Zapatero receta "estabilidad" a los que exigen elecciones anticipadas

"Irresponsabilidad" y "desestabilización", fueron los dos vocablos más repetidos ayer en la reunión de la dirección del PSOE. Ambos fueron aplicados al PP y a su líder, Mariano Rajoy. Para los socialistas, el PP es "irresponsable" porque no va a mover un dedo por ayudar a superar la crisis y, sobre todo, porque va a tratar de "desestabilizar" la situación política, con la reiteración de que el país no aguanta más con este gobierno y debe haber elecciones. Frente a todo eso, a las encuestas tan negativas, a la presión de los medios y de algunos dirigentes de su propio partido, Zapatero recetó a...

"Irresponsabilidad" y "desestabilización", fueron los dos vocablos más repetidos ayer en la reunión de la dirección del PSOE. Ambos fueron aplicados al PP y a su líder, Mariano Rajoy. Para los socialistas, el PP es "irresponsable" porque no va a mover un dedo por ayudar a superar la crisis y, sobre todo, porque va a tratar de "desestabilizar" la situación política, con la reiteración de que el país no aguanta más con este gobierno y debe haber elecciones. Frente a todo eso, a las encuestas tan negativas, a la presión de los medios y de algunos dirigentes de su propio partido, Zapatero recetó ayer "estabilidad política e institucional" para sortear la crisis.

"Al PP y a Rajoy no les interesa ni la crisis, ni la creación de empleo, ni el euro, ni nada de lo que les preocupa a los ciudadanos, solo desestabilizar". Esta es la traducción de las palabras del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que hacen miembros de la Ejecutiva.

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Pero Zapatero no dedicó mucho tiempo a quejarse, ya que ayer se presentó ante la dirección de su partido para hablar de la salida de la crisis y sin entrar en perspectivas electorales. Eso sí, les aseguró que el Gobierno va a trabajar por "la estabilidad política e institucional", imprescindibles para salir de la crisis. Todos entendieron que el líder socialista no hará ningún movimiento que introduzca tensión en el país. "Ha quedado implícito que Zapatero no piensa en absoluto en una convocatoria anticipada de las elecciones", señalan asistentes a la reunión. No quiere añadir a la crisis económica, una crisis política, remachan estos interlocutores.

Pero él y todos los demás dicen ser conscientes de la estrategia del PP, resumida por la secretaria de Organización, Leire Pajín. "El PP ha intentado la desestabilización política desde que el PSOE ganó las elecciones en 2004, pero no lo consiguió y ahora tampoco lo logrará", auguró.

Los miembros de la cúpula socialista acudieron ayer expectantes a esta reunión para calibrar cómo afronta su secretario general la peor etapa desde que llegó al Gobierno. Los últimos días han sido de zozobra interna, derivada del paquete de medidas de ajuste que el Gobierno presentó y que pudieron sacar solo por un voto en el Congreso. En la reunión, el vicesecretario general, José Blanco, rememoró que es el mismo resultado que tuvo Zapatero en su investidura hace dos años, para transmitir que las cosas no han cambiado. Pero la situación es mucho peor que hace dos años aunque las votaciones fundamentales se han salvado.

En este fin de semana los socialistas han asistido a una avalancha de encuestas que les dan perdedores no solo a nivel nacional sino también en la mayoría de las autonomías que aún gobiernan. Con este clima, numerosos miembros de la ejecutiva criticaron al PP, a la derecha en general y a los medios que fustigan al Gobierno y ensalzan al PP.

La avalancha de interpretaciones sobre la estrategia del PP copó la reunión, aunque Zapatero no entró apenas en ellas. El PP quiere "afianzar la desconfianza" en el país y tratar de que "se acorte la legislatura, ante el temor de que la situación pueda mejorar", resume un miembro de la ejecutiva. Algunos miembros de este órgano de dirección resaltaron que la crispación empieza a apreciarse en la sociedad. A este respecto, el responsable de Política Institucional, Gaspar Zarrías, matizó que la tensión se concentra singularmente en Madrid y no tanto en otras comunidades autónomas. Numerosos miembros de la ejecutiva, pero sobre todo José Blanco, quisieron resaltar que "la derecha" va a por Zapatero. El presidente restó importancia a ese hecho y consideró "normal" que los ataques se centren en él, al ser el presidente del Gobierno.

Pero hay mucho que hacer, reconoció Zapatero, para quien hay que explicar a la sociedad qué se está haciendo para salir de la crisis. Y se puso, el primero de todos, "a disposición del partido" para realizar actos públicos. Pajín recogió el guante y añadió que todos los dirigentes del PSOE iban a hacer lo mismo.

Se trata de explicar que es posible mejorar y ver "la luz al final del túnel", según Zapatero, con las políticas emprendidas -que repasó ante los suyos- y las reformas "estructurales" que va a llevar a cabo de inmediato, singularmente la reforma laboral y la reestructuración de las Cajas de Ahorro, y otras de calado.

El presidente no mencionó la previsible ruptura de las negociaciones con los agentes sociales, sino que repitió que mantenía la esperanza de que la reforma laboral fuera acordada. Por eso "no hubo clima" para ahondar en la hipótesis de que el gobierno la tenga que hacer unilateralmente.