Radiofrecuencia para ayudar a los hipertensos resistentes

Un 10% de los hipertensos no reaccionan bien a los medicamentos (son farmacorresistentes). La radiación puede ser una ayuda. Es lo que están ensayando las unidades de hipertensión y radiología intervencionista del hospital Clínico San Carlos (Madrid).

Como explica Nieves Martell, de la unidad de hipertensión, en todos ellos la hipertensión había sido diagnosticada por TAC como secundaria a una causa localizada en las glándulas suprarrenales. Esta novedosa tecnología que aplican los radiólogos intervencionistas consiste en administrar un electrodo de radiofrecuencia dentro de una lesión ...

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Un 10% de los hipertensos no reaccionan bien a los medicamentos (son farmacorresistentes). La radiación puede ser una ayuda. Es lo que están ensayando las unidades de hipertensión y radiología intervencionista del hospital Clínico San Carlos (Madrid).

Como explica Nieves Martell, de la unidad de hipertensión, en todos ellos la hipertensión había sido diagnosticada por TAC como secundaria a una causa localizada en las glándulas suprarrenales. Esta novedosa tecnología que aplican los radiólogos intervencionistas consiste en administrar un electrodo de radiofrecuencia dentro de una lesión o tumor. Se emplea un generador de corriente alterna vehiculizada a través de una funda-aguja que se transforma en calor en el extremo del electrodo. Este calor, con una temperatura que oscila de 60 a 80 grados centígrados, es el que destruye la lesión.

"Los enfermos que estamos tratando, de un modo experimental, son muy complejos y bien presentaban crisis o tenían una hipertensión refractaria de muy difícil control. Los seis tratados hasta ahora tenían esas características. Todos han respondido satisfactoriamente a la radiofrecuencia, de tal modo que han cesado las crisis o se han tenido que reducir notablemente el número de fármacos antihipertensivos y/o de dosis", explica Ernesto Santos, de la unidad de radiología intervencionista del Clínico San Carlos.

"Se trata de un procedimiento mínimamente invasivo, que se realiza con anestesia local y sedación, si bien en algunos pacientes aplicamos anestesia epidural, además de la sedación", sostiene Santos.

Otra de sus grandes ventajas es su alta precisión. Al estar guiado por imágenes por TAC, se sabe perfectamente de qué lesión se trata y en qué parte de la glándula y, más aún, cuando la introducción de la aguja se guía en tiempo real.

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