Blanco ofrece a la Generalitat capacidad de bloqueo parcial
El nuevo modelo aeroportuario distingue dos tipos de aeropuertos. Los que ganan dinero y los que no. Los primeros (Barajas y El Prat) serán gestionados por una sociedad mercantil propia. Los segundos, seguirán bajo el mando de AENA o, para ser más precisos, de la nueva entidad denominada Sociedad Mercantil Estatal Aeropuertos.
La gran mayoría de los 48 aeropuertos españoles apenas notarán el cambio. Pero Barajas y El Prat pasarán a tener una gestión muy distinta. Cada uno será gestionado por una "Sociedad Mercantil Individualizada" con un consejo de administración en el que estarán el G...
El nuevo modelo aeroportuario distingue dos tipos de aeropuertos. Los que ganan dinero y los que no. Los primeros (Barajas y El Prat) serán gestionados por una sociedad mercantil propia. Los segundos, seguirán bajo el mando de AENA o, para ser más precisos, de la nueva entidad denominada Sociedad Mercantil Estatal Aeropuertos.
La gran mayoría de los 48 aeropuertos españoles apenas notarán el cambio. Pero Barajas y El Prat pasarán a tener una gestión muy distinta. Cada uno será gestionado por una "Sociedad Mercantil Individualizada" con un consejo de administración en el que estarán el Gobierno central (51%) y las comunidades autónomas y ayuntamientos (49%).
- Mayorías cualificadas. Aunque Fomento se reserva el 51%, la minoría tendrá capacidad de bloqueo porque para determinados asuntos es imprescindible que la decisión se tome por "mayoría cualificada". Los asuntos que se deberán decidir con este tipo de mayorías son: El plan director, las inversiones anuales y plurianuales y la propuesta, pero sólo propuesta, de tarifas y tasas.
- Demandas catalanas. La Generalitat catalana pretendía que las instituciones locales pudieran componer la mayoría, pero ahora asume que no sea así a cambio de que se amplíe su capacidad de bloqueo sobre prácticamente todos los ámbitos de su gestión, de modo que la gestión del aeropuerto sea inviable sin su aquiescencia.
- Principales discrepancias. Los asuntos más polémicos y donde la discrepancia es hoy mayor son: La prestación de los servicios aeroportuarios (excluidos navegación, aduanas y seguridad), la gestión y mantenimiento de las instalaciones, la gestión del patrimonio y de las concesiones, la política de personal (incluyendo el nombramiento del director). Y, sobre todo, las tarifas y tasas y la política de franjas horarias (slots). El Gobierno catalán entiende que poco podrá hacer si no tiene capacidad de decisión sobre estos dos aspectos, que son los que permite incentivar a las compañías para que operen en El Prat. Por ejemplo, si se pretende disponer de vuelos intercontinentales, es conveniente poder organizar vuelos domésticos y europeos que lo nutran desde otros aeropuertos y que redistribuyan el pasaje de llegada. Fomento ofrece capacidad para proponer horarios o un representante en el comité de coordinación de horaria.
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