Reportaje:SINGULAR | Byoung Tae Bae, ganador de la Olimpiada Matemática de 2011

¿Harvard, Columbia o Cambridge?

El joven campeón de los números surcoreano cree que vivir en Madrid le permitió convertir en pasión lo que en Seúl era una obligación de estudio

Hasta los 14 años Byoung Tae Bae apenas hizo otra cosa que estudiar matemáticas. Para ser el mejor, para ganar premios, para entrar en una buena universidad en Seúl y para estudiar Medicina, como quería su familia. Un traslado motivado por el trabajo de su padre, un empresario surcoreano, trajo a Byoung Tae a Madrid hace cuatro años. Llegó sin una palabra de español, ni una pizca de inglés. Simplemente cargado de números.

Al principio todo el mundo le llamaba chino. Y si ya le costaba entender una palabra, que sus compañeros confundieran constantemente a un coreano con un chino y...

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Hasta los 14 años Byoung Tae Bae apenas hizo otra cosa que estudiar matemáticas. Para ser el mejor, para ganar premios, para entrar en una buena universidad en Seúl y para estudiar Medicina, como quería su familia. Un traslado motivado por el trabajo de su padre, un empresario surcoreano, trajo a Byoung Tae a Madrid hace cuatro años. Llegó sin una palabra de español, ni una pizca de inglés. Simplemente cargado de números.

Al principio todo el mundo le llamaba chino. Y si ya le costaba entender una palabra, que sus compañeros confundieran constantemente a un coreano con un chino ya le parecía el remate, casi peor que estar todo el día repartiendo dos besos por aquí y dos por allá. ¿Dónde estaba ese metro de distancia, mínimo, para hablarle a una persona? "Fue complicado", acierta a definir su llegada a España.

La próxima semana viaja a Murcia para intentar ganar el certamen de Física
"En Corea el nivel educativo es muy alto, pero no es sano. Aquí soy feliz"
Byoung Tae pasó su infancia en Seúl entregado a los números
En España descubrió la guitarra y jugar al fútbol... Y es madridista
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Quién lo diría ahora: viéndole apurar los minutos de entrevista porque empieza su entrenamiento de fútbol o contando, como si no fuera nada extraordinario, que está esperando a ver qué pasa con sus solicitudes a las universidades de Harvard y Princeton, en las que está en lista de espera, para decidir dónde estudiará el año que viene. Porque en Cambridge (Inglaterra) o en las estadounidenses Brown y Columbia ya tiene plaza asegurada.

Contra todo pronóstico, no estudiará para ser médico. Byoung Tae va a ser matemático. Porque entre otras cosas Madrid convirtió la obligación de estudiar matemáticas en verdadera "pasión". Aunque eso no fue nada más llegar.

Sus primeros meses en Madrid los pasó en una clase de los Escolapios con otros extranjeros que no hablaban español, sobre todo rumanos, marroquíes y chinos. El siguiente curso se matriculó en el Colegio Americano, donde estudia actualmente, y, aunque le costó coger el ritmo de las clases, a base de horas volvió a sacar unas notas brillantes y vio que podía hacer otras cosas, además de dedicar su vida a las matemáticas. Empezaron a interesarle los idiomas, la guitarra, jugar al fútbol y... Se olvidó de los números.

Estuvo casi dos años sin hacer una ecuación, salvo las de los deberes, claro. Pero, en medio de esta vida sin presiones Byoung Tae empezó a divertirse dándole vueltas a las fórmulas y planteando incógnitas imposibles. Sacó del cajón los libros con los que había estudiado en Corea -dos años atrás- y se puso a ello. Le gustaba. Y sin necesidad de que nadie le obligase.

Navegando por Internet, encontró que existían unas Olimpiadas Matemáticas y decidió apuntarse. Aunque había aprendido español a marchas forzadas, dominaba mejor el inglés, idioma en el que estudia la mayoría de asignaturas en su colegio. Las dificultades con la lengua no encallaron su habilidad con los números y la primera vez que participó en las olimpiadas, en 2010, quedó tercero.

No contento con ello este año lo volvió a intentar y en la fase nacional, que se celebró el Pamplona la semana pasada, resultó ganador. En los próximos días viajará a Murcia para intentarlo en las Olimpiadas de Física. Vamos, un portento. Byoung cree que si hubiera seguido en Seúl seguramente sería más hábil con las matemáticas. Allí "el nivel educativo es altísimo, pero no es sano", explica. "Aquí soy más feliz", añade con mucha convicción.

Como ganador de la olimpiada le correspondería representar a España junto a otros cinco compañeros en el certamen europeo, pero al no tener la nacionalidad española no podrá participar y lo han relegado hasta el séptimo puesto del ranking. Confiesa que le gustaría ir, pero no se queja, está satisfecho con el premio y tampoco le da más vueltas. En ningún caso se ha planteado pedir la nacionalidad, es un chico de mundo, hoy está aquí y mañana allí, y aunque no es madrileño dice orgulloso que es madridista. Lo era, incluso, antes de llegar a España.

Este verano, a punto de empezar la carrera, piensa recorrer Europa con su novia, una surcoreana americana a la que conoció en un campamento de matemáticas en Boston donde ha pasado los tres últimos veranos. Después, visitará a su familia en Seúl y se irá a la universidad. Quién sabe si en Inglaterra o en Estados Unidos.

Sus padres y su hermano de 16 años tampoco seguirán en Madrid. A su padre han vuelto a trasladarlo a Tokio. Pero a Byoung Tae no le da miedo estar lejos de su familia. "Ese sentimiento es típico de la cultura española. Yo quiero cumplir mi sueño", dice seguro. Si lo consigue, será profesor de matemáticas en una universidad estadounidense durante unos años. Después, volverá a Corea. A seguir con los problemas y las fórmulas. Mientras tanto, se va corriendo feliz a su entrenamiento de fútbol.

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