340 soldados abandonan la cuarentena

El cuartel de Hoyo de Manzanares permite la salida de los aislados por la gripe

Cuando apareció la ministra de Defensa, Carme Chacón, en el cuartel de Hoyo del Manzanares, los familiares de varios de los militares que estuvieron en cuarentena por un brote de gripe de origen porcino ya esperaban a sus parientes en la puerta. Muchos habían viajado desde lejos (Zaragoza, Granada, Santiago) para recoger a los estudiantes-soldado, que ayer pudieron por fin abandonar el recinto. Lo hicieron con discreción y sin apenas dar detalles de las dos semanas de encierro.

La ministra acudió ayer a la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares para presidir un acto de jura de ban...

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Cuando apareció la ministra de Defensa, Carme Chacón, en el cuartel de Hoyo del Manzanares, los familiares de varios de los militares que estuvieron en cuarentena por un brote de gripe de origen porcino ya esperaban a sus parientes en la puerta. Muchos habían viajado desde lejos (Zaragoza, Granada, Santiago) para recoger a los estudiantes-soldado, que ayer pudieron por fin abandonar el recinto. Lo hicieron con discreción y sin apenas dar detalles de las dos semanas de encierro.

La ministra acudió ayer a la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares para presidir un acto de jura de bandera en el día de las Fuerzas Armadas, en el que participaron alumnos y mandos del cuartel. El director, el general de Brigada Pedro Vivas, aprovechó la ocasión para departir con representantes de los familiares que se habían acercado hasta el cuartel. "Tienen que estar orgullosos de sus hijos, porque se han comportado con mucha entereza y dignidad", les transmitió uno de los instructores.

La espera, bajo el sol, se hizo larga. La mayoría de los militares no abandonaron la academia hasta la una del mediodía. El viernes por la noche se había anunciado el fin de la cuarentena preventiva para 340 alumnos y ayer finalmente salieron, en pequeños grupos y durante cerca de dos horas. Los militares, cargados con maletas y bultos, se dirigían a lugar donde tenían aparcados los coches o donde les recogería un autobús. "¡Vámonos ya!", "¡libertad!" lanzaban algunos, sonrientes. Hubo abrazos a los familiares y besos de despedida para los que terminaban justo ayer su periodo de instrucción. "Hemos estado bien durante estas dos semanas de encierro", contestaban. Y poco más. La mayoría respondía con un "no podemos dar información" a las preguntas de los periodistas.

Se van con un catálogo de recomendaciones: vigilar la higiene personal durante unos días y, según contaban algunos de ellos, no utilizar el transporte público. "En mi pueblo hay una gran alarma", contaba Encarna, vecina de un municipio de Granada en el que todos los conocidos le preguntan por su hija Patricia, que abandonó el recinto con el último grupo de estudiantes. "Yo he hablado con ella todos los días y ha estado tranquila", zanjó la madre.

Los militares a los que se les confirmó que estaban afectados por el virus H1N1 son 29, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad (otros 23 están en estudio). Este grupo, que estuvo separado del resto desde el principio, como cuentan los estudiantes, no salieron ayer junto a sus compañeros. Podrán abandonar el recinto dentro de unos días, según una fuente de la academia.

Menos suerte han tenido los 91 confinados de la Unidad Militar de Emergencias de El Ferral (León), que continúan en cuarentena. De los tres sospechosos del centro, uno ha dado positivo.

Tras los casos de nueva gripe registrados en varios centros militares, la base aérea de Zaragoza suspendió ayer -como mecanismo de precaución- la jornada de puertas abiertas prevista.

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