Ana Botín: “Europa tiene que cambiar, y tiene que hacerlo rápido”

Juncker reclama para Italia “respeto y confianza” y asegura que su lugar está en “el corazón” de la UE

Ana Botín, presidenta del Santander, el pasado viernes en Santander.Pedro Puente Hoyos (EFE)

Una Europa presionada por la revolución tecnológica y por tormentas político-financieras como la generada por Italia en las últimas semanas. Pero al mismo tiempo el lugar del mundo con un mejor sistema social, que hay que preservar a toda costa. Este es el diagnóstico que lanzó el martes en Bruselas la presidenta Banco Santander.

Ana Botín, que participaba en el Brussels Economic Forum 2018 organizado por la Comisión Europea, destaca como algo positivo el que Europa...

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Una Europa presionada por la revolución tecnológica y por tormentas político-financieras como la generada por Italia en las últimas semanas. Pero al mismo tiempo el lugar del mundo con un mejor sistema social, que hay que preservar a toda costa. Este es el diagnóstico que lanzó el martes en Bruselas la presidenta Banco Santander.

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Ana Botín, que participaba en el Brussels Economic Forum 2018 organizado por la Comisión Europea, destaca como algo positivo el que Europa sepa qué reformas debe hacer para consolidar una prosperidad inclusiva. Pero esta es una tarea urgente. “Europa tiene que cambiar, y tiene que hacerlo rápido”, concluyó. Entre los retos urgentes, hay que repensar la educación y el mercado de trabajo para adaptarlos a las nuevas realidades y asegurar que la competencia se produce en términos justos.  

“Se puede negociar el ritmo, pero no podemos ser ambiguos sobre el destino al que queremos llegar”, aseguró Botín. Este destino final al que debe caminar la UE pasa, según la jefa máxima del Santander, por “soluciones pragmáticas”, que probablemente requieran una Europa de varias velocidades, con países que se incorporen a las medidas de integración más.

La eurozona, por ejemplo, no está aún terminada por completo. Y una de estas soluciones es culminar la unión bancaria a través de mecanismos como un sistema único de depósitos, añadió. Además, frente a las dudas, ataques o matices contra el euro, la presidenta del Santander reclamó un “consenso político duradero” que respalde la unión monetaria. "Es urgente lograr que la eurozona sea más resistente ante brotes de incertidumbre y volatilidad", añadió en este foro de discusión anual al que EL PAÍS ha acudido invitado por la Comisión Europea.

El discurso de Botín llegó después del pronunciado por Jean-Claude Juncker, que destacó el papel clave que Italia ha desempeñado en la construcción europea. “Italia, tanto ayer como hoy, merece respeto y confianza. […]. Su lugar es en el corazón de Europa”, añadió el presidente del Ejecutivo comunitario. Estas palabras adquieren un especial significado justo después de que la tercera economía del euro haya elegido un Gobierno compuesto por dos partidos antiestablishment y con distintos grados de euroescepticismo; y que cuenta con un ultra como Matteo Salvini como uno de sus dos hombres fuerte.

El foro del debate en el que ambos líderes participaban –además de otros como la directora general del Banco Mundial, Kristalina Georgieva, o el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno- giraba en torno al futuro económico de la UE en la era de la disrupción que ha causado la revolución digital. Y en este tema se centró la participación de Botín. “Es un tema esencial para el futuro. Tiene impacto en los bancos, pero también en nosotros, en las vidas de las personas”, explicó.

En esa dirección apuntó también Georgieva al señalar, con un punto de humor, la extrañeza de que hoy nos parezca normal hablar con las máquinas –con los smartphones, o incluso con las cocinas- y que estas nos respondan, algo que hace diez años sería totalmente exótico.

La presidenta del banco con mayor cotización bursátil de la eurozona también se refirió a las turbulencias que, fruto de la inestabilidad política, han golpeado estas semanas al sur de Europa. Y en este sentido recordó cómo han aumentado las primas de riesgo de los países periféricos, al igual que lo hicieron en los momentos más duros de la crisis de deuda, en 2012. “Esta prima determina el precio e incluso la disponibilidad de crédito para las empresas. Si esta se dispara, las empresas pueden desaparecer no porque no sean rentables, sino simplemente por estar localizadas en un país que no es percibido como fuerte”, alertó.

Junto a la idea de que la disrupción tecnológica ha llegado para quedarse y que va a dejar profundas huellas en el contrato social que rige en la UE, Botín quiso hacer profesión de fe europeísta. Recordó haber pasado la primera mitad de su vida en un país al margen del proyecto común; y la otra mitad dentro. “Y la segunda parte de mi vida ha sido mucho mejor. La UE ha sido el motor fundamental para la economía española”, concluyó.

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