No ceda aún los derechos digitales

Autores catalanes piden un acuerdo marco con los editores

La batalla del libro digital parece a veces reducirse al ámbito tecnológico: cómo pasar los libros ya existentes en papel a un formato digital (hoy con el mismo problema de la diversidad técnica que vivió el vídeo), cómo comercializarlos (página web) y con qué aparato leerlos (los llamados e-readers). Pero existe también la parte de los derechos de autor. ¿Qué pagar o cobrar por ello? Como el galimatías es notable porque el modelo de negocio no está claro, si bien la carrera desaforada por obtenerlos ha empezado ya, la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana (AELC) ha decidid...

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La batalla del libro digital parece a veces reducirse al ámbito tecnológico: cómo pasar los libros ya existentes en papel a un formato digital (hoy con el mismo problema de la diversidad técnica que vivió el vídeo), cómo comercializarlos (página web) y con qué aparato leerlos (los llamados e-readers). Pero existe también la parte de los derechos de autor. ¿Qué pagar o cobrar por ello? Como el galimatías es notable porque el modelo de negocio no está claro, si bien la carrera desaforada por obtenerlos ha empezado ya, la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana (AELC) ha decidido enviar a sus miembros una circular en la que recomienda que no firmen nada sobre ese aspecto hasta que logren un acuerdo específico con los editores.

"Como lo que intentan ahora las editoriales es tener una cartera digital de autores lo más amplia posible para poder entrar fuertes en las plataformas que se crean, nos llegan cartas de los editores con fórmulas de dudosa legalidad y sin ningún tipo de homologación", constata Guillem-Jordi Graells, presidente de la AELC.

Así, los contratos enviados por los editores para los derechos digitales están basculando "entre un 5% y un 10% del precio de venta al público hasta esos mismos porcentajes, pero a partir del beneficio neto del editor; ese concepto aquí no lo habíamos visto", dice Graells.

Modelo 'made in USA'

Para el representante de los escritores, el porcentaje que pactar debería ser "siempre desde el precio de venta al público" y la cifra sería necesario fijarla "a partir del 20%". "Si son otros parámetros, deben argumentárnoslos y pactarlo buscando un acuerdo base y no seguir con este desaguisado", añade. En esa línea, la AELC llevará su propuesta a la comisión paritaria que el pasado 8 de junio nació entre esa entidad y la Asociación Colegial de Escritores de Cataluña con el Gremio de Editores de Cataluña, que debería haberse reunido el pasado otoño y que se tendría que convocar este mismo mes.

Como oficialmente aún no han sido designados los representantes del gremio en dicha comisión, los editores declinaron ayer comentar el tema, si bien un portavoz informó de que en EE UU se tiende a firmar contratos para el autor que van "entre el 20% y el 25% del precio neto de lo que cobra el editor y no del precio final". Graells también cree que "en principio el tema digital no se puede fijar en un contrato tipo, porque dependerá de qué pacten en cada caso autor y editor".

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La novedosa mesa paritaria es fruto de lenta pero provechosa negociación de dos años entre escritores y editores catalanes, que condujo en junio a firmar también nuevos modelos base de contrato de edición que, si bien no entran en detalle en los derechos digitales, incluyen entre sus novedades que los derechos que el editor no explote en un máximo de tres años (bolsillo, quiosco...) volverán al escritor.

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