Se van a quedar con las ganas
Estos días he visto las series de Antena 3 y TVE sobre el 23-F. Es inmensa la vergüenza que uno siente al recordar lo sucedido, al volver a oír las ideas y justificaciones de los golpistas: ¡España, coño! Éste es el gran argumento, la profunda reflexión, la complejidad del pensamiento de los militares golpistas. Y décadas después, ninguno de ellos ha reconocido el error o ha dado una muestra de arrepentimiento.
Así sucede cuando al ¡España, coño! se añade ese otro dogma igual de estruendoso: Dios. Porque todos eran, y son los que aún viven, ejemplares cristianos, gentes de rancia tradic...
Estos días he visto las series de Antena 3 y TVE sobre el 23-F. Es inmensa la vergüenza que uno siente al recordar lo sucedido, al volver a oír las ideas y justificaciones de los golpistas: ¡España, coño! Éste es el gran argumento, la profunda reflexión, la complejidad del pensamiento de los militares golpistas. Y décadas después, ninguno de ellos ha reconocido el error o ha dado una muestra de arrepentimiento.
Así sucede cuando al ¡España, coño! se añade ese otro dogma igual de estruendoso: Dios. Porque todos eran, y son los que aún viven, ejemplares cristianos, gentes de rancia tradición católica, fieles de las ideas de monseñor Rouco.
A estas dos ideas añadamos un par de testículos y ya tenemos la santísima trinidad que ha gobernado este país durante... no me atrevo a decir cuánto. Tanto que todavía quedan entre nosotros hordas de ciudadanos que solucionarían todos los problemas del país en una tarde.
Sospecho que se van a quedar con las ganas.