Una foto y tres testigos para buscar al sicario del crimen de Santaló

El material con el que trabajan los Mossos d'Esquadra para resolver el asesinato del ejecutivo Félix Martínez Touriño es, por ahora, escaso. Los investigadores cuentan con un fotograma de pésima calidad en el que a duras penas se aprecia la figura del sicario en su huida de la calle de Santaló de Barcelona, escena del crimen que trae de cabeza a la policía. La imagen fue captada por una cámara de seguridad de un establecimiento de la calle de Casanova. Además los agentes disponen del testimonio de tres personas que vieron, presuntamente, al asesino. Con eso, la policía autonómica está tratando...

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El material con el que trabajan los Mossos d'Esquadra para resolver el asesinato del ejecutivo Félix Martínez Touriño es, por ahora, escaso. Los investigadores cuentan con un fotograma de pésima calidad en el que a duras penas se aprecia la figura del sicario en su huida de la calle de Santaló de Barcelona, escena del crimen que trae de cabeza a la policía. La imagen fue captada por una cámara de seguridad de un establecimiento de la calle de Casanova. Además los agentes disponen del testimonio de tres personas que vieron, presuntamente, al asesino. Con eso, la policía autonómica está tratando de elaborar un retrato robot para acercarse a una posible identificación del autor del crimen.

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La hipótesis de un asesinato por encargo se consolida a medida que pasan las horas. A pesar de que todavía no hay un móvil que explique el homicidio, el autor no cometió ningún error: alguien le contrató para liquidar al director general de la sociedad gestora del Centro Internacional de Convenciones de Barcelona. El pasado lunes por la mañana, Martínez Touriño salió de su casa y recibió un disparo en la nuca. Cayó desplomado y murió.

El fotograma y el retrato robot sólo serán de utilidad si el sicario tiene antecedentes de cualquier tipo. Para aclarar ese extremo, los Mossos d'Esquadra han iniciado ya gestiones y están consultando todas las bases de datos policiales a su alcance. El problema es que, según sospechan los investigadores, el asesino no está fichado. Se cree, de hecho, que podría haber tomado un avión con rumbo a su país poco después de cometer el crimen. Tampoco servirían de nada, por tanto, las huellas que el hombre dejó en un taxi durante su huida.

El sicario ha puesto otras dificultades a la policía, ya que utilizó una pistola de factura asiática (marca Daewoo) que "resulta más difícil de rastrear en los registros", explicaron fuentes policiales.

El entorno profesional de la víctima, un soltero de 36 años vinculado a la dirección de diversos hoteles de Barcelona, es la principal pista que siguen los Mossos.

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