Tribuna:MANIFIESTO DE ECONOMISTAS DE LAS TRES UNIVERSIDADES

Cajas de ahorros: ser o no ser

Los profesionales y docentes de Economía de las tres universidades gallegas firmantes de este escrito, lo hacemos con el ánimo de trasladar a la opinión pública algunos criterios y objetivos que consideramos vitales para orientar el bienestar y el desarrollo económico de Galicia en los próximos años.

Las cajas de ahorros son entidades financieras nítidamente distintas de los bancos privados. Ni tienen accionistas, ni reparten beneficios. No tienen propietarios particulares. Son una herencia patrimonial de numerosas instituciones (entre ellas algunos municipios) que estuvieron tras su or...

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Los profesionales y docentes de Economía de las tres universidades gallegas firmantes de este escrito, lo hacemos con el ánimo de trasladar a la opinión pública algunos criterios y objetivos que consideramos vitales para orientar el bienestar y el desarrollo económico de Galicia en los próximos años.

Las cajas de ahorros son entidades financieras nítidamente distintas de los bancos privados. Ni tienen accionistas, ni reparten beneficios. No tienen propietarios particulares. Son una herencia patrimonial de numerosas instituciones (entre ellas algunos municipios) que estuvieron tras su origen; y fueron pensadas para favorecer el desarrollo económico y el bienestar de los ciudadanos. De siete marcas gallegas se pasó a dos. Pero se mantuvo, en lo sustantivo, el compromiso y la sensibilidad con las dinámicas emergentes de los distintos ámbitos territoriales, y continuaron contribuyendo de manera decisiva a mejorar la cohesión social y territorial de Galicia.

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No obstante, en los últimos años experimentaron un crecimiento (dentro y fuera de Galicia) muy vinculado al sector inmobiliario, contribuyendo a un endeudamiento de particulares y empresas basado en expectativas no siempre realistas. Por eso el Banco de España parece ahora estar muy preocupado por su solvencia e incluso asume dotarlas de ayudas públicas para evitar dificultades críticas; al tiempo que fija tamaños mínimos al que sólo una de las dos cajas gallegas se aproxima.

Es éste un escenario que provoca que los gestores actuales de nuestras dos cajas reconocen que ya no van a poder seguir estando solas. La situación (vista por el Banco de España y por los directivos de las cajas) resulta excepcional y, por tanto, se hace preciso definir lo que es mejor para Galicia en estas circunstancias.

La peor opción sería aquella que abriese las puertas a una privatización o un desarraigo de las cajas. Y en esa dirección, cualquier operación con forma jurídica que sobrepase el ámbito territorial de Galicia debe ser evaluada como una puerta abierta para hacerlo. No sólo la obra social y la cartera industrial perderían su pleno anclaje en el país, sino que pasarían a quedar supeditadas al reparto de dividendos.

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La mejor opción para nosotros, como economistas y ciudadanos, sería dar un nuevo paso en la suma de nuestras cajas, reconvertir su estructura organizativa buscando el acuerdo sindical, con una hoja de ruta de apoyos públicos que garantice su solvencia y con una renovación de su estructura directiva ajustada a la escala autonómica y a los valores de transparencia, servicio público y equilibrio territorial. Con una labor que se sustenta en varias patas (corporación financiera, obra social, servicios centrales...) y un anillo de ciudades conectadas por la alta velocidad, una red de autopistas y autovías y líneas de fibra óptica, es perfectamente posible plantearse la existencia de más de una sede y buscar soluciones que eviten sentimientos de agravio.

Para abrir camino a esta opción, pensamos que el obstáculo fundamental son algunos intereses personales y la defensa de localismos o de distorsionadas visiones globales que objetivamente son hoy incompatibles con lo que Galicia precisa. Contamos hoy con -mucho, bueno y formado- capital humano que quiere superar tales viejos perjuicios y que será quien de renovar y ganar el futuro. Para hacerlo, Galicia precisa una caja que lo sea plenamente, y no soluciones individualistas a medida de unos u otros.

Es responsabilidad del poder político que gestiona nuestra comunidad liderar ese proceso y establecer las condiciones que garanticen la atención a las necesidades de los distintos ámbitos territoriales. De su saber estar y de su papel activo depende el éxito o fracaso en esta nueva encrucijada para la sociedad gallega.

La versión original de este manifiesto está escrito en gallego. El manifiesto lo firman, por orden alfabético: Cancelo Márquez, Maite; Caramés Viéitez, Luis; Grandío Dopico, Antonio; Lago Peñas, Manuel; Lago Peñas, Santiago; Otero, Luis; Prada, Albino; Redondo, José Antonio

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