Pi i Margall no volverá al centro de Barcelona

La estatua alegórica a la República se quedará en Nou Barris

El presidente de la I República Francesc Pi i Margall no volverá a tener una estatua alegórica en el corazón de Barcelona. El Ayuntamiento descarta devolver el monumento que se erigió en 1936 en el cruce del paseo de Gràcia y la Diagonal, y que fue retirado tras la entrada de las tropas franquistas en enero 1939, a ese lugar, que hoy se llama plaza de Juan Carlos I. La Comisión por la Dignidad reclamó en abril, en un acto público, la reposición de la estatua, que se puede ver en la plaza de Llucmajor desde 1990.

"Esta estatua se encuentra en el corazón de un distrito que representa una...

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El presidente de la I República Francesc Pi i Margall no volverá a tener una estatua alegórica en el corazón de Barcelona. El Ayuntamiento descarta devolver el monumento que se erigió en 1936 en el cruce del paseo de Gràcia y la Diagonal, y que fue retirado tras la entrada de las tropas franquistas en enero 1939, a ese lugar, que hoy se llama plaza de Juan Carlos I. La Comisión por la Dignidad reclamó en abril, en un acto público, la reposición de la estatua, que se puede ver en la plaza de Llucmajor desde 1990.

"Esta estatua se encuentra en el corazón de un distrito que representa una parte de la ciudad contemporánea que quiere y encarna de forma muy especial los valores de este icono de la libertad", respondió el edil del Consistorio Ignasi Cardelús en una carta al presidente de la comisión, Josep Cruanyes. Y el portavoz de la Coordinadora de Vecinos de Nou Barris, Josep Ortiz, confirma que la alegoría republicana encarnada por una mujer desnuda es uno de los símbolos del barrio, y que darán guerra a cualquiera que se la quiera llevar.

En su lugar se alza desde 1940 una alegoría de la victoria franquista

Pero en la plaza de Llucmajor pocos saben indicar a qué o quién está consagrada la figura. "Los que la pusieron aquí con el dinero de todos no se han molestado nunca en poner un panel explicativo bien visible", asegura un comerciante. Un empleado de banca se pregunta sobre el objeto del homenaje: "¿A los caídos? ¿Al pueblo mallorquín de Llucmajor?". "Creo que es para la nueva inmigración", tercia un vecino de la zona. Pocos aciertan e indican que representa a la República. Nadie cita a Pi i Margall.

"El monumento se erigió por suscripción popular precisamente para recordar al presidente de la República", se queja Cruanyes, que propone una solución que guste a todos: mantener la estatua en Llucmajor y colocar una reproducción en el corazón de la ciudad. Allí, una alegoría de la victoria franquista en la Guerra Civil alza el brazo en un saludo fascista desde 1940. El distrito del Eixample acordó en marzo su retirada, pero el Consistorio aún no puede concretar cuándo ejecutará la decisión.

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