Dimas Gimeno pisa tierra tras un aterrizaje forzoso
El expresidente de El Corte Inglés reanuda su carrera como inversor y avanza en la apertura de Wow, un espacio de marcas de moda
Dimas Gimeno (Madrid, 45 años) recibe al fotógrafo y a la periodista sin mascarilla en su luminoso y recién estrenado despacho de la Gran Vía madrileña. “Hay que empezar por mi posición personal y vital. Yo he sido presidente de El Corte Inglés, una empresa magnífica, una institución en el mundo del retail mundial”. Así comienza una charla donde supuestamente no se iba a hablar del pasado por decisi...
Dimas Gimeno (Madrid, 45 años) recibe al fotógrafo y a la periodista sin mascarilla en su luminoso y recién estrenado despacho de la Gran Vía madrileña. “Hay que empezar por mi posición personal y vital. Yo he sido presidente de El Corte Inglés, una empresa magnífica, una institución en el mundo del retail mundial”. Así comienza una charla donde supuestamente no se iba a hablar del pasado por decisión expresa del entrevistado. “Tuve la gran suerte de presidirlo a una edad muy joven, tenía 39 años cuando cogí el timón de la empresa, es verdad que he sido muy joven al abandonarla, con 43. Cuando una persona llega a esos niveles sueles pensar en retirarte y jugar al golf, pero yo tenía unas ganas tremendas de seguir con mi trayectoria profesional”.
Gimeno está en eso. En demostrar que su vida laboral no se arruinó después de perder la guerra contra sus primas Marta y Cristina Álvarez Guil por el control de los grandes almacenes. Una guerra que acaba de terminar con él fuera del capital y las demandas retiradas de los juzgados. “He vendido mis acciones de El Corte Inglés, he pagado los impuestos. Ese capítulo está cerrado. Se ha publicado tanta chorrada con muy mala intención que hay cierta confusión. Tenía una deuda con Hacienda en el impuesto de sucesiones y lo primero que hice fue saldarla cuando vendí las acciones. Mi relación con mi antigua casa ya se cerró profesionalmente hace tres años y ahora accionarialmente”. La empresa aceptó en enero negociar la compra de sus acciones y las de su madre por unos 145 millones de euros, aunque él no da ninguna cifra.
Tras trabajar durante 20 años en la casa que fundó Ramón Areces y que su tío Isidoro Álvarez presidió durante un cuarto de siglo, la vida laboral de Dimas Gimeno ha dado un giro. Ahora su universo está en el mundo digital vinculado al retail, del que habla sin parar. “Decido ponerme las pilas: me digo, yo tengo que conocer esto. Los empresarios y directivos de la industria de distribución están demasiado ocupados con el día a día. Utilizando mi pasado, mi agenda, mis contactos, tengo acceso a hablar en primera persona con los números uno. Viajo a EE UU, China, hablo con ellos. Y una vez que empiezo este viaje surgen oportunidades”. Pero Dimas ya no tiene 88.000 empleados a su cargo ni una gran organización detrás con un poder de compra inmenso. “Es una manera diferente de trabajar. Me ha permitido conocer a personas que no hubiera conocido de otra forma. Bajas del cielo y te vas a la tierra, que es donde las cosas pasan. Para mí es una experiencia única y maravillosa”.
Gimeno ha fundado Kapita, un vehículo dotado con un capital de 5,9 millones de euros con el que ha realizado cuatro inversiones en Fashionalia, un marketplace de marcas generalistas con tiendas físicas en centros comerciales; Jogo Tech, una empresa de ingeniería de software; Simplicity Works, una firma de Elche que fabrica zapatos bajo demanda con impresoras 3D, y Wow, la que será su apuesta más personal y que abrirá a finales de año.
