Opinión

Una nueva época de fusiones y adquisiciones

En lo que va de año se han producido, globalmente, 15 operaciones de compras y fusiones, cada una de más de 10.000 millones de dólares. Superan por primera vez la media del año 2007. Se trata de un proceso de distinta naturaleza para compradores y vendedores. Después de años de bajo crecimiento, las compañías europeas han perdido dimensión relativa. En el ranking de las mayores 25 empresas del mundo por capitalización no figura ninguna de la zona euro. Han perdido escala y, por consiguiente, les es difícil competir cuando el euro lleva dos años con una notable sobrevaloración. Para quien pierd...

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En lo que va de año se han producido, globalmente, 15 operaciones de compras y fusiones, cada una de más de 10.000 millones de dólares. Superan por primera vez la media del año 2007. Se trata de un proceso de distinta naturaleza para compradores y vendedores. Después de años de bajo crecimiento, las compañías europeas han perdido dimensión relativa. En el ranking de las mayores 25 empresas del mundo por capitalización no figura ninguna de la zona euro. Han perdido escala y, por consiguiente, les es difícil competir cuando el euro lleva dos años con una notable sobrevaloración. Para quien pierde dimensión relativa, alguna empresa aprovechará la oportunidad para presentar una opa (en muchos casos hostiles) o tentará a los directivos y/o a los accionistas relevantes.

En sentido opuesto, las compañías americanas han crecido por encima de las europeas y acumulan volúmenes crecientes de tesorería y no tienen proyectos donde invertir y dar valor a los accionistas. Pueden contentarles por un tiempo recomprando sus acciones, pero eso tiene un límite. Buscan economías de escala, ahorro de costes fiscales y diluir riesgos. A última hora, la americana Pfizer no pudo absorber a la farmacéutica británica AstraZeneca. En farmacia, como en otros sectores, si las patentes van caducando se pierden ventas y márgenes. Y es demasiado caro y lleva demasiados años invertir en nuevos productos hasta que tengan la aprobación de las autoridades sanitarias. Mejor comprar las investigaciones y los productos de otras que han desarrollado nuevos medicamentos para el cáncer de pulmón, el asma y la diabetes: Astra Zeneca. Ofrecieron 69.000 millones de libras, pero no fue suficiente. La diferencia es pequeña para que no puedan llegar a un acuerdo en el futuro. Mientras tanto, no va ser fácil convencer a los accionistas británicos de que la oferta no era buena, pues representaba una plusvalía de más del 40% del precio en Bolsa.

Con Wall Street en máximos históricos, muchos depredadores prefieren ahora comprar intercambiando acciones

En Francia, el gigante americano GE intenta comprar la división de transporte de Alstom (que incluiría los trenes de alta velocidad, TGV, nuestro AVE). Lo mismo pretende Siemens. Ante las dificultades, GE mejoró su oferta el lunes 28 de mayo, con una visita del consejero delegado Jeffrey Immelt al Eliseo. A la salida de la entrevista, el presidente François Hollande, según Le Monde, insistió: “Yo sólo tengo un único criterio: la localización y mantener el empleo en Francia”. Anteriormente se barajó que el ministro de Economía de Francia podía plantear otra estrategia: permutar el negocio de energía de Siemens con el de transporte de Alstom. GE no quiere perder su posición en Francia, donde su filial tiene más de 11.000 empleados. El desenlace se podría conocer la próxima semana.

Con Wall Street en máximos históricos, por las incesantes inyecciones de liquidez de la Reserva Federal, pues las dos curvas tienen un coeficiente de correlación, positivo, de más del 80%, muchos depredadores prefieren ahora comprar intercambiando acciones, como el caso de Facebook sobre WhatsApp. Y mejor si se pueden producir ahorros fiscales. La filial de Pfizer en Reino Unido tenía que repatriar beneficios, pero si los hubiera aplicado a la compra de AstraZeneca habría pagado el 21%, en vez del 33% en Estados Unidos. El tamaño es importante, pero no lo son menos los costes fiscales y la repatriación de los beneficios a bajo coste.

En las telecomunicaciones, Vodafone necesitaba cuota de mercado en España y compró una compañía fuerte en cable (ONO). También en Europa, Microsoft quería entrar en los smartphones y compró Nokia, pero ahora descubre que Samsung y Apple pierden cuota de mercado porque otras compañías más pequeñas fabrican los móviles de menor precio que les piden las grandes operadoras de móviles y que se fabrican en Francia y China.

Hasta aquí el análisis de las nuevas tendencias de crecimiento por compras o absorciones. Para concluir, no existe acuerdo sobre la oportunidad de esos procesos. Para los más optimistas, resuelta la crisis del euro y con mejores perspectivas de crecimiento para la Unión Europea, a pesar de los resultados electorales del pasado domingo, lo más aconsejable es comprar, ganar dimensión y competir a escala global. Para los que tienen una visión menos optimista, lo que importa es ahorrar costes fiscales y aprovechar la mejor disposición de las autoridades de Washington y Bruselas ante los procesos de concentración.

Robert Tornabell es profesor y exdecano de ESADE Business School.

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