Entrevista:ELECCIONES AL COLEGIO DE ARQUITECTOS DE CATALUÑA

"Hay arquitectos con mucho ego"

Josep Maria Dedéu es arquitecto municipal, profesor y perito, y el más joven de los tres candidatos. Se muestra partidario de reducir la legislación.

"El colegio", dice, es "la casa de los arquitectos. Debe acogerlos a todos y mantener relación con la sociedad y generar oportunidades, proponer y vehicular iniciativas. Si no reiniciamos el colegio no saldremos adelante. Cada año se incorpora un ejército de titulados que no sustituyen a los que se jubilan porque los arquitectos no se jubilan nunca. Tenemos que abrir nuevas vías para dar salida al talento que hay en el país".

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Josep Maria Dedéu es arquitecto municipal, profesor y perito, y el más joven de los tres candidatos. Se muestra partidario de reducir la legislación.

"El colegio", dice, es "la casa de los arquitectos. Debe acogerlos a todos y mantener relación con la sociedad y generar oportunidades, proponer y vehicular iniciativas. Si no reiniciamos el colegio no saldremos adelante. Cada año se incorpora un ejército de titulados que no sustituyen a los que se jubilan porque los arquitectos no se jubilan nunca. Tenemos que abrir nuevas vías para dar salida al talento que hay en el país".

Pregunta. ¿Cuál es la función del colegio?

Respuesta. En estos momentos, es la casa de los arquitectos. Debe acogerlos a todos y mantener relación con la sociedad y generar oportunidades. Proponer y vehicular iniciativas. Hemos pasado de una época en la que nos proponían encargos a otra en la que hay que ir a buscarlos. Si no reiniciamos el Colegio no saldremos adelante. Cada año se incorpora un ejército de titulados que no sustituyen a los que se jubilan porque los arquitectos no se jubilan nunca. Tenemos que abrir nuevas vías para dar salida al talento que hay en el país. Y respecto al conjunto de la sociedad, tenemos que hacerle llegar nuestras opiniones técnicas, más fundamentadas que las del resto de los ciudadanos. Hoy se está generando inseguridad jurídica. Se legisla demasiado y es muy difícil cumplir todas las leyes.

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P. Está evolucionando la profesión hacia un mayor número de asalariados y funcionarios.

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R. Sí, pero es un proceso imparable, aunque los estudios estén pensados para como eran las cosas en la antigüedad. El despacho es una vía, pero ya no es mayoritaria. Y tenemos que saber que los compañeros no sólo son rivales, también podemos colaborar. Formar sociedades para dar respuesta a demandas sociales.

P. ¿Cómo ha afectado a la profesión la crisis de la construcción?

R. Ha afectado tanto al Colegio como a la profesión con una caída de actividad tremenda. Hoy hay muchos compañeros con problemas porque los gastos fijos no disminuyen. Y en el futuro es poco previsible que el Colegio tenga más ingresos por visados. Y tampoco está claro que la colegiación siga siendo obligatoria. La transformación que nos espera es enorme.

P. ¿Qué solución aporta el Colegio?

R. El Colegio tendrá que adelgazarse sin perder eficacia. Hay otros colegios que se han adelantado. Nosotros hemos abierto delegaciones inútiles y no hemos mirado hacia el exterior, donde hay oportunidades. Hay que poner medios para que los compañeros puedan ir al extranjero y luego traer la experiencia. De todas formas, hay que tener en cuenta que el trabajo no nos va a venir esperándolo. Hay que ir a buscarlo. Pero el Colegio debe facilitar las iniciativas.

