Reciclaje incentivado
Hará ya un par de años que estuve visitando los países escandinavos y fue ahí donde me fijé en un sistema muy peculiar de reciclaje. Lo que me llamó la atención fue ver a la gente entrar a los supermercados llenos de bolsas con latas, botellas y todo tipo de envases. En esos momentos, mi curiosidad me incitó a seguir a uno de ellos y observé que se dirigían a una máquina en la cual insertaban una a una las botellas y finalmente les era devuelto un recibo con la cantidad de dinero que se les daba en relación con los envases entregados. Así, seguro que no llegaba ni una botella a la basura común...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Hará ya un par de años que estuve visitando los países escandinavos y fue ahí donde me fijé en un sistema muy peculiar de reciclaje. Lo que me llamó la atención fue ver a la gente entrar a los supermercados llenos de bolsas con latas, botellas y todo tipo de envases. En esos momentos, mi curiosidad me incitó a seguir a uno de ellos y observé que se dirigían a una máquina en la cual insertaban una a una las botellas y finalmente les era devuelto un recibo con la cantidad de dinero que se les daba en relación con los envases entregados. Así, seguro que no llegaba ni una botella a la basura común.