EE UU y la UE acuerdan suspender los aranceles impuestos por el conflicto de Airbus y Boeing

Los dos bloques dejan sin efecto durante cuatro meses una carga de 10.300 millones sobre las exportaciones de ambos lados del Atlántico. España, una de las grandes beneficiadas

Ensamblaje de un avión de Airbus en Toulouse (Francia).Jean Philippe Arles (Reuters)
Bruselas -

Ya soplan nuevos aires en las relaciones transatlánticas. La Unión Europea y Estados Unidos han decidido este viernes suspender todos los aranceles con los que se habían castigado de forma mutua por el conflicto de los subsidios a la industria aeronáutica, enfilando el final a una guerra comercial de más de 15 años. En una llamada entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de EE UU, Joe Biden, ambas partes han acordado suprimir durante un periodo inicial d...

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Ya soplan nuevos aires en las relaciones transatlánticas. La Unión Europea y Estados Unidos han decidido este viernes suspender todos los aranceles con los que se habían castigado de forma mutua por el conflicto de los subsidios a la industria aeronáutica, enfilando el final a una guerra comercial de más de 15 años. En una llamada entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de EE UU, Joe Biden, ambas partes han acordado suprimir durante un periodo inicial de cuatro meses una carga arancelaria que asciende a 10.300 millones de euros. España será una de las grandes beneficiadas por el fin de esos aranceles, que gravaban a productos como el vino o el aceite de oliva por un importe de 1.000 millones de euros.

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El Ejecutivo de Von der Leyen ansiaba relanzar las relaciones transatlánticas tras la llegada de Biden a la Casa Blanca. Entre sus prioridades más inmediatas estaba la supresión de los aranceles por los casos de las ayudas ilegales a Airbus y Boeing. Bruselas había tendido la mano al expresidente Donald Trump para que ambas partes dejaran sin efecto los aranceles que, avalados por la Organización Mundial del Comercio (OMC), se impusieron como represalia por las ayudas que habían otorgado a sus dos grandes grupos aeronáuticos. A pesar de la insistencia de la Comisión, esa demanda nunca halló respuesta en un Trump dispuesto siempre a ir más allá para castigar incluso las exportaciones de coches europeos.

Bruselas no esperaba que ese gesto de distensión llegara apenas un mes y medio después de la toma de posesión de Biden. La supresión de los aranceles, de hecho, no es solo un alivio para el comercio internacional en plena depresión por la pandemia. También es una importante señal sobre la nueva etapa que desean abrir Washington y Bruselas. Durante su llamada telefónica, los dos líderes se cruzaron invitaciones para la cumbre climática que prepara EE UU y sobre el foro mundial sobre salud que la UE celebrará en Roma.

Los dos mandatarios acordaron, además, intensificar su cooperación en política exterior, en particular respecto a Rusia, dentro de la OTAN. “Como símbolo de este nuevo comienzo, el presidente Biden y yo acordamos suspender todos nuestros aranceles impuestos en el contexto de las disputas entre Airbus y Boeing, tanto sobre aeronaves como sobre productos no aeronáuticos, por un período inicial de cuatro meses”, sostuvo Von der Leyen en una declaración difundida tras la llamada.

Una disputa de más de 15 años

Según fuentes del Ejecutivo comunitario, la suspensión de los aranceles será efectiva cuando se resuelvan todos los procedimientos técnicos necesarios. Durante los cuatro meses iniciales que ambas partes se han dado, los dos bloques buscarán una salida estable a una disputa, la de los subsidios aeronáuticos, que lleva más de 15 años abierta. El pacto llega un día después de que EE UU y el Reino Unido, que también fue castigado porque hasta el año pasado formaba parte de la UE, alcanzasen el mismo acuerdo. “Este es un importante paso adelante. Marca un reinicio en nuestra relación con nuestro socio más grande y más importante económicamente. Eliminar estos aranceles es beneficioso para ambas partes en un momento en que la pandemia está afectando a nuestros trabajadores y nuestras economías”, dijo el vicepresidente ejecutivo y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis.

En España, las reacciones no se han hecho esperar. Y todos celebran el paso dado. La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, lo califica como un gran paso para llegar a una solución del conflicto: “Se deben levantar definitivamente los aranceles para poder retomar las exportaciones al mercado estadounidense, clave para nuestras empresas”. El ministro de Agricultura, Luis Planas, sostiene que con esta decisión se deja de castigar al sector agroalimentario, que “se ha visto injustamente afectado por estos aranceles que nada tienen que ver con el sector”.

Portavoces de la Federación española de industrias de alimentación y bebidas (FIAB) ponen en valor asimismo el punto inflexión que marca con esta decisión la Administración de Joe Biden. “Confiamos que en el periodo de cuatro meses de negociación se cierre la suspensión definitiva de los aranceles”, añaden fuentes de FIAB. Las organizaciones agrarias, por su parte, celebran la decisión y esperan igualmente que se cierre el acuerdo. “El mercado estadounidense es muy importante para productos como el aceite de oliva y el vino. Esperemos que la suspensión no sea para cuatro meses, sino que sea indefinida”, explica José Manuel Roche, secretario de relaciones internacionales de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). Palabras que suscribe de principio a fin Pedro Barato, presidente de Asaja: “Muy buena noticia. Ahora solo falta que después de los cuatro meses queden retirados”.

El conflicto de Airbus y Boeing se remonta a 2004, cuando empezó el proceso de denuncias cruzadas por los subsidios otorgados por ambos bloques a sus principales gigantes aeronáuticos. En ambos casos, las ayudas fueron declaradas ilegales por la OMC, que en 2019 dio luz verde a Trump para aplicar represalias sobre productos de la UE por valor de 6.900 millones de euros y en 2020 permitió que los Veintisiete dieran un golpe de 3.400 millones sobre las ventas estadounidenses.

El golpe fue demoledor para muchas industrias, en especial la agroalimentaria. Productos como el aceite de oliva español prácticamente se quedaron sin el mercado norteamericano después de que se impusiera un gravamen del 25% sobre sus exportaciones. Para los productos aeronáuticos, en cambio, el gravamen era inferior, del 15%. La UE optó por el mismo rango de entre el 15% y el 25%, que cargó a aeronaves, bienes industriales (equipamiento para casinos, videojuegos o billares) y productos agrícolas y alimentarios. Sin embargo, tendió la mano a la nueva administración de Biden para retirar todos esos aranceles.

La UE acaba de aprobar recientemente su nueva política comercial, que pasa por una posición mucho más asertiva y autónoma en el mundo. Bruselas quiere alcanzar acuerdos con Biden, con quien quiere buscar una posición conjunta para hacer frente a las malas artes comerciales de China. Sin embargo, la era Trump dejó claro que Europa debe poder navegar sola. Por ello, en diciembre alcanzó un acuerdo inversor con Pekín que facilite el acceso de sus empresas en ese mercado y se armó con nuevos instrumentos para responder a eventuales agresiones comerciales de otros bloques económicos.


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