Obama pide al G-20 que prime el crecimiento

Barack Obama alentó ayer a las mayores economías del mundo a no desfallecer en el esfuerzo por revitalizar el crecimiento ante las señales de que la reciente crisis no está aún por completo en el pasado. El presidente norteamericano pidió también acciones coordinadas para reformar el sector financiero y responsabilidad en la fijación de los tipos de cambio.

En una carta enviada a los líderes que participarán a finales de mes en Toronto en la cumbre del G-20, Obama describe una situación económica alentadora, pero aún insegura: el crecimiento es ahora la nota dominante, las peores amenaz...

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Barack Obama alentó ayer a las mayores economías del mundo a no desfallecer en el esfuerzo por revitalizar el crecimiento ante las señales de que la reciente crisis no está aún por completo en el pasado. El presidente norteamericano pidió también acciones coordinadas para reformar el sector financiero y responsabilidad en la fijación de los tipos de cambio.

En una carta enviada a los líderes que participarán a finales de mes en Toronto en la cumbre del G-20, Obama describe una situación económica alentadora, pero aún insegura: el crecimiento es ahora la nota dominante, las peores amenazas han sido superadas, pero es necesario todavía mantener las espadas en alto para consolidar las buenas perspectivas actuales y crear empleo.

"Nuestra mayor prioridad en Toronto tiene que ser la de salvaguardar y fortalecer la recuperación", afirma el presidente de Estados Unidos. "Trabajamos muy duramente para restaurar el crecimiento; no podemos perder vitalidad ahora", advierte.

Mientras esta carta era dada a conocer, Obama estaba ayer en Ohio, visitando una ciudad en la que se han creado 300 nuevos puestos de trabajo gracias a los proyectos desarrollados por el plan de reactivación impuesto por su Gobierno a las pocas semanas de su nacimiento. Ese es el principal problema económico de Estados Unidos ahora: empleos. La economía crece pero la tasa de desempleo se resiste a alejarse del 10%. Esa es, por tanto, la prioridad de Obama en Toronto: consolidar el crecimiento tanto como para favorecer la creación más acelerada de puestos de trabajo.

Esa prioridad choca actualmente con las de otros miembros del G-20. Europa está plenamente envuelta en el reordenamiento exigido por la crisis de Grecia y su obsesión no es el crecimiento sino las finanzas públicas. China, por su parte, mantiene sus propios ritmos, y aunque parece haber aceptado en principio la necesidad de subir el valor de su moneda, no está dispuesta a hacerlo tanto como para repercutir de forma decisiva en las exportaciones norteamericanas.

En Toronto va a ser necesario compaginar todos esos intereses para no dar la impresión de desorden que solo contribuiría a crear más incertidumbre. "Necesitamos reafirmar nuestra unidad de propósito para proveer el apoyo político necesario para mantener la fortaleza del crecimiento económico", afirma la carta de Obama.

No va a ser una cumbre fácil en ese sentido. Obama llega respaldado por la inminente aprobación de la reforma financiera, pero desposeído del halo de prestigio que le acompañó en otras cumbres. Los líderes europeos, o son demasiado nuevos o están gastados. Y, en cuanto a potencias emergentes que ayudaron otras veces, como Brasil o India, llegan a Toronto en malas condiciones por distintas razones. Brasil, enfrentado a Occidente por la crisis de Irán. India, embarcada en un nuevo recrudecimiento de la tensión con Pakistán.

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