Muchas prisas y pocos ordenadores

El curso empezó ayer entre prisas, apaños y falta de ordenadores portátiles en muchos centros escolares. Sólo dos de los 4.536 centros educativos no empezaron o retrasaron el curso. El instituto Narcís Xifra de Girona, donde un corte de corriente retrasó las clases una hora, y la escuela Ítaca, de Manresa, que empezará el jueves las clases, cuando acaben las obras.

El retorno de 1,2 millones de alumnos a las aulas llegó una semana antes de lo habitual y con mucho calor en casi toda Cataluña. Estuvo marcado por dos grandes novedades: las nuevas vacaciones de invierno o ...

El curso empezó ayer entre prisas, apaños y falta de ordenadores portátiles en muchos centros escolares. Sólo dos de los 4.536 centros educativos no empezaron o retrasaron el curso. El instituto Narcís Xifra de Girona, donde un corte de corriente retrasó las clases una hora, y la escuela Ítaca, de Manresa, que empezará el jueves las clases, cuando acaben las obras.

El retorno de 1,2 millones de alumnos a las aulas llegó una semana antes de lo habitual y con mucho calor en casi toda Cataluña. Estuvo marcado por dos grandes novedades: las nuevas vacaciones de invierno o semana blanca y la llegada masiva de los ordenadores y libros digitales a los alumnos de secundaria.

Casi uno de cada cuatro de los 616 centros que tendrán este curso portátiles y libros digitales no los pudieron tener ayer y empezarán con ellos en los próximos días o semanas. El Departamento de Educación dice que ya avisó a los centros en junio de la probabilidad de que no tuvieran todos los ordenadores listos el primer día y de que a lo largo de septiembre se acabarían de poner en marcha todas las instalaciones. Pero muchos centros no están satisfechos.

"Los PC tardarán una semana; pasamos angustia", dice un director

"Empezamos hoy con ordenadores en segundo y tercero, pero no en primer curso. Tardarán una semana, quizá dos", decía José Luis Pérez, el director del instituto Joan Miró de Cornellà (Baix Llobregat). "Hemos pasado cierta angustia por la improvisación. Los problemas deberían haberse resuelto antes", decía este director. "Tenemos portátiles de reserva y si no llegan los que faltan los distribuiremos porque las familias ya han pagado su parte" (150 euros cada alumno).

Los 180 alumnos de 1º y 2º de secundaria del Instituto Alexandre Satorras, en Mataró (Maresme), comenzaron el curso sin material de estudio propio. El centro, que se inscribió antes de Semana Santa en el programa voluntario de digitalización del Departamento de Educación, recibió el dinero para las obras de adecuación de las aulas el 29 de julio. "Avisamos a los padres de que no podríamos comenzar el curso con los ordenadores, pero les garantizamos que los jóvenes vendrían desde el primer día"·, dijo la directora, Fina Buïl.

Los alumnos de este centro de Mataró se apañarán, hasta dentro de un mes, con algunos libros que, voluntariamente, les han dejado los estudiantes de cursos anteriores. Las páginas de varios de los textos están desgastadas, con los ejercicios de Lengua Castellana ya resueltos o sin tapas. En el centro no hay programa de reutilización. Los profesores también han preparado material extra. "Los profesores han hecho lo que han podido. Todo ha sido muy precipitado", decía Pere Kuderling, de la asociación de padres del Alexander Satorras. "Haría un poco más de ilusión volver a clases si tuviéramos los ordenadores", aceptó resignado Xavier, un alumno de 2º de secundaria. Educación ya había avisado de que mantuvieran los libros por si al empezar el curso no tenían lista la conexión a Internet.

En el instituto Torre de Palau, de Terrassa (Vallès Occidental), los 615 alumnos empezarán las clases de forma escalonada. Los 90 alumnos de 1º de ESO, que pisaban por primera vez su nuevo instituto y conocían a sus compañeros de pupitre, llegaban ligeros porque no debían cargar el ordenador que les servirá de libro. Y así asistirán también hoy, ya que a la mayoría no les ha llegado todavía el portátil. "Es un problema grave", reconocía Evaristo González, director del instituto Torre del Palau, que explicó que de los cinco modelos homologados de ordenador, la mayoría ha escogido una marca. "El distribuidor nos dijo ayer que han recibido una demanda de 70.000 ordenadores, pero solo pueden servir 30.000 de forma inmediata", aseguró este director.

Las nuevas vacaciones de invierno preocupan a las familias por la dificultad de compaginar la vida familiar y la laboral. "Parece una idea brillante, pero nadie pensó quién se ocuparía de los pequeños", coincidieron Marta Xuclà y Jaime Paricio, de la escuela Tarragona, en la capital tarraconense.

La misma sensación cundió en otros afectados, profesores incluidos. "¿Qué se supone que deberemos hacer con nuestros hijos?", lamentó un tutor de la escuela Pau del Clos. "¿Llevarlos a esquiar en el mes de marzo? ¿Con nuestro dinero? Educación debería facilitar alguna opción para los padres", lamentó. La Generalitat ha habilitado una partida inicial de 800.000 euros a disposición de las familias para sufragar actividades durante este parón escolar, pero las familias y los sindicatos CC OO y UGT la ven insuficiente.

La Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPAC) afirmó ayer que la semana blanca "es una oportunidad para mejorar la conciliación entre la vida familiar y la laboral". En la escuela Agustí Bartra, de Terrassa, la secretaria del centro, Dolors Cano, dijo: "Este año en tres días hemos tenido que hacer el trabajo que normalmente hacemos en casi dos semanas". La semana blanca será en este centro del 7 al 14 de marzo. "Las AMPA serán las que tengan que buscarse la vida" y organizar actividades para tener ocupados a los alumnos, remachaba Cano. Antonia Ayala, presidenta del AMPA de la escuela Agustí Bartra, señalaba: "Hay familias que no tienen abuelos que cuiden a los niños y con la crisis, muchos no se pueden pagar un esplai o un casal. ¡Si hay familias que casi no pueden costear los libros, cómo van a pagar una semana de vacaciones!".

Por otra parte, en Vic (Osona), el modelo de escolarización, basado en el reparto equitativo del alumnado inmigrante entre escuelas concertadas y públicas, no es infalible; 12 años después de ver la luz la historia se repite. Las escuelas de La Sínia, (pública) y Santa Caterina (concertada) se han convertido en el refugio de una gran parte del alumnado inmigrante o de hijos de inmigrantes nacidos en España. El Ayuntamiento de Vic anunció ayer, en el inicio escolar, una campaña de promoción de los dos centros amenazados que según el alcalde de la localidad, Josep María Vila d'Abadal, cuenta con el apoyo del consejero de Educación, Ernest Maragall, que próximamente tiene previsto escenificarlo con una visita a la ciudad. El alcalde descartó una fusión de centros como se hizo en 1997.

Información elaborada por Ferran Balsells, Camilo S. Baquero, Helena Belmonte, Eva Clota, Sebastián Tobarra e Ivana Vallespín.