Más transparencia
Ahora que van a decirnos cuál es el coste de la asistencia sanitaria propongo que los policías extiendan un, digamos, albarán, a cada detenido, los jueces a cada persona o empresa juzgada, los ordenanzas de los múltiples organismos públicos a cada receptor de sus servicios, los camareros del Congreso a sus señorías del verdadero coste de los baratos cafés que les sirven, etcétera.
Y también que en cada peaje nos informen de cuánto paga el Estado por nosotros a la empresa concesionaria (además de lo que le pagamos nosotros), en cada recibo de la luz de cuánto se le pagan a las empresas (...
Ahora que van a decirnos cuál es el coste de la asistencia sanitaria propongo que los policías extiendan un, digamos, albarán, a cada detenido, los jueces a cada persona o empresa juzgada, los ordenanzas de los múltiples organismos públicos a cada receptor de sus servicios, los camareros del Congreso a sus señorías del verdadero coste de los baratos cafés que les sirven, etcétera.
Y también que en cada peaje nos informen de cuánto paga el Estado por nosotros a la empresa concesionaria (además de lo que le pagamos nosotros), en cada recibo de la luz de cuánto se le pagan a las empresas (además de lo que también pagamos). Que nos informen del desglose de ayudas y subvenciones a empresarios, patronos de fundaciones, latifundistas, etcétera. Basta ya de tanta demagogia. Los dineros públicos son eso, públicos y se dispone de ellos según el criterio político de quienes los gestionan. ¿Por qué siempre es derroche la prestación de servicios públicos (sanidad, educación, pensiones) y nunca las subvenciones, de las que tanto dependen muchos de nuestros empresarios modelo? ¿Cómo piden ejemplaridad quienes en lo más crudo de la crisis ganan más.