes (el Mondeo, el S-MAX, el Galaxy o la furgoneta Connect) son modelos ya maduros y en retirada. Solo le quedaría el Kuga en sus versiones híbrida o híbrida enchufable.
En este escenario de incertidumbre, la Asociación Valenciana de la Industria de la Automoción (AVIA), a la que pertenecen 116 empresas que dependen en mayor o menor medida de Ford, recuerda los 25.000 empleos en juego de la industria auxiliar. Francisco Segura, proveedor de la factoría y vocal de AVIA, reconoce que es un momento de cambio y de afianzar nuevos proyectos. “Somos optimistas con el futuro de Almussafes. Pero ante el silencio general y que hemos leído que el Gobierno alemán está haciendo mucha fuerza para que su planta no se cierre, hay temor a que eso pueda inclinar la balanza. Confiamos en la actuación del Gobierno español y autonómico porque en un momento dado puede ser un apoyo fundamental”, defiende el empresario.
“La Generalitat ha estado siempre al lado de Ford”, destaca el consejero de Economía, Rafael Climent. “El sector de la automoción es muy importante en la Comunidad Valenciana por Ford y el sector auxiliar. Y aunque la pandemia ha recortado las exportaciones, la automoción representaba en 2019 el 12% del PIB valenciano”, añade. “La Administración ha estado codo con codo con Ford para mantener los empleos y vamos a seguir en esa línea”, concluye Climent a sabiendas de que la multinacional está inmersa en un momento de cambio y la decisión definitiva se tomará en Detroit. La paz social en la factoría y su elevada productividad son, en opinión del consejero, los ingredientes positivos a favor de Almussafes.
La partida se está jugando con la mayor discreción posible. Ford España guarda silencio y declina hacer cualquier comentario sobre las negociaciones, mientras que el presidente valenciano, Ximo Puig, reitera que la Generalitat hará todo lo posible para conseguir la electrificación de Almussafes a la vez que recuerda que el plan de ajuste presentado por el comité está sometido a confidencialidad. UGT quiere dar a conocer al resto de sindicatos en Almussafes el acuerdo alcanzado en Colonia, y darles así opción de sumarse por el futuro de la factoría.