Abanca, sobre Liberbank: “Ni fue una opa ni quisimos que fuera hostil”

La operación fallida de compra tras un insólito proceso de ofertas deja varias incógnitas

El presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, con la gerente de la sucursal en Miami, Mónica Vázquez y el consejero delegado del grupo Francisco Botas, la semana pasada en un evento en Estados UnidosEFE

El intento de compra de Liberbank por parte de Abanca pasará a la historia por la complejidad del proceso. Fuentes de Abanca comentan que su intención no fue hacer un opa y mucho menos una opa hostil. En su opinión, no siguieron el procedimiento formal de una oferta pública de adquisición porque exige algunos pasos —como realizar una oferta formal al consejo—, que hubieran interferido en la operación de fusión entre Liberbank y Unicaja.

Desde la entidad gallega mantienen que hace casi tres meses se ac...

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El intento de compra de Liberbank por parte de Abanca pasará a la historia por la complejidad del proceso. Fuentes de Abanca comentan que su intención no fue hacer un opa y mucho menos una opa hostil. En su opinión, no siguieron el procedimiento formal de una oferta pública de adquisición porque exige algunos pasos —como realizar una oferta formal al consejo—, que hubieran interferido en la operación de fusión entre Liberbank y Unicaja.

Desde la entidad gallega mantienen que hace casi tres meses se acercaron a los principales accionistas de Liberbank con discreción y confidencialidad, prueba de su buena fe. Apuntan que continuaron adelante en la redacción de la oferta tras comprobar la receptividad. "Ni fue una opa ni quisimos que fuera hostil", señalan. Incluso recuerdan que establecieron unas normas para que, salvo que en los libros aparecieran grandes sorpresas, el precio de 0,56 euros por acción no se pudiera rebajar.

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El hecho es que Abanca ha decidido no seguir adelante con la oferta por Liberbank, anunciada el viernes pasado. La entidad presidida por Juan Carlos Escotet ha tomado esta decisión después de que la CNMV le diera un plazo "improrrogable" de diez días hábiles para manifestar su decisión o no de formular una OPA sobre Liberbank. Abanca había pedido tres semanas para estudiar las cuentas por lo que ha considerado imposible seguir adelante en estas condiciones. La Bolsa recibió la noticia con fuertes caídas en Liberbank, del 9,66%, y de Unicaja, del 2,35%.

Entre el 22 y el 26 de febrero, Abanca, procedente de lo que fue Novacaixa Galicia, y Liberbank, (resultante de la unión de las antiguas cajas de Asturias, Cantabria y Extremadura), han vivido días frenéticos, pendientes de los comentarios de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El viernes 22 de febrero, la entidad gallega anunció que había contactado con “los principales accionistas de Liberbank” para transmitirles su firme interés “en promover una operación corporativa que entendemos que sería muy beneficiosa”. Sin embargo, ese mismo día, el consejo de Liberbank dijo ante la CNMV que no había recibido ninguna oferta ni estaba en conversaciones “para llevar a cabo ninguna operación estratégica distinta” a la de la fusión con Unicaja.

Fuentes del mercado han mostrado su sorpresa por estas dos situaciones tan divergentes: unos dijeron que habían hablado con accionistas importantes y otros que no habían iniciado ni siquiera conversaciones. Los accionistas de Liberbank no son más de media docena. El hecho es que Abanca profundizó en sus tratos hasta haber alcanzado un principio de acuerdo en el precio: 0,56 euros por acción, pagado en metálico salvo para un 25% del capital, el que controlan las fundaciones bancarias de las antiguas cajas, que sería mediante intercambio de acciones. Liberbank cerró ayer a 0,42 euros en Bolsa.

El lunes 25, Liberbank insistió en que el consejo había decidido “por unanimidad” continuar con la operación de Unicaja. Esta situación lleva a pensar que a lo largo de estos días, han cambiado las posiciones de algunos accionistas de la entidad asturiana, hasta el punto de dar al traste con el intento de opa.

Menéndez acaba con la oferta

Fuentes del mercado muestran extrañeza con el hecho de que Abanca haya podido profundizar en un acuerdo “con los principales accionistas” sin contar con el respaldo del primer ejecutivo de Liberbank, Manuel Menéndez. Lo que parece claro es que Menéndez ha terminado por frenar a Abanca. Ahora Liberbank continúa su negociación con Unicaja (llevan casi cinco meses debatiendo los detalles), proyecto en el que Menéndez sí tendrá un puesto ejecutivo.

Otro de los temas controvertidos ha sido que Abanca exigiera que Liberbank le enseñara sus balances confidenciales para dar un precio definitivo. El banco gallego dijo que llegaron a los 0,56 euros por título “con información pública, siendo necesario la realización de una revisión confirmatoria (due dilligence) de determinados aspectos de Liberbank”. La actitud del banco asturiano denota que no estaba dispuesto a enseñar sus libros. Incluso aunque se lo hubiera pedido la CNMV, como ha comentado Sebastián Albella, su presidente. “Estamos a favor de que cuando hay ofertas planteadas, seriamente y de buena fe, las compañías posibiliten las due dilligence. La decisión es exclusivamente suya, pero no quiero ningún malentendido en el sentido de que nosotros tuviéramos algún criterio contrario a que la decisión de Liberbank hubiera sido facilitar el acceso a la revisión de documentación” explicó este martes. Fuentes de la CNMV insisten en el derecho del que lanza la opa a conocer la información del opado con detalle , pero también apuntan que Abanca no cumplió el procedimiento reglado de opas al dar un precio por acción sin haber cumplimentado los pasos anteriores.

Liberbank podía creer que si Abanca pedía ver sus libros y después rebajaba los 0,56 euros, el mensaje al mercado hubiera sido muy negativo. Sin embargo, para evitar esta situación, fuentes cercanas a Abanca señalan que se comprometieron a no variar el precio, salvo que se encontrara grandes problemas contables.

Otra de las resistencias naturales a enseñar los balances es que el comprador ve tu situación con detalle, pero el comprado no conoce la suya. También en este caso Abanca estableció que EY haría una due dilligence de su entidad que la entregarían a Liberbank cuando este le proporcionara la suya, realizada por PwC. Es decir, había reciprocidad informativa, ya que las Fundaciones bancarias iban a recibir acciones de Abanca. Ahora el balón está en el tejado de Menéndez: deberá ofrecer un acuerdo con Unicaja mejor para sus accionistas que el de Abanca. En su consejo se sientan algunos fondos agresivos (hedge fund), como Oceanwood, pendientes de la rentabilidad de su inversión. Sin embargo, Unicaja ha tomado más fuerza en la fusión porque ahora es la única opción para Liberbank, una entidad llamada a fusionarse. Quizá el partido no ha terminado y lleguen más ofertas.

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