Cartas al director

Quedan todavía muchos muros

Creo que ya se ha dicho y escrito casi todo sobre el muro de la vergüenza de Berlín. No obstante, he echado en falta un recuerdo comprometido con los muros de la vergüenza que se levantaron después de aquél y que han dejado de ser noticia, al menos la mayoría.

Todos conocemos la existencia de muros en Ceuta y Melilla, en Marruecos (¡2.720 kilómetros!), las paredes de hormigón que levanta Israel adentrándose en parte de Palestina, la muralla de Estados Unidos frente a México y el muro que divide a Chipre, el de Corea.

Pero son muchos más: el de India contra Pakistán; el de ...

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Creo que ya se ha dicho y escrito casi todo sobre el muro de la vergüenza de Berlín. No obstante, he echado en falta un recuerdo comprometido con los muros de la vergüenza que se levantaron después de aquél y que han dejado de ser noticia, al menos la mayoría.

Todos conocemos la existencia de muros en Ceuta y Melilla, en Marruecos (¡2.720 kilómetros!), las paredes de hormigón que levanta Israel adentrándose en parte de Palestina, la muralla de Estados Unidos frente a México y el muro que divide a Chipre, el de Corea.

Pero son muchos más: el de India contra Pakistán; el de Pakistán para blindarse de Afganistán; Tailandia tiene el suyo frente a Malasia; Kuwait frente a Irak; Arabia Saudí frente a Yemen. Botsuana ha levantado barreras electrificadas para que no le lleguen los refugiados que huyen de las matanzas en Zimbabue...

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Algún estadista europeo de prestigio debería habernos recordado en la celebración de Berlín que la caída del Muro significó el paso a un mundo ilusionante regido por nuevos anhelos y esperanzas y que, ahora, todos estos otros muros no dejan de proliferar. ¿Para cuándo un acto de protesta contra todas estas nuevas barreras de la vergüenza contra la libertad y la justicia.

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