Un tribunal alemán condena a un nazi de 91 años a cadena perpetua

El oficial Josef Scheungraber es culpable del asesinato de 10 italianos en 1944

El oficial alemán Josef Scheungraber fue condenado ayer a cadena perpetua por 10 asesinatos y una tentativa de asesinato cometidos contra civiles italianos durante la II Guerra Mundial. Como teniente de la Wehrmacht, las fuerzas armadas de la Alemania nazi, Scheungraber comandaba un batallón de zapadores de montaña responsable de una matanza perpetrada en 1944 en la Italia ocupada por Hitler. Los jueces de Múnich consideran probado que ordenó por iniciativa propia una operación de represalia en la aldea toscana de Falzano di Cortona. En venganza por la muerte de dos soldados alemanes caídos en...

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El oficial alemán Josef Scheungraber fue condenado ayer a cadena perpetua por 10 asesinatos y una tentativa de asesinato cometidos contra civiles italianos durante la II Guerra Mundial. Como teniente de la Wehrmacht, las fuerzas armadas de la Alemania nazi, Scheungraber comandaba un batallón de zapadores de montaña responsable de una matanza perpetrada en 1944 en la Italia ocupada por Hitler. Los jueces de Múnich consideran probado que ordenó por iniciativa propia una operación de represalia en la aldea toscana de Falzano di Cortona. En venganza por la muerte de dos soldados alemanes caídos en un ataque de partisanos, los hombres de Scheungraber masacraron a 14 civiles. Dada la edad del condenado, que pronto cumplirá 91 años, es improbable que ingrese en prisión.

Sólo sobrevivió el más joven de los detenidos, y ahora es un testigo clave
El acusado ordenó la ejecución de los civiles en un acto de represalia
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Un día después de que cayeran dos de sus compañeros en una misión de aprovisionamiento, los soldados del batallón reunieron en Falzano a 11 hombres de entre 15 y 66 años. Los encerraron en la planta baja de una casa, la dinamitaron y ametrallaron las ruinas. Sólo sobrevivió el más joven, ahora testigo clave de la acusación.

El juez Manfred Götzl argumentó que Scheungraber "quería satisfacer su odio por la muerte de sus soldados y vengarse", para lo cual "solicitó por iniciativa propia una orden de sus superiores" que le permitiera cometer la masacre. La sentencia provocó el aplauso de parte del público en la sala, entre el que se sentaban familiares de las víctimas. En el lado de los simpatizantes de Scheungraber, en su mayoría jubilados, se hizo el silencio.

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Por su parte, Scheungraber demostró durante el juicio una notable entereza de ánimo, además de una memoria y una salud excelentes, pese a su sordera. Escuchaba el proceso a través de unos auriculares y cada vez que el juez Götzl le preguntaba si oía bien lo que se decía, contestaba con un marcial: "Sí, señor". Scheungraber declaró que, tras el ataque de los partisanos, él se limitó a "identificar a entre 15 y 17 hombres jóvenes" que entregó a la policía militar. Dijo tener "la conciencia tranquila" y consideró imposible que su "unidad pudiera hacer algo así". En su defensa argumentó que no supo nada de la masacre.

El argumento es endeble, puesto que él era el único oficial en la zona. La fiscalía cuenta con documentos históricos sobre las represalias nazis en los territorios ocupados y con el testimonio de un cabo de Scheungraber, quien en 2004 relató la masacre a las autoridades italianas.

El juicio contra Scheungraber ha durado 11 meses y será uno de los últimos procesos por crímenes de guerra nazis durante la II Guerra Mundial. Dentro de unas semanas empezará, también en Múnich, el juicio contra el ucranio John Demjanjuk, acusado de colaborar en 27.900 asesinatos en 1943.

Josef Scheungraber.

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