Para crecer, replantear las reformas
Entre 2013 y 2017, América Latina crecerá de media un punto menos que en los últimos cuatro años. Este pronóstico, sin embargo, podría dar un giro de 180 grados en el caso de que la región, en bloque, implantara una serie de reformas destinadas a corregir “la mala asignación de los recursos productivos”, según asegura el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en su reciente informe Replantear las reformas. Cómo América Latina y Caribe pueden escapar del menor crecimiento.
El BID asegura que, en un periodo de diez años, un país medio de la región podría añadir un punto al cre...
Entre 2013 y 2017, América Latina crecerá de media un punto menos que en los últimos cuatro años. Este pronóstico, sin embargo, podría dar un giro de 180 grados en el caso de que la región, en bloque, implantara una serie de reformas destinadas a corregir “la mala asignación de los recursos productivos”, según asegura el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en su reciente informe Replantear las reformas. Cómo América Latina y Caribe pueden escapar del menor crecimiento.
El BID asegura que, en un periodo de diez años, un país medio de la región podría añadir un punto al crecimiento de su economía si pusiera en marcha reformas destinadas a “asegurar un mayor competencia en los mercados, sistemas tributarios equitativos, mercados laborales que funcionen bien, y establecer marcos e instituciones regulatorias que favorezcan suficientes inversiones a la vez que estimulan un mayor ahorro para financiar esas inversiones de manera segura”.
Si todos los países de la región actuaran en bloque e introdujeran reformas equivalentes de manera simultánea “el efecto en el conjunto de América Latina podría ser del 2,3%, de crecimiento adicional al año”, según asegura el informe, en lo que califica como una “estimación conservadora”.
En un periodo de diez años, un país medio de la región podría añadir un punto a su crecimiento
Latinoamérica se encuentra, en opinión del BID, en un punto de inflexión. Aunque hasta la fecha, los países, han sabido escapar con notable fortuna a los rigores de la crisis mundial, pero lo cierto es que afrontan los próximos años con menos margen de maniobra. “Las proyecciones apuntan a precios reales más bajos de los productos primarios, a peores términos de intercambio y a un crecimiento menor del consumo privado”, apunta el informe. Ello podría derivar en una “brusca caída de la tasa de crecimiento de las inversiones”, lo que dejaría a la región “incapacitada para cerrar sus profundas brechas en infraestructuras” y abocada a un crecimiento todavía menor que el pronosticado.
La importancia de las infraestructuras
Mercado laboral, sistema de pensiones y las infraestructuras son los tres capítulos esenciales
Sin un salto cualitativo en materia de infraestructuras, América Latina no podrá seguir sosteniendo el ritmo de crecimiento exhibido durante los últimos años. Además, las herramientas de política fiscal han perdido efectividad. “Existe el peligro de que aquello que fue concebido como una política contracíclica exitosa ahora sea considerado sencillamente expansiva, dado que la mayoría de los países han optado por no reducir gastos primarios (…); además, las fuertes medidas fiscales expansivas desgastarían la credibilidad fiscal y reducirían el espacio fiscal, un elemento crucial en el caso de otra perturbación negativa”.
El BID recomienda a los países latinoamericanos una política fiscal más austera. No obstante, insiste en que las reformas son fundamentales y marca tres prioridades. En primer lugar, destaca la necesidad de reformar el mercado laboral para combatir la informalidad laboral y empresarial y aumentar la productividad. “La informalidad tiende a ir acompañada de una mayor proporción de empresas más pequeñas y menos eficientes, con una alta rotación de trabajadores, de una fuerza laboral menos educada y entrenada”. En segundo lugar, el informe señala la necesidad de mejorar las infraestructuras, un sector que adolece de “bajas inversiones”. Finalmente, cree necesario cambiar el sistema de pensiones, la Seguridad Social, y la regulación tributaria, un conjunto de modificaciones que podrían tener “un impacto importante en los niveles de ahorro” y que deberían diseñarse, en cualquier caso, a la medida de cada país.
Los países en la región se encuentran en posiciones bastante diferentes en relación con las trabas estructurales al crecimiento y, por lo tanto, quizá deban enfocarse en diferentes áreas de reformas. Considerando la región en su conjunto, las reformas en el comercio y las finanzas han avanzado adecuadamente, pero otros sectores están retrasados. Desde luego, aún queda mucho trabajo para mejorar la educación, la competencia en los mercados de productos, los sistemas tributarios, el ahorro, la inversión interna y el funcionamiento de los mercados laborales.
El informe sostiene que aún hay un margen considerable para reformar, y que el retorno potencial en términos de crecimiento para los países que quieran impulsar una nueva ola de reformas hechas a la medida de sus necesidades, es alto. Sin embargo, hay un beneficio adicional generado por el esfuerzo regional de reformas. Si bien las externalidades regionales que resultarían de las reformas en las dos economías más grandes de la región, Brasil y México, son relativamente modestas, si todos los países implementaran reformas al mismo tiempo, las externalidades regionales serían considerables. En el caso de que el país medio de la región implementara reformas a lo largo de una década para disminuir la mala asignación de recursos al nivel actual de Estados Unidos, una estimación muy conservadora prevé un aumento del crecimiento de cerca de 1% al año. Si todos los países de la región realizaran un esfuerzo de reformas similar, el crecimiento regional aumentaría en más del doble, alrededor del 2,3%. Esto aumentaría el crecimiento en la región desde menos de 4% al año hasta más de 6% en los próximos años.
* Ramon Casilda Bejar es profesor del Instituto de Estudios Latinoamericanos (IELAT) de la Universidad de Alcalá.