La dignidad de la montaña
Corría el año 1987 cuando el Gobierno socialista decidió anegar el valle leonés de Riaño, un proyecto que los políticos impusieron a fuerza de porras y botes de humo. En la actualidad, el Ministerio de Fomento, a través de Red Eléctrica Española (REE) y con el beneplácito del Gobierno central y los autónomos de Asturias y Castilla y León, pretende instalar una línea de alta tensión atravesando 80 kilómetros de las montañas central y oriental leonesas, espacios catalogados como Reservas de la Biosfera por la Unesco.
Si los beneficios económicos que puede reportar el proyecto Sama-Velilla...
Corría el año 1987 cuando el Gobierno socialista decidió anegar el valle leonés de Riaño, un proyecto que los políticos impusieron a fuerza de porras y botes de humo. En la actualidad, el Ministerio de Fomento, a través de Red Eléctrica Española (REE) y con el beneplácito del Gobierno central y los autónomos de Asturias y Castilla y León, pretende instalar una línea de alta tensión atravesando 80 kilómetros de las montañas central y oriental leonesas, espacios catalogados como Reservas de la Biosfera por la Unesco.
Si los beneficios económicos que puede reportar el proyecto Sama-Velilla (los estudios científicos y los propios datos de producción eléctrica de REE muestran la no necesidad del proyecto) están por encima de la ciudadanía y los representantes políticos leoneses, sólo le queda un camino al Gobierno del PSOE para llevarlo a cabo: imponerlo por la fuerza.
Quienes autoricen en los montes leoneses el retorno de las porras y los botes de humo para instalar unas torres que van a destrozar el equilibrio ecológico y el futuro de sus habitantes, que sepan se van a encontrar con la fuerza de la razón y con algo más profundo y poderoso que no consiguieron ahogar en Riaño: la dignidad de la montaña.