Opinión

Esperando a 2020

La economía española empieza el año con poca inercia y las sorpresas negativas pueden venir de la guerra comercial

Donald Trump y Xi Jinping, a finales de junio en Osaka (Japón).Kevin Lamarque (REUTERS)

El año 2019 se recordará por la guerra comercial provocada por Donald Trump. Las exportaciones mundiales aumentaron un 4% en 2018 y cayeron ligeramente en 2019. El país más afectado fue China, donde Trump triplicó sus aranceles. EE UU aplicó una política fiscal y monetaria expansiva, mantuvo el crecimiento de la demanda interna y el dólar está en su máximo nivel de apreciación de la historia. El déficit público está próximo...

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El año 2019 se recordará por la guerra comercial provocada por Donald Trump. Las exportaciones mundiales aumentaron un 4% en 2018 y cayeron ligeramente en 2019. El país más afectado fue China, donde Trump triplicó sus aranceles. EE UU aplicó una política fiscal y monetaria expansiva, mantuvo el crecimiento de la demanda interna y el dólar está en su máximo nivel de apreciación de la historia. El déficit público está próximo al 6% del PIB; la deuda pública, en el 106%; y la presión fiscal, un punto porcentual por debajo del nivel de 2016 por las bajadas de impuestos. Pero Trump y el consenso de economistas dicen que la economía va bien. Es evidente que no aprendimos nada de la Gran Recesión.

Europa es la economía más abierta y más dependiente del planeta y se frenó en seco. Alemania padece una grave crisis industrial, especialmente en el sector del automóvil, y es estructural. Con un superávit fiscal, superávit exterior del 8% del PIB y toda su deuda pública en tipos negativos deberían hacer una política fiscal expansiva. Pero Angela Merkel se limitará a una política neutral y permitirá que se reduzca el superávit por el menor crecimiento de los ingresos públicos. La nueva Comisión habla de un plan de inversión sostenible pero aún no conocemos los detalles. ¿Se cumplirá la maldición europea de demasiado lento y demasiado poco?

España se retrasó, pero en el tercer trimestre el empleo se estancó, igual que en la eurozona. En ese trimestre, según datos de la Agencia Tributaria, el consumo cayó ligeramente y la inversión empresarial descendió con fuerza: un 6% anualizado. El pasado verano el fantasma de la recesión volvió a sobrevolar la economía española. No obstante, los datos de afiliados a la Seguridad Social de octubre y noviembre fueron algo mejores y el riesgo de recesión se diluye, aunque no desaparece.

¿Qué esperar de 2020? La economía española empieza el ejercicio con poca inercia y la previsión es crear unos 250.000 empleos el próximo año. Sigue aumentando el empleo aunque muy lejos de los 600.000 creados hace dos. Las sorpresas positivas vendrían del plan de inversión europeo y si el nuevo Gobierno acertase con el reglamento de autoconsumo. Esto permitirá aumentar la inversión pública y privada en placas fotovoltaicas, generando miles de empleos nuevos. El Banco Central Europeo (BCE) es probable que aumente la compra de bonos españoles y prolongaría tipos próximos al 0% de nuestra deuda pública.

Las sorpresas negativas vendrían de la guerra comercial. Tras China, la obsesión de Trump es el déficit exterior de EE UU con Europa, especialmente en el sector del automóvil. Si aumenta los aranceles a la industria europea, tendrá un impacto negativo sobre las exportaciones españolas. Entre los riesgos domésticos destacan las posibles subidas de impuestos y los controles de precios anunciados. Ambas tendrían un impacto negativo sobre la inversión y el empleo. El mayor, sin embargo, sería un enfrentamiento con Bruselas, como hizo Matteo Salvini en Italia, o un aumento de la inestabilidad financiera que aumente con fuerza la prima de riesgo. Veremos.

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