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Crisis de precios

España está llevando el riesgo regulador a niveles insospechados. Solo unos días antes de la fecha en la que estaba previsto que el Gobierno anunciara una revisión general de las descabelladas subvenciones a las energías renovables, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, puso la totalidad del sector en el limbo. El Gobierno, con el apoyo de la oposición, ha iniciado por sorpresa una revisión general del sistema eléctrico y ha renunciado a las subidas en los precios de la electricidad previstas para este mes.

En teoría, el pacto político para abordar el disfuncional mercado de la el...

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España está llevando el riesgo regulador a niveles insospechados. Solo unos días antes de la fecha en la que estaba previsto que el Gobierno anunciara una revisión general de las descabelladas subvenciones a las energías renovables, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, puso la totalidad del sector en el limbo. El Gobierno, con el apoyo de la oposición, ha iniciado por sorpresa una revisión general del sistema eléctrico y ha renunciado a las subidas en los precios de la electricidad previstas para este mes.

En teoría, el pacto político para abordar el disfuncional mercado de la electricidad de España resulta prometedor. Durante muchos años, el Gobierno ha mantenido el precio de la electricidad a un nivel artificialmente bajo, con un déficit respecto a los costes reales de la energía que alcanzará pronto los 17.000 millones de euros. La idea es que las eléctricas recuperarán este denominado déficit de tarifa a través de facturas de luz más altas en el futuro. Cualquier solución a este problema debe pasar por hacer que los clientes paguen la energía por encima de su coste, lo que hace que la repentina congelación de las tarifas resulte particularmente preocupante. El aumento previsto para julio, que habría incrementado la factura en torno a un 4%, fue solo un paso de bebé en la dirección correcta. Desgraciadamente, el Gobierno no ha tenido las agallas ni siquiera para eso, despues de sufrir ataques por aplicar medidas de austeridad de mayor alcance. Como consecuencia, el déficit de las tarifas seguirá inflándose. Según Bank of America Merrill Lynch, el déficit podría incrementarse ahora en un 15% este año.

El mercado especula con la posibilidad de que la revisión de los costes del sector induzca un aumento de los impuestos a las energías nuclear e hidroeléctrica, cambios en la remuneración a la transmisión por la red e incluso pone en duda la recuperación del déficit planeada para el futuro. No sorprende que las acciones de empresas como Iberdrola y Endesa cayeran tras el anuncio. Los inversores extranjeros ya estaban en guardia, ante el temor de que las subvenciones a la energía renovable se enfrenten a recortes retroactivos. L a nueva incertidumbre los mantendrá todavía más a raya. Al menos los políticos han dicho que llegarán a un acuerdo este mes. Ahora que España está luchando por ganarse la confianza de los mercados, resulta extraño que Madrid dé a los inversores internacionales otro motivo para llevarse su capital a otro sitio.

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