Desinterés y desidia caracterizan la política de planificación sexual

La realidad social desborda a los profesionales de los centros

Tanto los centros como las políticas de planificación familiar languidecen en la Comunidad Valenciana por el desinterés y la desidia. La Consejería de Sanidad ha lanzado alguna campaña para evitar enfermedades de transmisión sexual. La última fue frente al sida el año pasado.

Cuestión distinta es que vayan dirigidas a frenar embarazos no deseados, como la famosa yopongocondon.com, con rap incluido, lanzada recientemente por el Ministerio de Sanidad y enfocadas a inmigrantes o jóvenes, dos de los principales grupos de riesgo. Las menores de 20 años que interrumpen su embarazo en l...

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Tanto los centros como las políticas de planificación familiar languidecen en la Comunidad Valenciana por el desinterés y la desidia. La Consejería de Sanidad ha lanzado alguna campaña para evitar enfermedades de transmisión sexual. La última fue frente al sida el año pasado.

Cuestión distinta es que vayan dirigidas a frenar embarazos no deseados, como la famosa yopongocondon.com, con rap incluido, lanzada recientemente por el Ministerio de Sanidad y enfocadas a inmigrantes o jóvenes, dos de los principales grupos de riesgo. Las menores de 20 años que interrumpen su embarazo en la Comunidad Valenciana fueron 1.646, un 15% del total en 2007 (último año con datos). La tasa es similar a la media española.

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Más difícil aún es que la Generalitat aborde medidas de anticoncepción de urgencia, como hacen, por ejemplo, Cataluña, Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Extremadura, Galicia y Navarra, según el último informe de la Federación de Planificación Familiar Estatal. En todas esas comunidades el acceso a la llamada píldora poscoital o del día siguiente es gratuito en los centros sanitarios públicos, algo que no sucede en las comarcas valencianas, donde la mujer, casi siempre adolescente, ha de abonar los aproximadamente 20 euros que cuesta.

"Hay mucho que hacer en salud reproductiva en la Comunidad Valenciana", apunta el presidente de la Fundación Española de Contracepción, Ezequiel Pérez Campos, una opinión que comparte un trabajador de un centro de planificación de Valencia: "Funcionamos por inercia, no se hace frente a la nueva realidad social y estamos desbordados".La educación sexual no formará parte de la ley de Protección a la Maternidad y la Paternidad, la norma que prepara el Gobierno de Francisco Camps para reducir el número de interrupciones de embarazo, como tampoco la potenciación de los centros de planificación sexual. 'Estas medidas me parecen totalmente parciales, está bien favorecer la maternidad y apoyarla, pero también poner medidas para impedirla si no se desea', apunta Ezequiel Pérez Campos. La red de planificación familiar valenciana, diferenciada de los centros de atención primaria, fue pionera en toda España y una de las mejor dotadas, destaca el presidente de la Fundación Española de Contracepción. 'Lo que se ha hecho con ella es dejarla como estaba y si no se potencia, se va muriendo', apunta, 'por lo que se ha quedado obsoleta y ha sido superada por otras autonomías'. 'Y es una pena', comenta, 'porque la red valenciana podría haberse convertido en la envidia de España'. Pérez Campos reclama medidas concretas para combatir embarazos no deseados en inmigrantes, adolescentes y mujeres de más de 40 años, segmentos donde se concentran la mayor parte de los problemas. Hay algunas iniciativas para hacer frente a estos casos, como apunta un trabajador de un centro de planificación familiar que prefiere no facilitar su nombre, aunque parciales. 'Desde hace dos años' se imparte una charla de educación sexual que se ofrece a adolescentes de 3º de ESO. 'Aunque hay colegios religiosos concertados que lo rechazan', comenta. Al margen de ello, en su departamento de salud han contratado a una mediadora intercultural para atender a inmigrantes latinoamericanos y formarlos en prácticas anticonceptivas. Esta medida, sin embargo, no pasa de ser un plan piloto puesto en marcha a iniciativa propia. 'No se invierte ni en infraestructuras ni en personal y estamos desbordados', indica. De hecho, la lista de espera para atender a pacientes de su centro oscila entre los tres y los cuatro meses, aunque si se trata de casos urgentes se adelanta la cita. Estos servicios ofrecen revisiones y consultas de salud reproductiva. Allí cualquier mujer, ya sea alguien que se encuentre en situación de riesgo de una gestación no deseada o con embarazos de repetición, pero también cualquier otra que lo desee y encaje en sus necesidades, tiene a su alcance de forma gratuita dispositivos intrauterinos (DIU) o anticonceptivos subcutáneos de larga duración (similar a la píldora, pero no requiere acordarse de tomar la pastilla diariamente). Los especialistas reclaman una mayor difusión de todos estos servicios, además de programas formativos, dirigidos a los grupos de riesgo que puedan combatir embarazos accidentales y abortos.

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