A la espera de Obama

No es la de Joseph Biden descendiendo de la escalerilla del Air Force Two la instantánea más deseada por el Gobierno israelí. Quiere ver a su jefe, Barack Obama. Pero en el aeropuerto Ben Gurión todavía no se le espera. En los 13 meses transcurridos desde que juró el cargo, el inquilino de la Casa Blanca ha preferido otros países para pronunciar algunos de sus discursos más señalados.

Ha visitado Turquía. Ha viajado a Egipto para prometer un cambio de política de Washington respecto al mundo árabe y musulmán. En Londres, la inclinación de Obama ante el rey Abdulá de Arabia Saudí ...

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No es la de Joseph Biden descendiendo de la escalerilla del Air Force Two la instantánea más deseada por el Gobierno israelí. Quiere ver a su jefe, Barack Obama. Pero en el aeropuerto Ben Gurión todavía no se le espera. En los 13 meses transcurridos desde que juró el cargo, el inquilino de la Casa Blanca ha preferido otros países para pronunciar algunos de sus discursos más señalados.

Ha visitado Turquía. Ha viajado a Egipto para prometer un cambio de política de Washington respecto al mundo árabe y musulmán. En Londres, la inclinación de Obama ante el rey Abdulá de Arabia Saudí generó suspicacias. A finales de este mes volará a Indonesia. Y es que la relación personal entre el presidente estadounidense y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, carece de fluidez y la complicidad entre ambos tiende a cero. Los intereses comunes, no obstante, son de tal envergadura que poco importa que el canciller Avigdor Lieberman sea poco menos que un apestado en Washington, y que el ministro de Defensa, Ehud Barak, tenga que ejercer el papel de ministro de Exteriores.

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Escuece en Israel que Obama -a menudo se destaca su segundo nombre, Husein- haya marginado de este modo a su aliado más sólido. Aunque no es menos cierto que su antecesor, George Bush, sólo visitó Jerusalén en el tercer año de su segundo mandato. Pero entre Bush y el ex primer ministro Ehud Olmert la sintonía era bien diferente, y no faltó una cena con sus esposas en la Casa Blanca. Dos veces se han entrevistado en Estados Unidos Barack Obama y Benjamín Netanyahu. En mayo, en Washington, no se celebró la habitual conferencia de prensa conjunta. Sólo unas pocas imágenes distribuidas por la Casa Blanca en las que dominaban los semblantes serios y los gestos tensos. La frialdad impera y el teléfono suena poco.

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