Reportaje:

Ferran Adrià pide un kilo de arroz

Varios chefs españoles participan en una campaña de recogida de alimentos

Viéndole de cerca, solo un insensato se batiría en duelo con él durante una discusión de taberna. Darío Barrio, un cocinero que va a su restaurante por las mañanas en bicicleta y por las tardes a la carrera (hay seis kilómetros hasta su casa), tampoco tiene pinta de temeroso. Barrio practica el salto base, que viene a ser algo así como un paracaidismo en versión gore: se lanza desde edificios, puentes o precipicios, nunca de una aeronave en vuelo. Encima si lees un cuestionario suyo en el que dice que su máxima en el trabajo es la disciplina y que no le gustan las extravagancias, parece...

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Viéndole de cerca, solo un insensato se batiría en duelo con él durante una discusión de taberna. Darío Barrio, un cocinero que va a su restaurante por las mañanas en bicicleta y por las tardes a la carrera (hay seis kilómetros hasta su casa), tampoco tiene pinta de temeroso. Barrio practica el salto base, que viene a ser algo así como un paracaidismo en versión gore: se lanza desde edificios, puentes o precipicios, nunca de una aeronave en vuelo. Encima si lees un cuestionario suyo en el que dice que su máxima en el trabajo es la disciplina y que no le gustan las extravagancias, parece tener la imagen de un militar.

"Qué va", señala un mediodía en el que le hemos sacado de la cocina y se ríe con la ocurrencia. "Me gusta mucho la disciplina, pero todo en su justa medida", añade. Bueno, a lo que vamos. Lo que más le preocupa a este gran cocinero, aunque parezca un tópico, es que la gente no tenga cubierta la necesidad básica, el alimento. Anda enrolado estas semanas junto a otros colegas en una caravana llamada Cinco tenedores solidarios que recorre el país recaudando comida para los necesitados.

La iniciativa comenzó hace una semana y dura hasta el 6 de noviembre
"El hambre es el más grave de los problemas sociales", dice Berasategui
Por cada dos kilos que se donen se regala un libro de recetas
Roncero, Sandoval, Arzak y Ruscalleda también participan en el proyecto
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"Es un proyecto precioso con el que podemos ayudar a la gente que muere de hambre y en el que participan maestros como Paco Roncero, Mario Sandoval o Juan Mari Arzak", comenta. Pero hay algo que le toca la fibra: "Que también lo apoye Ferran Adrià lo hace único. Haría lo que fuese con él, ser su telonero, llevarle las maletas... lo que sea". Acabadas las preguntas, vuelve a los fogones de su restaurante situado en el barrio de Salamanca.

Paseando por el centro comercial Espacio Torrelodones (kilómetro 29 de la A-6) se descubre que Ferran Adrià es alguien que da gracias por levantarse cada mañana feliz, al que le encantaría pasar dos horas charlando con Pablo Picasso, mejor si pudiera ser con marisco y una cervecita. Al lado de una columna está su foto en cartón piedra y una cocina de mentirijilla. Anima a que la gente que acuda al lugar deje un kilo de alimento (legumbres, pasta, aceite...) que hará llegar a los más necesitados el Banco de Alimentos de Madrid ("en España hay más de un millón y medio de pobres severos", informan desde la organización). "Otro día traigo algo", se hace la loca una señora que carga con tres bolsas de un supermercado. "No quiero hacer un cuestionario...", interrumpe un hombre antes de que a la voluntaria le dé tiempo a explicar la iniciativa.

La recogida de alimentos comenzó hace una semana y permanecerá hasta el 6 de noviembre. La gente está dejando menos de lo que se esperaba (700 kilos hasta el momento), y por supuesto que en menor medida que en Galicia, donde fue un éxito. Por cada dos kilos que se donen se regala un recetario con ideas de los antes mencionados y Carme Ruscalleda, Joan Roca y Elena Arzak. Hay un poco de todos: huevos escalfados con estofado de setas, sopa campesina, kokotxas de bacalao con berberechos al txakoli y cebollino, timbal de manzana e hígado graso de pato con aceite a la vainilla, huevo poché con jamón ibérico, espárragos trigueros, hongos y orquídeas...

"El más grave y cruento de los problemas sociales es el hambre en el mundo", dice Martín Berasategui en un cuestionario, encantado de verse involucrado en proyectos solidarios. "El que siembra recoge", explica, "o como reza en la entrada de mi restaurante en euskera: si haces lo que debes comerás pan: Egiten baduk beharra, jango duk ogia". ¿Eso le ha pasado a la cocina española, ha recogido lo que sembró hace años? "Nunca hemos estado mejor que ahora, eso no lo vamos a dudar, pero no hay que olvidarse de que esto no ha hecho más que empezar, hay que seguir trabajando sin descanso, con pasión y disciplina".

El caldo de cultivo previo, para Ferran Adrià, fue "la cocina vasca". "Si se hacen las cosas bien queda para otros 25 años", agrega. Joan Roca le da la razón: "El congreso de cocina de autor en Vitoria en los años noventa" es el comienzo de todo, y añade: "El futuro de la cocina es esperanzador". Entusiasta, Barrio, que decía antes que cargaría con las maletas de Adrià, lo pone ahora en la diana, al igual que Carme Ruscalleda: "El fenómeno Ferran fue el impulso".

Mario Sandoval cambia de tercio: "El gran cambio fue la cocina molecular". "La cocina española es el futuro", dice con entusiasmo. Mientras ellos siguen con su debate, las voluntarias del banco de alimentos recorren los largos pasillos del centro comercial pidiendo la ayuda en forma de alimentos de la gente que va a comprar. "Aún hay tiempo y esperamos recaudar mucho más. ¡Que venga la gente, por Dios!", explica una señora muy dispuesta que va con un peto de voluntaria.

Varios niños participan en Torrelodones en la iniciativa de recogida de alimentos patrocinada por cocineros españoles.ULY MARTÍN

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