La guerra del cine en Cataluña

¿Películas contra el público?

Los exhibidores insisten en que no hay oferta de cine en catalán porque el público no la pide. Para ello se aferran a las encuestas que han realizado en las que el 69% de los espectadores dicen que prefieren la película en castellano si se ofrece en las dos lenguas. Y también en los datos de espectadores. La película Lluvia de albóndigas/Pluja de mandonguilles se ha estrenado en las dos versiones. En la semana del 4 al 9 de diciembre, la versión castellana, de la que hay 57 copias, ha tenido 2.733 espectadores y una recaudación de 178.453 euros. La versiónc atalana, con 13 copias...

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Los exhibidores insisten en que no hay oferta de cine en catalán porque el público no la pide. Para ello se aferran a las encuestas que han realizado en las que el 69% de los espectadores dicen que prefieren la película en castellano si se ofrece en las dos lenguas. Y también en los datos de espectadores. La película Lluvia de albóndigas/Pluja de mandonguilles se ha estrenado en las dos versiones. En la semana del 4 al 9 de diciembre, la versión castellana, de la que hay 57 copias, ha tenido 2.733 espectadores y una recaudación de 178.453 euros. La versiónc atalana, con 13 copias, ha recibido 2.733 espectadores y ha racaudado 17.878 euros. El promedio de beneficios para el exhibidor es desfavorable al catalán. Mientras que la versión catalana le supone un promedio de 1.375 euros por copia, la castellana, 3.130 euros.

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La falta de demanda es uno de los argumentos de exhibidores y distribuidores, pero ayer Camilo Tarrazón, presidente del Gremio de Cine de Cataluña, también echó la culpa a la producción autóctona. "Se dobla porque la producción propia catalana se hace de espaldas al público", afirmó. "Después de más de 15 años de ayudas, los productores siguen haciendo películas que no quiere ver nadie; debe de ser porque no se agotan las subvenciones".

Según Tarrazón, éste es un mal que afecta tanto al cine catalán como al español. "La cuota de mercado en 2008 del cine español fue del 13,3%. La de Alemania, donde no hay subvenciones ni cuotas, es del 26,6%. La razón es que allí el cine propio se dirige al público de verdad y no se hace sólo para tener la ayuda".

El empresario Josep Maria Pallars, con multisalas en Girona y Lleida que ofrecen habitualmente cine en catalán, señalaba ayer que ha detectado que uno de los motivos de la preferencia de los espectadores por el castellano es "la mala calidad del doblaje en catalán, que está menos cuidado que el castellano. Además la gente dice que no quiere oír en el cine las mismas voces que oye cada día en la tele".

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