La Fe se 'come' al infantil

Los trabajadores se rebelan en contra de la integración del pabellón pediátrico en el macrohospital de Malilla

Desde bedeles a jefes de servicio, los trabajadores del hospital infantil La Fe están en pie de guerra para defender la supervivencia del modelo actual del centro. No es que esté en riesgo la atención pediátrica en las nuevas instalaciones que se están construyendo en el barrio de Malilla. Los mismos profesionales seguirán prestando la misma asistencia, pero de otra forma.

En lugar de que los principales servicios (urgencias, consultas, habitaciones, cuidados intensivos, quirófanos, radiología, neonatos) estén en un edificio diferenciado para pacientes infantiles, quedarán integrados (y...

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Desde bedeles a jefes de servicio, los trabajadores del hospital infantil La Fe están en pie de guerra para defender la supervivencia del modelo actual del centro. No es que esté en riesgo la atención pediátrica en las nuevas instalaciones que se están construyendo en el barrio de Malilla. Los mismos profesionales seguirán prestando la misma asistencia, pero de otra forma.

En lugar de que los principales servicios (urgencias, consultas, habitaciones, cuidados intensivos, quirófanos, radiología, neonatos) estén en un edificio diferenciado para pacientes infantiles, quedarán integrados (y en buena parte diseminados) en el mastodóntico futuro hospital. Las consultas y las habitaciones estarán en la segunda planta. Los quirófanos, la UCI o la hemodiálisis estarán en la primera, junto a los adultos aunque en áreas separadas. Y lo mismo sucederá con las urgencias y el radiodiagnóstico, en la planta baja.

"Es un paso atrás, no hay referencias de casos similares en toda Europa"

Sanidad y los responsables del hospital defienden firmemente este cambio de concepto. El gerente del centro, Melchor Hoyos, sostiene que uno de los principales criterios que han determinado el diseño del nuevo hospital ha sido "combatir las ineficiencias del modelo actual", basado en pabellones separados (central, rehabilitación, infantil y maternidad). Ello permitirá "integrar el conocimiento de los profesionales y hará más fácil compartir la tecnología, lo que beneficiará a los pacientes". El responsable del centro admite que habrá que adaptar la estructura del hospital a las necesidades infantiles. Por ejemplo, "se duplicarán los controles de enfermería para que las enfermeras tengan un acceso más rápido a las habitaciones de los niños". Y sostiene que "no está demostrado" que los hospitales monográficos tengan mejores resultados que los integrados.

La mayor parte de los trabajadores no opinan igual y se han agrupado en la Asociación en Defensa del Hospital Infantil La Fe de Valencia para defender su postura. Su presidente, y jefe de servicio de radiología infantil, Héctor Cortina, denuncia que se ha diseñado y construido un gran hospital general bajo el modelo de la atención a adultos "sin contar con nosotros". Resultado: "Las áreas quedan separadísimas y las distancias son enormes para niños".

Cortina sostiene que la absorción del infantil es "un paso atrás" ya que se pierde el sello de centro pediátrico y su imagen de marca. Los grandes hospitales españoles tienen sus centros infantiles o maternoinfantiles (Gregorio Marañón, La Paz, 12 de Octubre, Sant Joan de Déu, Vall d'Hebrón). "Y no hay en toda Europa ningún centro infantil que se haya integrado en uno general, como ha sucedido aquí".

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Por ello, además de reclamar una gestión asistencial infantil autónoma, la asociación ha pedido retrasar el traslado hasta que el nuevo hospital cuente con unas instalaciones arquitectónicamente diferenciadas. Tras semanas de protestas en el hospital, hoy sacarán sus quejas al centro de Valencia contra la desaparición del infantil.

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