Mas avisa que Cataluña se dirige hacia un proyecto propio

El presidente achaca ese giro a la "soberbia" del PP y el PSOE

Artur Mas recuperó ayer su discurso soberanista, que saca a relucir solo en determinados momentos, antes de afrontar esta tarde su primer debate de política general como presidente de la Generalitat. Mas participó en la Cátedra de Liderazgos y Gobernanza Democrática de ESADE, y explicó ante políticos, empresarios e intelectuales su visión de las relaciones entre Cataluña y el resto de España. Mas avisó que la sociedad catalana evoluciona hacia un "proyecto propio", una voluntad que achacó, con un intrincado argumento, a la "soberbia" de los grandes partidos, PP y PSOE. El presidente fijó el fo...

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Artur Mas recuperó ayer su discurso soberanista, que saca a relucir solo en determinados momentos, antes de afrontar esta tarde su primer debate de política general como presidente de la Generalitat. Mas participó en la Cátedra de Liderazgos y Gobernanza Democrática de ESADE, y explicó ante políticos, empresarios e intelectuales su visión de las relaciones entre Cataluña y el resto de España. Mas avisó que la sociedad catalana evoluciona hacia un "proyecto propio", una voluntad que achacó, con un intrincado argumento, a la "soberbia" de los grandes partidos, PP y PSOE. El presidente fijó el foco en la abstención de Convergència i Unió (CiU) en el Congreso que sirvió para que el Gobierno pudiera llevar adelante su plan de ajuste, en mayo de 2010. Mas entiende, apuntó, que igual que CiU se puso de lado del Ejecutivo entonces, el Gobierno tendría que haber consultado a los nacionalistas la reforma de la Constitución aprobada recientemente.

"Ni nos llamaron. Esto es lo que hacen los que se han acostumbrado a mandar y tienen la soberbia de pensar que solo mandan ellos. De esto te cansas", aseveró, dolido. Mas extrapoló este ejemplo a toda Cataluña. Dibujó una comunidad "que siempre ha aportado a España" y un Estado que, cuando la autonomía ha querido decidir su propio futuro (refiriéndose al Estatuto), "simplemente ha pisado las aspiraciones". "Esto tiene consecuencias", avisó el presidente, habitualmente cómodo al analizar el escenario posterior a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el texto marco catalán: es la base sobre la que construye uno de sus pilares de su mandato, la llamada "transición nacional hacia el derecho a decidir". "Probablemente no se tiene que dar complemente la espalda a España, pero hay una cosa segura; la relación entre CataIuña y España solo se convertirá en una relación de intereses", dijo Mas. Acostumbrado a los equilibrios, el presidente enfrió minutos más tarde su soberanismo, poniendo sobre la mesa, una vez más, el proyecto de concierto económico.

Aunque el primer ponente, el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol, le advirtió: tarde o temprano, Mas deberá tomar decisiones importantes sobre las relaciones entre Cataluña y el resto de España. Pujol, que desde hace meses insiste en que ya no tiene fe en la reconciliación entre la comunidad y el Estado, aseguró que Mas "deberá tomar decisiones muy comprometidas". Y concluyó: "Se acabó la confianza. He dedicado 65 años de acción pública a generar confianza mutua. Ya no confío".

Uno de los ponentes reprochó a Mas y Pujol su apuesta por el soberanismo. El presidente encontró la excusa perfecta para sacar a relucir el concierto económico. "Yo no he dicho nunca que vaya a hacer un referéndum por la independencia en esta legislatura. Apostaremos por lo que genere consenso", dijo. Pujol fue más contundente: manifestó que España "lleva a la residualización" a Cataluña.

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