España lanza señuelos al capital foráneo

El foro Spain Investors Day centró los mensajes en las fortalezas del país para afrontar los desafíos de la economía y aprovechar las oportunidades

La Ministra de Economía Nadia Calviño, en el Spain Inversors Day en el hotel Intercontinental, en Madrid.  Víctor Sainz

La guerra comercial, la desaceleración de la economía europea, el Brexit, la agenda económica española… El Spain Investors Day, la cita empresarial que marca el inicio del curso económico, celebró su 90ª edición esta semana en Madrid en un momento de importantes turbulencias. El país viene de apuntarse un crecimiento igual o superior al 3% en el trienio 2015-2017 y la graduación de la desaceleración (la economía avanzó un 2,5% el año pasado, según las últimas proyecciones del Banco de España) será clave para afrontar el próximo ciclo. Para aprovechar las oportunidades que se presenten, 150 inv...

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La guerra comercial, la desaceleración de la economía europea, el Brexit, la agenda económica española… El Spain Investors Day, la cita empresarial que marca el inicio del curso económico, celebró su 90ª edición esta semana en Madrid en un momento de importantes turbulencias. El país viene de apuntarse un crecimiento igual o superior al 3% en el trienio 2015-2017 y la graduación de la desaceleración (la economía avanzó un 2,5% el año pasado, según las últimas proyecciones del Banco de España) será clave para afrontar el próximo ciclo. Para aprovechar las oportunidades que se presenten, 150 inversores internacionales se reunieron con representantes de 43 grandes compañías españolas —entre las que estaban presentes la gran mayoría de las integrantes del Ibex 35— durante dos jornadas respaldadas por la presencia de los titulares de cuatro ministerios.

Del otro lado, las empresas participantes representaban a la totalidad de los sectores con presencia en Bolsa: alimentación, infraestructuras, banca, automóvil, energía, tecnología y seguros, entre otros. Promovido y organizado por Estudio de Comunicación, Spain Investors Day tiene a BNP Paribas como socio y cuenta con el patrocinio del grupo PRISA, editora de EL PAÍS, entre otros.

“La descarbonización de la economía ya está ocurriendo y es muy relevante para la industria española. Tenemos que facilitar esa revolución y estamos seguros de que ustedes, los inversores, están interesados”, aseguró la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. La ministra, que ha previsto adjudicar en subastas 3.000 MW de potencia renovable al año, puso cifras a la revolución verde, entre electrificación, eficiencia o adaptación de las redes de transporte de la energía. “Movilizará 200.000 millones en los próximos 10 años”, señaló. El 80% corresponderá a inversiones privadas y el 20% serán públicas. Eso causará un impacto en el PIB “de 15.000 a 25.000 millones por año” entre 2021 y 2030.

La sostenibilidad, el buen gobierno y la responsabilidad social corporativa, ejes donde los inversores internacionales son cada vez más exigentes, fueron protagonistas de varios debates. Como recordó Elena Valderrábano, directora de ética corporativa de Telefónica, “estamos acostumbrados a medir nuestro impacto en términos financieros, aunque se tienen cada vez más en cuenta los no financieros”. En este sentido, Francisco Román, presidente de Seres, citó que un consejo de administración diverso, con perfiles extrafinancieros, “hará más difícil caer en la trampa del pensamiento único de pasar por alto nuevas amenazas para el modelo de negocio de la empresa”. Algo que para Antoni Ballabriga, director global de negocio responsable de BBVA, está siendo incorporado a la regulación, que “ayuda a que la alta dirección se comprometa más con la sostenibilidad”.

Votación del Brexit

El Spain Investors Day no pudo sustraerse al debate económico de la semana sobre la votación del Brexit y sus consecuencias para España. No en vano, como recordó la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, el Ejecutivo prepara líneas de ayuda para la elaboración de planes de contingencia (el llamado “cheque Brexit”). “Dieciocho millones de turistas británicos nos visitan cada año”, recordó. “Ahora se habla de que puede haber una prórroga…, pero esto no es como el fútbol, donde puedes meter un gol. Aquí, si hay una prórroga, vamos a seguir teniendo un problema”.

También hubo mensajes tranquilizadores sobre los Presupuestos Generales (que esperan el visto bueno del Parlamento) justo el día en que S&P dejaba abierta la posibilidad de mejorar el rating español ante la “clara senda” de reducción del déficit. Las cuentas del Gobierno recogen un amplio crecimiento de la recaudación vía impuestos, entre los que se contempla una tasa Tobin que fue anunciada el pasado viernes y sobre la que la ministra de Economía, Nadia Calviño, habló en el foro de inversores. La titular de Economía adelantó que consistirá en una tasa del 0,2% aplicable a las compras de acciones que no gravará ni las salidas a Bolsa ni los títulos de deuda.

Ante el auditorio, Calviño hizo énfasis en las fortalezas de la economía, “con una inflación todavía más baja que la europea, un desendeudamiento sostenido de empresas y familias y un superávit con el exterior”. En la actualidad la presión tributaria está en el 34,5% del PIB, “muy por debajo del 41,4% de la zona euro”, citó.

Pero también hubo tiempo para la autocrítica. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, reflexionó sobre los riesgos que amenazan el crecimiento. La mayoría son externos y están ligados a las tensiones financieras mundiales, pero también señaló la “actual fragmentación parlamentaria” como un elemento desestabilizador. Además, apuntó a la elevada deuda externa (del 168% del PIB) y a que la deuda de las Administraciones públicas “se ha incrementado notablemente” pese a la considerable reducción del déficit desde el máximo del 11% en 2009 al 3,1% en 2017.

Una foto de partida que habrá que mejorar para afrontar los retos que presenta la economía, como el envejecimiento de la población (que incrementará el gasto público en pensiones, sanidad y cuidados de larga duración) o el “elevado desajuste de cualificaciones profesionales entre empleados y parados”, que para los inversores es un aspecto muy a tener en cuenta. Por no hablar de la productividad, que necesita introducir políticas que “mejoren el capital humano dentro del marco educativo”. Retos que, sin embargo, no han hecho que España pierda interés para el capital internacional, que durante los primeros seis meses del pasado ejercicio invirtió 18.052 millones en el país, un 21% más que en el mismo periodo de 2017.

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