El BCE lanza la ‘doctrina Daft Punk’: hay que actuar “más duro, mejor, más rápido y más fuerte”
Panetta, dirigente del organismo, pide mantener las ayudas todo el tiempo necesario y resta importancia al repunte de la inflación
Corría el año 2001 cuando Daft Punk conquistó las pistas de baile de medio mundo con su canción Harder, better, faster, stronger. Dos décadas más tarde, justo cuando el dúo francés acaba de anunciar su disolución, un organismo en principio tan alejado de la música electrónica como el Banco Central Europeo (BCE) acaba de rendir un homenaje a los que, según ...
Corría el año 2001 cuando Daft Punk conquistó las pistas de baile de medio mundo con su canción Harder, better, faster, stronger. Dos décadas más tarde, justo cuando el dúo francés acaba de anunciar su disolución, un organismo en principio tan alejado de la música electrónica como el Banco Central Europeo (BCE) acaba de rendir un homenaje a los que, según The Guardian, son los músicos pop más influyentes del siglo XXI. En un discurso sobre cómo debe responder la política monetaria a los últimos coletazos de la crisis del coronavirus, el BCE pide que lo haga como cantaban los robots liderados por Guy-Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter: más duro, mejor, más rápido y más fuerte.
Fabio Panetta, uno de los cinco miembros del poderoso Comité Ejecutivo del BCE, dejó el martes claro que este no es el momento de titubear y que todos los responsables de la economía europea deben echar el resto para impedir que la crisis generada por un virus de origen ignoto se convierta en una depresión con todas las de la ley. Y que precisamente ahora, cuando se divisa una salida gracias a la vacuna, es cuando no se puede bajar la guardia.
En pleno debate sobre la necesidad de inyectar más estímulos en la economía o de ir poco a poco plegando velas con la esperanza de que la actividad recobre fuerza, Panetta —y con él, la cúpula del BCE— lo tiene claro: más madera. “Necesitamos desplegar amplias políticas de apoyo mientras sea necesario para salir más fuertes y limitar los daños a largo plazo. En este momento, los riesgos de dar ayudas demasiado pequeñas todavía sobrepasan con creces los riesgos de hacer demasiado”, dijo el italiano en un evento organizado por la Universidad de Bocconi.
Panetta dejó para el final de su intervención la carga de profundidad, mención al Harder, better, faster, stronger de Daft Punk incluida: “Cuanto más duro empujemos para cerrar la brecha de crecimiento e inflación, mejor será para nuestro crecimiento potencial. Y cuando más rápido lleguemos a ese punto, más fuerte será nuestro potencial de crecimiento”. Y para conseguir todos estos objetivos, añadió, es necesario lograr la combinación adecuada de política monetaria y fiscal en la UE, así como reformas impulsadas por los gobiernos nacionales.
La intervención de Panetta se produce una semana antes de la reunión del Consejo de Gobierno del 11 de marzo. Entonces, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, deberá jugar al difícil arte del equilibrismo. Por una parte, renovar su compromiso con el apoyo masivo a la economía mientras la recuperación no cobre fuerza. Pero también deberá lidiar con la cada vez más evidente preocupación en el norte de Europa por la acumulación de estímulos y el riesgo de inflación que algunos divisan. Ya avisaba este lunes otro italiano, Claudio Borio, economista jefe del Banco de Pagos Internacionales, de un “cambio de perspectiva” en los bancos centrales, que empiezan a preocuparse por la inflación y a vislumbrar el fin de los tipos de interés en mínimos históricos.
Ese debate está más avanzado en EE UU que en Europa. Y más aún con la inminente aprobación al otro lado del Atlántico de otro plan de estímulos —este último, por valor de 1,9 billones de dólares—, que hace temer a muchos economistas que un exceso de ayudas públicas acabe generando efectos adversos. Pero algunas voces en este sentido también empiezan a oírse a este lado del Atlántico. En Alemania, algunos analistas ven con preocupación cómo el rendimiento de su deuda ya no está tan bajo como solía. Se trata de un buen síntoma, ya que anticipa una mejoría en la economía, pero también alienta los temores de aquellos que creen que el próximo gran problema al que habrá que hacer frente es la inflación.
Todo apunta a que Panetta no comparte estos miedos. Él insiste en que hay que hacer más, sin mirar a los posibles riesgos. “Tenemos que continuar hasta que veamos la inflación alcanzando de forma sostenida el 2%, en un ambiente de crecimiento robusto y cifras de empleo al alza”, concluye el dirigente del BCE.