“Soy un imán para proyectos que conjugan dos elementos: todo lo que tiene que ver con tecnología que sirva a la industria de la distribución. ¿Por qué vienen a mí? Porque dan por hecho que soy un buen aliado. Hay un desconocimiento muy grande por parte de estos emprendedores sobre la industria a la que se dirigen. Necesitan una pequeña llave para llegar. Después de casi dos años y medio puedo afirmar que no hay ni un solo proyecto de este tipo en España que no hayamos valorado”. Dice haber recibido más de 1.000 propuestas y ha analizado unas 300 antes de decidirse por las firmas mencionadas anteriormente. Pero en todas ha entrado como socio y en Wow su planteamiento es diferente, es su gran idea para canalizar todo el conocimiento adquirido fusionando la experiencia física y por internet de los nuevos consumidores. Lo plantea como un portal digital en el que poder adquirir productos de entre 300 y 400 marcas de moda, ocio, tecnología y estilo de vida. Se complementa con una tienda que ocupará 5.500 metros en el número 18 de la Gran Vía de Madrid, en el edificio del antiguo hotel Roma, ya en obras. “Lo he alquilado en unas condiciones muy favorables, allí habrá un máximo de 70 marcas que van a ir rotando. Va a tener dos plantas de restauración y eventos que van a dar mucho que hablar”.
Junto a Hugo Cortada, procedente de Atresmedia, y Rafael Medina, el aristócrata fundador de la firma de moda Scalpers y ex director creativo en Massimo Dutti, Gimeno está convencido de tener un equipo de gran nivel que estos meses se dedica a buscar “las mejores marcas del mundo”. Esas que, recuerda, no están en las calles comerciales, “se comunican por Instagram, por redes sociales, y acaban convirtiéndose en las marcas más deseadas”. No serán baratas. “No nos gusta segmentarnos por precio, queremos las marcas más chulas, las que nadie tiene, ofreciéndoles su primera experiencia física para tener un concepto de retail que nadie tiene”.
De este modo también espera que Wow sea un imán para la industria textil de siempre. “Las marcas tradicionales, líderes, también se interesan por el producto porque entienden que aquí va a estar el cliente que ellos no tienen. Podrán estar en nuestra tienda con producto exclusivo, con una selección concreta de su gama, un lanzamiento para nosotros o montando una experiencia de compra. Esto es Wow, el concepto de retail on y off”.
¿Será una especie de El Corte Inglés digital? “No tiene esa vocación, todo lo contrario”, rechaza de inmediato. “No voy a negar que este proyecto está inspirado o surge de mi experiencia pasada, pero no competimos con El Corte Inglés, de verdad que no”.
Su aportación en todo esto, explica, va más allá del dinero. “Tengo la ventaja de agregarles valor a las marcas desde el primer momento. No es lo mismo que invierta cualquier tipo de inversor a que lo haga yo”. Pero el dinero que ha destinado a Kapita se le quedará corto si, como espera, cuenta con crear 100 puestos de trabajo. De modo que está ultimando otro vehículo para poder captar entre 50 y 100 millones de terceros. Por ahora tiene el apoyo del fondo norteamericano FJ Labs en Wow y percibe un gran interés por parte de otros inversores.
Como cualquier establecimiento multimarca, Wow cobrará un porcentaje de las ventas que Dimas Gimeno no desvela. Como tampoco menciona cuánto espera facturar. “Es pronto para eso”. Las negociaciones están abiertas y no exige exclusividad a las empresas que le acompañen. “Tenemos claro que somos un concepto nuevo y necesitamos ser accesibles para que el mayor número de marcas estén con nosotros”. La cuestión, cree, es hacer algo parecido a lo que hacían sus antepasados en El Corte Inglés: “Tener algo que no tenga nadie. Ahora se ha banalizado todo demasiado, todo el mundo vende lo mismo, hay que volver a los orígenes. Nuestra primera tienda [física] y las que vendrán no son lugares para ganar dinero, son ventanas de acceso al cliente”.
Convencido de que estamos a las puertas de una nueva ola de disrupción del comercio electrónico donde lo físico y lo digital irán de la mano y serán complementarios, Gimeno se ve dentro de 10 años extendiendo el concepto a grandes capitales europeas. Mientras, le desea a su antigua casa lo mejor. “Por el bien de España y del comercio”.