La metáfora equivocada
Acaso el Gobierno tenía que haber contratado a un gabinete de imagen a la hora de decidir sus (limitados) recortes, porque ha pisado en la Biblioteca Nacional y es como si hubiera puesto patas arriba la esencia de la cultura española. Y si no lo ha querido hacer, aún peor, porque la consecuencia de su acción es la que dicen sus críticos: se ha lanzado sobre una de las instituciones más importantes de la trama cultural una sombra innecesaria.
No es exagerado: en la Biblioteca Nacional reside uno de los símbolos más graves de la cultura porque la escritura es la metáfora verdadera del pen...
Acaso el Gobierno tenía que haber contratado a un gabinete de imagen a la hora de decidir sus (limitados) recortes, porque ha pisado en la Biblioteca Nacional y es como si hubiera puesto patas arriba la esencia de la cultura española. Y si no lo ha querido hacer, aún peor, porque la consecuencia de su acción es la que dicen sus críticos: se ha lanzado sobre una de las instituciones más importantes de la trama cultural una sombra innecesaria.
No es exagerado: en la Biblioteca Nacional reside uno de los símbolos más graves de la cultura porque la escritura es la metáfora verdadera del pensamiento y de la creatividad de un país. Entre las instituciones que se dieron en la Ilustración, la Biblioteca es capital, y si un país considera que se puede zarandear una metáfora tan sonora es que no entiende que la cultura no se hace sólo nombrando o destituyendo responsables de organismos; la cultura se hace dando continuidad a las entidades en las que se basa el engrudo cultural. A una institución así cabe adjudicarle las características del efecto mariposa: si se mueve un ala de la Biblioteca se acatarra todo el sistema.
La Nacional es la cuarta biblioteca más importante del mundo, y todo lo que la roce ya se ha visto en el pasado que causa verdaderos terremotos. ¿Por qué el Gobierno ha sentido que en este periodo de vacas flacas tenía que detraer precisamente de ahí unos cuantos reales? ¿No podía ahorrar de otro sitio? Es obvio que son necesarios los recortes y el Estado es responsable de los nombramientos, los ceses y los cambios en los organigramas. Pero pudo haber mirado para otro lado si alguien le hubiera soplado que las alas de la Biblioteca son alas de una mariposa muy delicada.
Es probable que en el diagrama de los recortes haya funcionado también la posibilidad del ruido, y en esto también se ha equivocado el Ejecutivo: aunque en la Biblioteca el silencio sea un material precioso, es cierto que la publicidad de este recorte iba a causar extrañeza y preguntas. Cuando estas se han hecho excesivas ha surgido un ruido que el Gobierno no se esperaba. Y es que las alas de las mariposas parecen frágiles, pero cuando se ponen en movimiento causan tremenda ventolera.