El acuerdo de la prórroga de los ERTE, en tres actos
Tras semanas de tensas negociaciones y enfrentamientos públicos y privados entre las partes, las diferencias de Gobierno y agentes sociales se resolvieron gracias a varios encuentros cruzados
La aprobación de la prórroga de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) hasta el 30 de septiembre durante la tarde del miércoles fue el resultado de intensas semanas de negociaciones. Sin embargo, la resolución de la disputa se produjo al esprint cuando, a pesar de la cercanía de la meta ―la vigencia del marco actual culminaba el 31 de mayo, el próximo lunes― más empinada parecía la ascensión final.
La desarticulación d...
La aprobación de la prórroga de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) hasta el 30 de septiembre durante la tarde del miércoles fue el resultado de intensas semanas de negociaciones. Sin embargo, la resolución de la disputa se produjo al esprint cuando, a pesar de la cercanía de la meta ―la vigencia del marco actual culminaba el 31 de mayo, el próximo lunes― más empinada parecía la ascensión final.
La desarticulación del conflicto a tres bandas ―aunque técnicamente existieran tan solo dos frentes― entre Gobierno, patronal y sindicatos se produjo a partir de tres momentos muy concretos que tuvieron lugar en la víspera de la celebración del Consejo de Ministros extraordinario de este jueves, en el que se aprobará formalmente la que será la quinta prórroga de este mecanismo de protección del empleo, bajo el que se encuentran en la actualidad cerca de 600.000 personas.
1. “La voluntad no es alcanzar un acuerdo, sino defender el interés general”
La mañana del miércoles resultó ajetreada para el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, quien a primera hora del día acudió a una entrevista en Onda Cero. En ella dejó claro que su postura ―y por ende la del Gobierno― se mantenía intacta a pesar de las urgencias del calendario, y que el reajuste de las exoneraciones en favor de mejorar las de aquellos trabajadores que salieran del ERTE era, ni más ni menos, inamovible.
“Lo que está claro es que el acuerdo no es el fin, sino diseñar las políticas adecuadas y si se consigue con el mayor acuerdo, mejor. Pero en ningún caso y en ningún ámbito el acuerdo es el fin. Lo que voy a hacer es intentar convencer al otro lado de cuál es el interés general de todos”, aseguró. Aunque Escrivá ha sido la cara visible (y en ocasiones amarga) del Gobierno dentro de esta negociación, no ha sido el único en defender esta postura favorable a la incentivación del regreso de los trabajadores y al recorte de los que se mantienen suspendidos. La vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño, también se ha mostrado alineada en reconfigurar este marco de ayudas a tenor de la favorable evolución de la situación económica que se vislumbra para los próximos meses. Sin embargo, la urgencia por alcanzar un acuerdo social ha terminado por rebajar la ambición de esta propuesta.
2. Encuentro entre Pedro Sánchez y Antonio Garamendi (y mediación de Yolanda Díaz)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el máximo representante de los empresarios, Antonio Garamendi, se encontraron durante la presentación del Plan de Acción para la Internacionalización de la Economía Española 2021-2022 que tuvo lugar el miércoles en la sede de ICEX. Ahí, ambos mantuvieron un encuentro privado en el que Sánchez trató de limar asperezas y rebajar la tensión generada durante los últimos días.
Conocidas son las diferencias existentes entre Garamendi y Escrivá, y que el presidente de la CEOE no dudo en evidenciar de nuevo durante una entrevista en RNE. En ella acusó de “falta de sensibilidad” al ministro, en favor de la demostrada, a su juicio, por la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, quien, a pesar de encontrarse de baja por prescripción médica, permaneció en todo momento pendiente del discurrir de las conversaciones. De hecho, la ministra ha ejercido el papel de contrapeso durante las negociaciones en cuanto a la representación del gobierno en medio de la partida de cartas. Su posicionamiento a favor del mantenimiento del esquema vigente ha rebajado las revoluciones de Escrivá y su enfrentamiento con la patronal, con la que ha Díaz ha mantenido contactos directos en todo momento. De hecho, durante la jornada del miércoles, y a pesar de estar hospitalizada, en los últimos momentos en los que se alcanzó el pacto mantuvo contactos telefónicos con Garamendi.
La voluntad del Gobierno siempre ha sido la de lograr el beneplácito de todas las partes para seguir evidenciando el trabajo realizado en esta línea durante los últimos meses y que se ha trasladado en forma de acuerdo social.
3. Conversación final entre Escrivá y Garamendi
En el periodo comprendido entre las tres y las cuatro de la tarde del miércoles, Escrivá y Garamendi conversaron. Después de tanta referencia indirecta, dos de las tres partes más enfrentadas del diálogo social mantuvieron una charla en la que, sin desprenderse del todo de sus convicciones, lograron adecuarlas y encontrar un punto común. De ahí salió el nuevo esquema de exoneraciones, que demuestra cómo ninguno de los dos retrocedió del todo, aunque sí que ambos rebajaron sus aspiraciones.
La última oferta lanzada por Escrivá (y aceptada por patronal y sindicatos) mantiene las exoneraciones vigentes para los meses de junio, julio y agosto (del 85% y 75% en función de si las empresas tienen menos o más de 50 empleados) para aquellos trabajadores que se encuentran acogidos a un ERTE, y las rebaja en septiembre (70% y 65%, respectivamente). En este punto se concentraría la victoria de empresarios y sindicatos, que defendían mantener la protección para aquellos que todavía no han logrado recuperar la actividad por la covid.
Sin embargo, el nuevo diseño también eleva el tamaño de las bonificaciones de quienes salen de un ERTE para regresar a su puesto de trabajo (un 95% y 75%, acorde al volumen de la plantilla), como había establecido desde un principio el Gobierno, y para los cuatro meses que componen este periodo. Esto supone un aumento del 5% en los dos primeros meses y de un 10% en los siguientes para todas las empresas con respecto a las bonificaciones que se encuentran establecidas actualmente.
Tras darle forma al acuerdo Escrivá, con el compromiso por parte de la CEOE de someter a votación la propuesta a su comité ejecutivo, el ministro de Seguridad Social se intercambió mensajes tanto con Moncloa, como con los ministerios de Hacienda y Trabajo. El pacto social alcanzaría las tres dimensiones después de que en una sesión exprés de la Comisión Tripartita Laboral que tuvo lugar por videoconferencia, los sindicatos UGT y CC OO aprobasen el cuadro resultante.