P. Cómo ve los cambios que imponen las normativas europeas.

R. En el Colegio, afectan muchísimo. Del presupuesto, el 50% procede del visado. Si éste desaparece, las cosas tienen que cambiar. Y hay que cambiar a corto plazo. Se han firmado convenios con dos ayuntamientos sólo por motivos económicos. De hecho, el visado sólo garantiza que firma un titulado y colegiado y que no está inmerso en un proceso deontológico. No otorga licencia. Eso lo hace el municipio. Lo que hay ahora es un desastre. Y el Colegio, en vez de meter mano y racionalizar las cosas, ha optado por un "sálvese quien pueda" e inventarse un visado plus que agilizará la licencia frente al visado de los pobres. Porque hay trámites que, aunque deberían durar un par de meses, se dilatan año y medio en algunos ayuntamientos. Y los promotores no se atreven a acogerse al silencio administrativo porque hay tantas leyes que, luego, en algo te pillan. El resultado es un sistema nefasto. El Colegio ha presionado a todos los ayuntamientos para conseguir convenios, pero sólo han picado dos: Barcelona y Sabadell.

P. La rehabilitación se anuncia como actividad de futuro, pero no se firma.

R. Algunos arquitectos tienen un gran ego que mejor que desaparezca. Disfrutar con el trabajo también es importante. Hay muchas más cosas que hacer como arquitecto que un edificio muy alto. Un informe pericial acogido por los jueces también es gratificante. O dar clases. La generosidad es muy importante y transmite valores, por encima del divismo.

P. El parque de edificios,¿necesita mantenimiento?

R. De hecho, hay una ley que hará que todos los edificios de más de 45 años deban ser analizados y pasar una inspección técnica. Esto ha cambiado, lo que añade inseguridad jurídica. Porque la cédula de habitabilidad ya garantiza la solidez. Claro, también hay elementos comunes, de modo que hace falta la inspección, además. Luego se verá si los presupuestos permiten ayudas públicas. En este aspecto, el arquitecto también debería actuar y ser gestor. Llevar al propietario, a la comunidad, hacia las ayudas, facilitarles los trámites.

P. ¿Cómo inciden las nuevas tecnologías?

R. Esto tiene que ver con los concursos. Deberían primar los aspectos tecnológicos. Los equipos que desarrollen nuevas tecnologías. Lo que pasa es que el exceso de legislación es terrible. El código técnico dificulta las innovaciones. Hay una especie de vademécum que fija las soluciones ya probadas y que descarta las innovaciones porque hay que llevarlas a laboratorios que las homologuen y eso es muy caro. El Colegio debería trabajar en innovación, hablando con los fabricantes de nuevos productos y homologándolos. A veces, los planos de los innovadores, los miras y no sabes si están torcidos o derechos y esto comporta encarecimiento de las obras. Habría que primar a los equipos cuyos encargos se hayan hecho a satisfacción y ajustados a los criterios, incluidos los presupuestarios.

P. ¿Cuántos colegiados y cuántos arquitectos no colegiados?

R. Unos 10.000 y 50.000 estudiantes en las facultades. Pero disminuyen, porque es caro para los jóvenes. Hay que colegiarse y votar y participar. En este sentido, es un desastre que se haya cerrado el bar que teníamos y que era un lugar de relación. Es un símbolo de lo muerta que ésta la sede.

P. ¿Por qué no se critica la mala arquitectura?

R. La mala arquitectura se critica sola. Hay que criticar las malas prácticas. Pero ¿quién es el guapo que dice que una cosa es buena o mala? No hay que caer en la arquitectura espectáculo.

P. El referéndum de la Diagonal ¿hay que hacerlo?

R. La participación ciudadana ya está regulada por ley. Tengo una opinión muy negativa. Llega la gente y te sugieren cosas, pero de ahí a una participación vinculante con una tercera opción con calzador. En realidad, sólo hay dos: el tranvía, a un lado u otro, y no hacer nada. Se ha hecho a la ligera. El Colegio debería haberse ofrecido antes para facilitar el debate previo a la decisión. Es un asunto trascendental, pero parece un espectáculo. Desde luego, como se ha organizado, mejor no hacerlo.

P. ¿Votará?

R. No, porque no soy de Barcelona.

P. Y si lo fuera, ¿qué opción preferiría?

R. Yo votaría por una opción que no fuera Guatemala ni guatepeor. Ni la a, ni la b ni la c.

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