Dos padres pleitean en Reino Unido por salvar o no a su bebé, gravemente enfermo

Un juez de Londres dirime si avala la desconexión de un niño de un año del respirador artificial, tal como reclaman la madre y los médicos, o bien deniega la petición a instancias del padre.

El derecho a la vida por encima de todo frente a la reivindicación de una muerte digna se dirime estos días en un tribunal británico a raíz de un caso especialmente trágico, porque enfrenta a los padres de un bebé aquejado de una enfermedad genética irreversible.

Un juez del Alto Tribunal de Londres debe decidir en breve si avala la desconexión de Baby RB (el nombre de este pequeño de un año no ha trascendido por razones legales) del respirador artificial, tal como reclaman sus médicos y la propia madre, o bien deniega la petición a instancias del padre.

En un platillo de la bala...

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El derecho a la vida por encima de todo frente a la reivindicación de una muerte digna se dirime estos días en un tribunal británico a raíz de un caso especialmente trágico, porque enfrenta a los padres de un bebé aquejado de una enfermedad genética irreversible.

Un juez del Alto Tribunal de Londres debe decidir en breve si avala la desconexión de Baby RB (el nombre de este pequeño de un año no ha trascendido por razones legales) del respirador artificial, tal como reclaman sus médicos y la propia madre, o bien deniega la petición a instancias del padre.

En un platillo de la balanza, la angustia maternal por el "sufrimiento miserable" que inflige al crío el síndrome miasténico congénito (CMS, en sus siglas inglesas), una rara dolencia que paraliza casi todos sus músculos y lo mantiene "atrapado en un cuerpo inerte" desde su nacimiento, el 10 de octubre del año pasado. Varias enfermeras que atienden al niño en el hospital donde permanece ingresado (y cuyo nombre tampoco ha trascendido) testificarán a favor de la madre.

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En el otro platillo, el argumento del padre de que el bebé no padece lesiones cerebrales -ahí reside lo inédito del caso en términos legales- y que, por tanto puede ver, oír y sentir: el crío, por ejemplo, muestra placer cuando le bañan. Sus abogados aducen además la esperanza en que una eventual traqueotomía permitiera su independencia de la máquina que lo mantiene con vida. El experto independiente en cuidados intensivos que prestó declaración en la sesión de ayer dictaminó, sin embargo, que esa opción, una apertura en el cuello para que los pulmones reciban aire, no ahorraría a Baby RB "una existencia penosa".

De los protagonistas de esta dolorosa batalla legal sólo se sabe que se trata de una pareja de veinteañeros, que están separados y que ambos reclaman hacerse cargo del niño en el supuesto de que el juez McFarlane descarte desconectarle de la máquina.

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