La fusión descarrila por la política

Caixa Girona abandona Unnim por el rechazo empresarial y político en la ciudad

La negativa de última hora de Caixa Girona de seguir adelante con el proceso de fusión con las cajas de Sabadell, Terrassa y Manlleu causaba ayer estupor en los organismos financieros catalanes y españoles. Sin embargo, los empresarios gerundenses se congratulaban al considerar que la entidad de su ciudad había preferido arrojar la toalla y seguir en solitario antes que renunciar a perder peso en la nueva caja Unnim. En un año electoral, la política local había ganado la batalla a una operación que debía garantizar la viabilidad de la entidad a largo plazo.

"Los políticos han acabado en...

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La negativa de última hora de Caixa Girona de seguir adelante con el proceso de fusión con las cajas de Sabadell, Terrassa y Manlleu causaba ayer estupor en los organismos financieros catalanes y españoles. Sin embargo, los empresarios gerundenses se congratulaban al considerar que la entidad de su ciudad había preferido arrojar la toalla y seguir en solitario antes que renunciar a perder peso en la nueva caja Unnim. En un año electoral, la política local había ganado la batalla a una operación que debía garantizar la viabilidad de la entidad a largo plazo.

"Los políticos han acabado envenenándose los unos a los otros", aseguraron ayer fuentes cercanas al proceso. Los sectores financiero y laboral coincidieron ayer en señalar que la clave del rechazo de Caixa Girona a la operación es política. Y señalaron al presidente de la Diputación de Girona, Enric Vilert (ERC), como el artífice de la decisión.

El mes pasado Vilert ya se mostró abiertamente partidario de "renegociar" la fusión aprovechando el parón que suponía la espera de las ayudas públicas. "Desde hace semanas, Vilert viene buscando adhesiones para parar la fusión. Ayer lo consiguió", dice un político conocedor del proceso. Sólo los tres consejeros afines al PSC -entre ellos el presidente de la entidad, Manel Serra- votaron a favor de la integración. Los más cercanos a ERC y CiU la rechazaron, mientras que el director general, Jordi Blanch, y un representante de los trabajadores y otro de los impositores se abstuvieron.

Ayer, no obstante, Vilert negó que la fusión se haya detenido por razones políticas. "Los consejeros de la caja ayer [por el martes] votaron a consciencia en contra de la integración: nueve votos para salir del proceso, tres para seguir y tres abstenciones", sostuvo con rotundidad. A su juicio, las razones del rechazo eran otras, como el peso económico y de poder de decisión de Caixa Girona dentro de la nueva estructura. Con el proyecto, la entidad tenía un peso del 23%. Las cajas de Terrassa y Sabadell tenían el 35% cada una, mientras que Caixa Manlleu se quedaba con el 7%.

Otro dirigente republicano respaldó la tesis de Vilert. "No es política, es localismo", puntualizó. Y recalcó que la oposición de los empresarios gerundenses ha tenido mucho que ver en la decisión de rechazar la fusión. La prueba es, a su juicio, que CiU también acabó por votar en contra de la unión, pese a que ésta estaba bendecida por la cúpula de la federación.El Departamento de Economía y Finanzas anunció ayer que exigirá a Caixa Girona un plan de viabilidad para seguir en solitario. La consejería que dirige Antoni Castells, que calificó la decisión de la caja de "arriesgada", apoyó el proceso que ahora seguirán las otras tres cajas para integrarse.

El malestar fue general, más aún cuando se teme un efecto contagio. El sector da por hecho que del próximo consejo de gobierno del Banco de España saldrá un ultimátum a las cajas cuyo futuro no está garantizado y que todavía no se han fusionado. Fuentes financieras explicaron que el "toque a rebato" vendrá dado por el temor de que la pasividad de algunas entidades, no sólo catalanas, dé alas a otras para no mover ficha.

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El diputado de CiU Antoni Fernández Teixidó, que reiteró que Caixa Girona tiene "toda la autonomía" para decidir, aseguró: "No sé si la adoptada es una buena solución para la caja y sus impositores". "Espero que lo hagan teniendo alternativas", agregó. En cambio, el presidente de ERC, Joan Puigcercós, se mostró comprensivo con el rechazo de la entidad. "No estábamos en contra de la fusión, pero Caixa Girona ha creído que no tenía todas las garantías".

El malestar cundió también en las otras tres cajas de la operación. Fuentes cercanas al proceso explicaron que el director general de Caixa Terrassa, Enric Mata, se enteró de la decisión a través de una llamada de Jordi Mestre, su homólogo en Caixa Sabadell. Los directivos de las dos cajas, junto con Caixa Manlleu, acordaron seguir adelante con el proyecto y asegurarse el apoyo de la Generalitat, que ayer lo dio formalmente.

Las tres entidades insistieron ayer en que, al fin y al cabo, Girona se había unido a un proyecto de tres ya pactado y con el visto bueno de Europa, el Banco de España y la Generalitat. Las tres cajas incluso aprobaron el proyecto de integración para tres en julio de 2009. Ahora lo recuperarán y lo volverán a aprobar. "Antes de finales de junio, la caja será una realidad y estará operando", aventuraron fuentes de Caixa Manlleu.

Las ayudas que pedirán rondarán los 350 millones, y no los 500 millones como en el proyecto con Caixa Girona. Lo único relevante que han perdido, mantuvo ayer el director general de Caixa Manlleu, Dídac Herrero, "es tiempo". En Caixa Girona no quisieron dar detalles sobre su futuro, pero fuentes cercanas a la caja aseguraron que de momento operarán en solitario.

En un comunicado, Unnim insistió en que su proyecto tiene "una dimensión importante aún", con 30.000 millones de euros en activos y una inversión crediticia (al cierre de 2009) de 21.400 millones. Será la undécima caja en España por tamaño.

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